Nunca me ha gustado Amaral,
Adoro las verdades que son una hostia en toda la cara y odio las mentiras.
Los vestidos cortos que son tus camisetas y buscar el calor entre tus sábanas.
¿Sabes? Tus dedos encajan a la perfección con los míos, y nuestros labios también.
Acéptalo ¿no? Es el único recuerdo bonito que dejaste.
Te he fotografiado con mi Nikon y todavía sigues tatuado en mi retina, como si las fotos no hiciesen su parte de recordarte.
