Olas traicioneras

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Ryan
Esas dos palabras son las palabras más grandes que he dicho en mi vida.
No pensé que llegaría a sentir algo por Helena,me negaba a admitirlo.
Pero el mundo me ha dado demasiadas señales para pasar de largo.
Cada vez que se separa de mí el vacío en el pecho es inexplicable.Le echaba la culpa a un posible resfriado,pero sabía que no era así.
Y cada vez que la veía sonreír y no era yo quién lograba sacársela los demonios me ahogaban.
Y verla con alguien que no fuera yo me ponía enfermo.
Que otras manos tocaran las partes de su cuerpo que solo yo había tocado...Solo imaginármelo me ponía de mala ostia.
Oh si,si la quería.La quería,a mi lado,y sin nadie más.
Ella era mía.Y nadie me la arrebatará jamás.

Cuando abrí los ojos vi una mata de pelo rubio oscuro cubriéndome el pecho,y automáticamente sonreí.Tenía la boca entreabierta,con los labios hinchados aún más apetecibles.Y la calma de su rostro conseguía hacerme calmar a mi.
Su espalda desnuda me recordó lo de anoche.
Ahora Helena era mía,y me sentía muy orgulloso por ello.
No pude seguir bajando la vista ya que la sábana blanca cubría su lindo trasero.
Ambos estábamos completamente desnudos,y ella no se avergonzaba de ello.Confiaba en mí.
Yo también confiaba en ella.Pero no confiaba en mí mismo.
Nadie en su sano juicio confiaría en una persona como yo.
Y sé que Helena sufriría a mi lado.Pero no puedo alejarla.Simplemente no puedo.
Ella se gira hacia mi,y nuestros rostros quedan a escasos centímetros.
Parpadea y aletea sus pestañas acostumbrándose a la luz.Cuando me ve sonríe,y me contagia su felicidad.
Quién no viviría enamorado de esa sonrisa.
-Buenos días.-digo recogiendo un mechón rebelde que tapa parte de su rostro.
-Buenos días.-dice sonriendo aún.Entonces baja la mirada y observa mi miembro,sobresalir entre las mantas,como una montaña.
-Cosas matutinas de un hombre.-digo encogiéndome de hombros.Ella se ríe y al moverse su rostro refleja dolor.Hace una mueca no muy disimulada.
-¿Qué te pasa?-le preguntó preocupado.
-Na...nada...es solo que..-tartamudea nerviosa y se sonroja.Le cojo la mano más cercana para darle ánimos a continuar.Suelta un suspiro y lo dice rápido,mirando hacia cualquier parte.-Me duele,ahí abajo.
Sonrío aliviado y le acuno la cara entre mis manos.
-¿Quieres que te prepare el desayuno?
Ella enarca las cejas,sorprendida.
-¿Sabes cocinar?-me pregunta con los ojos como platos.Asiento,mientras me levanto desnudo y cojo mis bóxers.
Su mirada baja hasta mi erección matutina y se sonroja aún más.
Sonrío de lado y voy hacia la cocina a preparar lo que mejor sé hacer:waffles.

Al cabo de media hora ya están listos y preparados para tomar.Cuando entro de nuevo a la habitación Helena tiene puesta mi camiseta,y al ser tan corta,puedo observar el negro de sus bragas.
Intento tranquilizarme y me siento junto a ella en la cama.
-Wow.-dice con los ojos como platos.
-Además de ser un imbécil también se cocinar.Soy todo un hombre.
Ella se ríe mientras me da un codazo.
Cuando lo prueba su cara pasa por distintas emociones hasta llegar al placer.
-Oh Dios mío,esto sabe demasiado bien.-Dice poniendo los ojos en blanco de placer.Me muerdo el labio por qué es la primera vez que un gesto así me excita tanto.
Acabamos de comer lo waffles entre bromas,y le propongo algo.
-Tengo una idea.-le digo mientras se lleva un dedo a la boca y relame las sobras.Intento no distraerme con eso.
-Cuéntame.-dice cuando acaba.
-Sé que la playa queda bastante lejos,pero,¿Te gustaría ir?-le pregunto.¿Qué me ha hecho esta chica? Jamás le pediría a nadie ir a la playa,ni a ningún otro sitio,solo a fiestas.
Ella me mira sorprendida y una sonrisa ilumina su rostro.Puedo notar en sus ojos que está emocionada.
-Me encanta tu idea.-dice sonriendo.Me acerco hacia ella tentado de besar esos labios que llevan toda la mañana provocándome.
Y lo hago.Sus manos se enredan en mi pelo y tiran de él,lo que hace excitarme aún más.Muerdo su labio inferior y gime.Ojalá pudiera romper esa camiseta que la tapa y introducirme dentro de ella de nuevo.Pero tengo que respetarla por qué la aprecio demasiado.
Cuando recuperamos la respiración ella se levanta para coger un bikini azul cielo y unos pantalones cortos.Cuando va a coger una camiseta levanto un dedo,apuntándola.
-Ni se te ocurra quitarte esa camiseta.Te queda jodidamente bien.-Ella se observa y sonríe.Realmente mi camiseta le queda demasiado bien.Cierra el cajón y entra en el baño.Mientras,yo me coloco mis pantalones.Me paso la mano por el pelo desordenado.
La puerta del baño se abre y entra con el mismo aspecto de antes,solo que ahora lleva el pelo recogido en una trenza,y la ropa que se supone que debe llevar debajo.Aunque la camiseta es tan ancha que ni se nota.
-¿Piensas ir sin camiseta por ahí?-me pregunta mordiéndose el labio.Joder,debe dejar de hacer eso.
-Aja.-digo mientras cojo las llaves de mi coche.
Salimos al pasillo y ella coge mi mano indecisa.Se la aprieto sonriendo.Esto es jodidamente extraño para mí,nunca lo había hecho.Paso uno de mis brazos por su hombro y ella pasa uno por mi cintura.
-Para que todos sepan que eres mía.-le digo susurrando.Ella se sonroja y sonríe tímida.
Cuando llegamos al coche ponemos en el GPS la dirección y comienzo a conducir.
Durante el trayecto hablamos de temas sin importancia.Me cuenta que odia las canciones en español,y que solo escucha música en inglés.
-No serás directioner o believer de esas,¿no?-ella se ríe y niega con la cabeza.
-No me gustan.Soy más de Taylor Swift,David Guetta.
-Eso está mejor.
Sonríe y continuamos hablando de otros temas.
El viaje se hace muy ameno y ya hemos llegado.
La sensación de humedad y el calor sofocante me invade.Aquí es como si estuvieran en verano ya.
Cogemos un sitio al lado de dos tumbonas,y una sombrilla.Helena extiende su toalla en la arena y se sienta.Hago lo mismo y ambos observamos el mar en silencio.
-¿Te gusta la playa?-me pregunta Helena al cabo de unos minutos.Me pongo ligeramente tenso por qué me trae malos recuerdos.
-Mi padre me traía mucho cuando era pequeño.Aun así,si me gusta.
Ella me coge de la mano y me la aprieta,infundiéndome ánimos.
Al cabo de unos minutos me levanto y me bajo el pantalón,quedando en boxers.
Helena se sonroja y mira hacia todos lados.La playa no está vacía precisamente,es más,en el agua hay bastante gente.
-¿Te vas a bañar en boxers?-dice susurrando.Yo asiento con la cabeza y la señalo.-Y tú también.-Ella abre los ojos e intenta retroceder,pero ya la tengo entre mis brazos y se resiste.
-Odio el agua de verdad,no no no.-Dice intentando escabullirse.-Ya me has tirado demasiadas veces,pido piedad.-Roga.Yo me río y el agua me moja los pies.Realmente está bastante fría.
-Voy a mojar tu camiseta si me tiras.-Me dice.
-No hay problema.-La bajo y de un tirón se la quito.Ella se queda pasmada y observo su cuerpo.El bikini se ajusta a sus pechos y los hace ver aún más grandes.Sus curvas y su vientre plano me vuelven loco.Y no puedo seguir describiéndola por qué tiene esos dichosos pantalones cortos.
-Tus pantalones.-digo señalándolos.-A no ser que quieras que te los quite yo.-Dije con voz seductora,consiguiendo que ella se ponga nerviosa.
-Si me los quito,¿No me tiraras?-Dice.Asiento con la cabeza.-Prométemelo.
-Te lo prometo.-Susurro.Ella confía en mí y se deshace de sus pantalones,que tira junto a la toalla y a la camisa.Observa mi cuerpo y aprovecho ese segundo de despiste para cogerla en brazos y llevarla al agua.
-¡Sabía que no me podía fiar de ti,mentiroso!-dice gritando.Wow,que pronto se le pasa el dolor de vagina a las mujeres,¿no?
El agua me llega por el pecho y moja sus piernas,que relucen aún más bronceadas y bañadas por gotitas.La lanzo hacia arriba y cae al agua.Salpica a todos lados y cuando emerge su cabeza,su mirada me asesina.Soy hombre muerto.
Helena
Tenía un gran complejo,y es que no me gustaba que la gente me viera mojada.Es como que soy el doble de fea de lo normal.Es algo extraño.Y estar en bikini delante de él me ponía aún más nerviosa.No podía dejar de bajar la mirada a sus abdominales,y la sangre me hervía cuando otras chicas también lo hacían.De hecho,había un grupo en la orilla mirándolo embobadas.Pero me aliviaba saber que él ni si quiera se percataba de su presencia.
Le mando dagas asesinas con la mirada a Ryan,y salgo del agua corriendo intentando que no me atrape.Vaya intento.
Todo pasó muy rápido.
Estaba llegando a la orilla cuando me atrapó por detrás.Sus manos me enrollaron e intenté escabullirme,dándole una patada a su entrepierna sin querer.Él se dobló pero no me soltó en ningún momento,e inexplicablemente ahora estaba tumbada,y él encima de mi,cuerpo con cuerpo.
-Eso ha dolido.-dice señalando su entrepierna.Suelto una risita y observo esos ojos que son mi perdición.
-¿Vas a seguir escapándote?-Me susurra acercándose a mi.Niego con la cabeza.
-La verdad es que aquí estoy muy bien.-Le lanzo una mirada que pilla al vuelo,por su reacción en los boxers.Acerca su rostro al mío y junta nuestros labios,ya preparados.Encajan a la perfección el uno con el otro.
Pero claro,pensaréis:típica escena de película romántica.
La realidad nos golpeó en la cara.
Al igual que una ola.
Nos sobrepasó e interrumpió nuestro bonito beso,y cuando salí a la superficie tosí escupiendo el agua.Ryan solo se reía a carcajada limpia,y me la contagio.
Éramos un caso perdido.

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