Tic... Tac

19 1 0
                                    

—Es un peligro para los demás niños. Es una bomba de tiempo, y debería estar en un lugar donde no pueda herir a nadie... No es seguro que este cerca de los otros alumnos.

Dijo la madre de David al coordinador de la zona primaria mientras me señalaba.

—Si, desde el principio supe que ese niño iba a traer problemas.

Dijo Gina, mi maestra de matemáticas

Estábamos en el edificio principal. Un edificio de cuatro pisos con azotea y la oficina del coordinador de primaria estaba en la primera planta junto con las oficinas de cada área. En cada planta había una oficina para el coordinador de su respectivo nivel de aprendizaje, exceptuando la cuarta y la azotea. En la segunda planta estaban las oficinas de secundaria, en la tercera las de preparatoria, en la cuarta estaban las oficinas de la parte administrativa, y por ultimo estaba la azotea, que era una zona prohibida para todos los estudiantes y maestros.

Habían llamado a mi madre, y querían que viniera de inmediato a la institución. Aún no llegaba porqué el lugar donde trabajaba estaba un poco alejado.

Después de diez largos minutos de espera, donde no dejaban de hablar acerca de mí o recriminarme lo que había hecho, al fin se presentó mi madre.

—Buenos días, disculpen la tardanza

Dijo mientras sus ojos escudriñaban cada milímetro de la oficina, hasta que se posaron en mí.

Yo tenía la cabeza baja y los brazos apoyados sobre las piernas. Me encontraba en un rincón de la oficina sentado sobre un mueble individual mirando mis manos, que a pesar de haberlas limpiado hace poco aún veía algo de sangre alrededor de mis uñas.

Mi madre soltó un pequeño grito que ahogó rápidamente, corrió desesperada hasta donde yo me encontraba, me abrazo, me besó, y luego me preguntó que me había pasado. Yo, que no había entendido aún gran parte de los hechos no pude contestarle nada.

—Déjeme decirle que ha hecho. Su hijo es una bomba de tiempo y acaba de explotar, debería internarlo en un sanatorio donde no pueda lastimar a nadie más.

Dijo la madre de David con una voz arrogante y solemne.

Las partes de Dany Donde viven las historias. Descúbrelo ahora