Tuve que interrumpir el sueño de Carlos y Aihnoa para que me diera las llaves de la habitación,que con mala gana hizo.Al entrar en ella el olor a casa me hizo sentir mucho mejor.Entré en el baño y por primera vez desde anoche me vi en el espejo.Dios mío,parecía recién sacada de una película de terror.Mis ojos estaban negros como el tizón,tenía manchas de maquillaje por todos lados e incluso en la frente.Mi pelo estaba liso aún pero muy enredado.Estaba hecha una pena.Me sentí tan sucia de repente que me di una ducha cálida y me tumbe en la cama.Me prometí a mí misma no volver a pisar una fiesta en mi vida.
Una semana después,Aihnoa tuvo nuevos planes:
-Sábado,10 de la noche,fiesta de la residencia.¿Te apuntas?Dime que sí.
Suspiré fuertemente.No me apetecía nada otra fiesta después del resultado anterior,y tampoco tenía nada que ponerme.Mi único vestido de fiesta lo tenía un chulo de cojones en su habitación.
-No puedo.-dije solamente.
-¿Por que?-me miro con ojos de súplica,y una pequeña punzada de ganas atravesó mi cuerpo.¿Como explicarle que aparecí en la cama de un chico que se quedó con mi ropa?
-Me dejé mi vestido en la habitación de una amiga mía,tendría que ir a recogerlo y no sé si estará.
-Bueno,ya me dices si puedes,¿Vale?
Asentí con la cabeza mientras se iba de la habitación.Cuando escuché la puerta cerrarse fue como si me quitara un peso de encima.La mentira había colado.Seguía sin encontrar mis llaves.¿Cómo pueden aparecer y desaparecer por arte de magia?No recuerdo si me las lleve a la fiesta o no.Esto conllevaba tanto estrés que decidí darme una ducha.Me quité la ropa en el mismo cuarto y caminé desnuda hacia el baño.
Dejé que el agua relajara mis músculos y tras 15 minutos enteros dentro,salí.
Cuando fui a vestirme,me percaté de que no me había traído la ropa al baño.Me enrollé la toalla en torno a mi cuerpo,que a mi parecer era bastante corta,y salí.
Solté un grito exasperado cuando vi a Ryan en la habitación.Dios mío,qué vergüenza.
-Oh..-susurro observando mi cuerpo semi desnudo envuelto en una simple toalla blanca.Intenté en vano bajármelo,pero era imposible.
-¿Cómo has entrado?-dije susurrando.
Él se acercó hasta mi,teniéndolo a medio metro,y sacó unas llaves de su bolsillo trasero,agitándolos delante de mis narices.Ya decía yo que las llaves no podían haber desaparecido por qué si.Me acerqué a él e intente cogerlas,y como resultado él levantó el brazo y se acercó aún más,dejándome pegada a la pared.Crucé los brazos y él bajó la mirada hacia mis pechos.Mierda,en esa postura destacaban aún más.Sin previo aviso,se acercó a mí oído,y al respirar se me erizó el cuerpo entero.
-Si vienes a devolverme la ropa así,te la presto más veces.-me dijo susurrando.Alargó su mano y cogió uno de mis mechones rebeldes,depositándolo detrás de mi oreja.Mis piernas comenzaron a flaquear.Olía tan bien,era tan guapo,que me quede enfrascada mirándole la cara.Cuando me di cuenta,tenía una sonrisa divertida surcando su rostro,y me di cuenta de que había mirado más de la cuenta.
-¿Te pongo nerviosa?-me volvió a susurrar,esta vez a escasos centímetros de mi boca.Y la puerta se abrió.
-Siento venir otra vez se me había olvidado...-Aihnoa se interrumpió al ver el panorama que se estaba planteando en el cuarto.Soltó un grito ahogado cuando nos vio,y se puso a reír.Ryan se había separado un poco,pero no lo suficiente para que no siguiera nerviosa.
-¿Con qué te habías dejado la ropa en casa de una amiga?Con este chico te dejas la ropa y más cosas.
Le fulminé con la mirada.Entonces Ryan habló.
-¿Eso le dijiste,Helena?-me dijo mirándome,divertido con la situación.
-Estás tan cerca que se tiene que estar formando un océano donde yo me sé...
-¡Aihnoa!-exclamé irritada,y ambos se rieron.Aproveché ese despiste para escabullirme de él y fui a por la ropa que me había dejado el sábado anterior.
-¿Y mi vestido?-pregunté intimidada por su mirada.
-Lo tengo en mi habitación.Acompáñame,no me gustaría ir solo.
Puse los ojos en blanco y fui al baño a cambiarme.Me puse lo primero que vi y al verlo me di cuenta de que iba tan poco conjuntada...Me dio igual.Quería que la tierra me tragase y me escupiese por la noche,y que nadie me viera.
Cuando salí Aihnoa y Ryan estaban entablados en una conversación animosa.
¿Por qué tiene que comportarse como un imbécil conmigo?
-¿Vienes conmigo?
Asentí con la cabeza.
El trayecto hacia su casa se hizo corto y tenso.Cuando entramos en su habitación su aroma inundó mi nariz y me sentí a gusto.Mi tranquilidad no duró mucho en cuanto abrió la boca.
-Menudo pedo te pillaste anoche.Debes controlarte más.-dijo como si me estuviera ordenando algo.
-No eres mi madre.-conseguí decir a pesar de los nervios.
Una sonrisa burlona apareció en sus labios y en cuestión
de segundos me tuvo arrinconada en una esquina.
-¿A tu madre no le haría mucha gracia que se enterase,no crees?
Otra vez esa sensación de tener el corazón a mil y no saber cómo frenarlo.Se acercó a mi cuello y sus labios rozaron mi piel,dándome un escalofrío.Me retó con la mirada.
-Ni le gustaría que se enterase de esto...-dijo susurrando.
Se alejó de repente y me tendió mi vestido y mis tacones.
-No quiero verte más por aquí.-dijo cortante mientras yo salía por la puerta,totalmente descolocada y sin saber a qué había venido todo esto.
ESTÁS LEYENDO
Protégeme
Novela JuvenilRyan siempre fue mujeriego,violento,misterioso y sexy,terriblemente sexy. ¿Quién puede cambiar a una persona así? La entrada de Helena a la universidad de Washington supondrá un gran cambio en ambos. "Nunca me enamoraría de alguien como él" "Ni en m...