Las partes de Dany

Anna

—Ten un lindo día cariño, pero recuerda no esforzarte de más.

Dijo Anna mi hermosa novia. 

—Gracias amorcito, suerte en tu entrevista, y recuerda que paso por ti a las 8.

Le respondí, después de saborear sus labios.

—Te estaré esperando.

Dijo con una sonrisa coqueta y salí del apartamento.

Definitivamente si tuviese que confiarle mi vida a una persona, sería a ella... porqué es mi mejor amiga, porqué me apoya en mis tonterías y en mis ideas algo disparatas, porqué se ríe de mis chistes malos, porqué cada segundo que pienso en ella quiero pasarlo a su lado, porqué a ella no le importa la persona que fui y me ama a pesar de mis errores, porqué es el ser humano más extraordinario que jamás haya conocido, la amo porqué es ella y no imagino un mundo sin ella. Si, definitivamente sería a ella. Llevamos ya tres años de noviazgo y está noche le pediré que sea mi esposa.

Trabajó para las fuerzas especiales en la capital. Es un trabajo en el que se gana mucho dinero si le dedicas mucho tiempo y por supuesto no quieres estar vivo. Por eso la mayoría de mis compañeros no tiene familia, no tienen a nadie que se preocupe por ellos y mucho menos una razón para mantenerse vivos. Poco les importa cuanto tengan que arriesgar si ganan lo suficiente para despilfarrarlo en algún vicio, que les haga sentir lo que Anna me hace sentir todas las mañanas al verla dormida a mi lado. Yo si que tengo familia, Anna es mi familia; por eso no gano mucho, pero lo suficiente para pasar los fines de semana con ella y no tener que preocuparme por asuntos de dinero.

Todo el día estamos fortaleciendo nuestros cuerpos y mentes para estar preparados para cualquier catástrofe que se presente, pero hoy se activo una alarma en uno de los bancos más grandes de la ciudad. Los presuntos ladrones (doce en total) vaciaron la caja fuerte y consignaron en unas cuentas cantidades exorbitantes de dinero, tienen a siete rehenes y se movilizaron a un edificio en construcción que tiene cuatro pisos y una azotea. Se especula que cinco rehenes están en el cuarto piso y los dos restantes (una señora de unos treinta años aproximadamente y un niño de unos ocho años de edad) están en la azotea siendo utilizados por el líder de los presuntos ladrones, como escudos humanos para negociar con el alcalde de la ciudad, son las 8:17 de la noche. 

La mayoría de nosotros están en una misión de alto riesgo en las afueras de la ciudad, y los pocos que quedamos somos los que tenemos familia, o alguna razón para mantenernos con vida.

Randy tiene una esposa y un hijo. Roberto tiene dos hijas, una de siete años y la otra de dos años a las que Anna cuida entre semana de tres a cuatro de la tarde. Julian aún tiene que cuidar de su padre que tiene alzheimer y de su hijo de apenas doce años que el fin de semana pasado vimos Anna y yo jugando su primer partido de fútbol. Este es mi escuadrón... todos tienen personas que los aman o necesitan, yo soy su capitán y no voy a permitir que ninguno de ellos sea una silla vacía en el comedor de su casa. 

No podemos entrar todos a la vez porqué las tablas que habían y servían como escalones fueron retiradas por los presuntos ladrones. No podemos llevar armamento pesado, debemos escalar una columna hasta llegar al segundo piso en el que se presume hay al menos ocho de los presuntos ladrones armados que se van relevando cada veinte minutos de sus puestos de vigilancia. Van en parejas.

Yo encabezo el escuadrón, llegamos al segundo piso y cada uno está debajo de un puesto de vigilancia. Me comunico con la central y pido permiso para disparar a matar. Hay un silencio en la linea.

—Confirmado, proceda como crea necesario capitán Ramirez.

Son las 8:19 de la noche, y nos preparamos para atacar.