"Se ha vuelto débil, pero el fuego de la justicia aun brilla en su interior"
Estoy absorta en mis pensamientos, cada vez que recuerdo su voz, un escalofrío me recorre el cuerpo, ella me odia, va a terminar conmigo. Me pierdo en recuerdos de antaño, tratando de averiguar si ha existido un tiempo en que fuéramos felices.
—¡Hey! —chasquean los dedos frente a mi nariz.
—Lo siento, ¿sí? —me espabilo, los ojos me lloran por estar tanto tiempo frente al ordenador, me limpio las dos lágrimas que se escapan de mis ojos y me pongo de pie.
—El señor Clark, pide que pases a recursos humanos de inmediato —dice el joven moreno frente a mí mirándome un poco extraño.
—Oh, ah... claro, en seguida estoy ahí.
Él asiente y se va. Acomodo mi ropa y voy hacia las escaleras que me llevan a la oficina de Recursos Humanos, me pegunto para qué requerirán mi presencia ahí, si hace muy poco instalé los programas y habían reaccionado muy bien; incluso recibí felicitaciones de las dos mujeres que trabajan en ese departamento, porque gracias a mí su trabajo se agilizó notoriamente. Toco la puerta, la mujer más mayor me hace una señal para que entre, me pide que me siente, teclea algo en su computadora, se imprime una hoja y la pone en un folder, la desliza hacia a mí y junto a esta un pedazo más chico de papel, es un cheque.
—Lo siento, Adelise. Tengo ordenes de entregare tu liquidación.
No puedo creer lo que escucho, eso no es posible, he hecho bien mi trabajo, el señor Clark no podría estar hablando en serio, la semana pasada, solo fueron dos minutos de retraso. Se escapa de mi garganta un sollozo, la mujer me mira con pena, me imagino que ya está acostumbrada a esto.
—Quiero saber el motivo de mi despido.
—No lo sé.
—¿Cómo que no lo sabe? Es obligatorio que me digan el motivo de mi despido —releo la hoja que me entrega, pero esa solo es una carta de recomendación.
—Firma aquí, por favor —pide tendiéndome otra hoja, pero tampoco dice nada acerca del motivo.
—No. No firmaré nada hasta que me digan por qué me están echando.
Salgo de ahí deprisa, con la carta de recomendación, el cheque y el despido sin firmar. Siento como la ira crece en mí, no sé de qué lugar ha salido este lado de mi tan... salvaje. Me adentro al ascensor y pulso el botón que me lleva hasta la oficina del señor Clark. Probablemente mi semblante no es nada amistoso, la ira se ha de notar en mis ojos, traigo la blusa colgada de un lado, respiro entrecortadamente y las lágrimas escurren por mi rostro.
—Quiero hablar con el señor Clark —exijo.
—Él no puede atenderte ahora —dice la recepcionista mirándome de mal modo.
—¡Y un cuerno con que no!
Me dirijo hacia la puerta, la abro y le empiezo a grita que por qué me ha despedido, la culpa se refleja en cada parte de su rostro, ni siquiera me mira en realidad, ni siquiera hace nada por parar mis palabras de desconcierto y rencor hacia él. La secretaria entra y dice que ya ha llamado a seguridad, el señor Clark niega con la cabeza.
—No es necesario —luego posa sus ojos en mí—. Lo siento, de verdad, lo lamento. Ella me obligo.
Es ahí cuando lo entiendo todo.
"Voy a destruirte"
Fue lo que dijo. Lo está haciendo. Lo está logrando.
—Lo siento, mira te ayudaré a conseguir algún lugar en otro sitio, te he dado una buena liquidación...
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Letargo I: SOPOR
Misteri / Thriller"Duerme. No existes, no perteneces aquí" Secretos, engaños, sensualidad, suspenso y misterio envuelven la vida de los tres protagonistas en una historia donde nada es lo que parece.