The Only One // TaeTen - NCT

Lovesickness

Lo intentó por enésima vez cuando terminó de beber su café en la inusualmente fría mañana, después de unos escasos minutos que habían parecido una verdadera eternidad, haciendo contacto visual, tomando cafeína en un mutismo que a pesar de todo no era incómodo.

El único momento en el cual volvió a sentirse cercano a él.

Juntando las pocas esperanzas que le quedaban, detuvo a Ten cuando dejó la taza vacía en el lavaplatos, justo antes de que se retirara del departamento. El tailandés le miró con una mezcla de cansancio y nerviosismo.

—Ten, ¿podríamos hablar?

Dirigirle la palabra después de aquel desayuno donde estuvieron insertos en el silencio total fue como pinchar un espejismo, y como siempre esa sonrisa que nada bueno hacía presagiar apareció en su rostro.

—No, hyung, voy atrasado al ensayo. Más tarde, ¿sí?

Asintió y le sonrió, en el juego que llevaban ya tantas semanas practicando; como si todavía le creyera aquella excusa de ir atrasado, como si todavía esperase ese "más tarde" que jamás llegaba.

Le vio salir entonces del departamento y segundos después (después de no aguantar la curiosidad y asomar la cabeza por la puerta principal), contestar su celular frente al ascensor que le llevaría a la planta baja.

—Sí, Johnny hyung, voy para allá.

Incluso desde donde estaba lo vio formar esa mueca tan llena de felicidad; la sonrisa que salía entonces de sus labios era de otro planeta, una sonrisa que por desgracia jamás le había dado a él. El estadounidense era el primero en ir a la sala de ensayos y Ten le seguía no mucho más tarde. Por las tardes eran los que más se tardaban en volver y casi siempre llegaban abrazados, inseparables, insoportables; hasta que eventualmente debían separarse porque habían terminado trasladando a Johnny al piso de arriba. Ya habían finalizado las promociones dentro de la subunidad de NCT U y aparte de aquello, todo seguía igual.

No podía aguantarlo más. Había sido un iluso semanas atrás, pensando que todo se arreglaría de la noche a la mañana.

———

Cerró con un portazo cuando escuchó la voz de Johnny decir que dormiría con Ten por esa noche. Maldito bastardo. Primero había tenido que aguantar su voz cortante al decir que estaba ocupado; luego, había tenido que soportar ver cómo esas manos envolvían y consolaban al tailandés, cuando naturalmente ese puesto debía corresponderle después de lo que había sucedido entre los dos; y ahora, más encima, Johnny dormiría con Ten en el mismo dormitorio.

Sí, y también en la misma cama porque sabía que la habitación de Ten no tenía más que una después de que sacaran la litera que utilizaban Yuta y Hansol.

Se sintió como si le estuviesen jugando una mala broma; es que de cierta forma, Johnny había ocupado su lugar de forma tan natural que le aterrorizaba.

¿Y si Ten hacía algo como aquello con el estadounidense también?

"Deja que lo solucione yo"

Se recostó en su cama y enterró la cabeza entre las mantas, intentando olvidar esas imágenes en su mente porque ahora, con los celos, tenían un regusto amargo que en nada ayudaban.

Si acaso no era el único que recibía esa clase de atención, entonces...

"...soy tu dongsaeng, te ayudaré en lo que necesites, incluso en esto"

Aquellos recuerdos tan dulces terminaron por empañarse al imaginarse que tal vez solo era uno más dentro de la lista del tailandés. Se sintió enfermo de tan solo imaginarlo, a Ten haciéndole eso a otro, a Ten con otra persona... no, no, ¡no!