5: Una casa más apretada.

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En la habitación reinaba el calor, durante la mañana no habría sido tan caluroso, pero ya era mediodía y la habitación ardía en llamas, provocando que Ángela se destape por completo, dejando que el poco aire que se puede tener en una habitación refresque su cuerpo desnudo. La puerta se abrió de repente, pero Ángela acostumbrada a la rutina se hizo la dormida.

-¿Quién eres? –Dijo una voz masculina.

La rubia abrió los ojos como platos al escuchar una voz masculina y se sentó en la cama. El chico, de cabello azabache y ojos marrones y con la cara roja como un tomate, miraba fijamente a la rubia, o mejor dicho, a sus pechos desnudos.

-¿Qué haces desnuda en mi habitación? –Dijo nervioso, cuando se dio cuenta que le estaba viendo los pechos ya que enseguida Ángela se los tapó con una mano y con la otra buscaba algo en la mesa de luz que tenía al lado.

Antes que Ángela pudiera tomar su varita, el chico se encontraba en el piso con una pelirroja arrollándolo a patadas.

-¡Eres un maldito pervertido James!- Gritó Lilly con el chico todavía en el piso.

-¡Tranquilízate Lilly! –Gritó James levantándose de golpe- Yo no soy un pervertido, entré a guardar mis cosas y me encontré a una chica desnuda durmiendo en mi cama. –Dijo.

Ángela se puso una remera que se encontraba en el piso y salió corriendo de la vergüenza, con solo una remera puesta y sin pantalón, salió al pasillo, donde se encontraba otro chico de cabello azabache, pero de ojos verdes, el cual se ruborizó al ver a una chica semidesnuda en el pasillo de su casa.

-Esto... Yo... -Dijo observando al chico, el cual lentamente dirigía su mirada cada vez más abajo. –Mis ojos están aquí arriba.

-Lo siento. –Dijo cerrando los ojos, para dejarla pasar al baño.

La rubia entró rápidamente y soltó el aire que sus pulmones retenían en un suspiro, luego se paró firme y se lavó los dientes y tomó una ligera ducha. Al terminar de ducharse y de quitarse el calor de encima, abrió un poco la puerta para pedirle un poco de ropa y una toalla a Lilly, la cual enseguida le trajo la ropa.

-Lo siento sobre mi hermano...

-No hay problema, no sabía que yo estaba allí adentro. –Dijo la rubia cuando recibió la ropa y cerró la puerta.

Cinco minutos más tarde ya estaba vestida y salió con el cabello mojado, del cual caían algunas gotas que tocaban la prenda que cubría su espalda. Bajó al comedor un poco incómoda ya que sabía que los dos chicos que la vieron casi desnuda estarían allí.

-Buenos días. –Le dijo Ginny cuando bajó a sentarse en la mesa.

-Por como lo empecé, no diría buenos. –Dijo observando al chico de ojos avellana que tenía la mirada clavada en ella.

-Pues para mi si son buenos. Fue una sorpresa muy grande que lleguen tan temprano del colegio, usualmente llegan a la tarde, pero me dijeron que esta vez viajaron mucho más temprano que de lo normal. –Contestó Ginny.

-Sí, fue una sorpresa. –Dijo Ángela.

-¿Entonces quién eres? –Habló el chico de ojos avellana.

-Ángela Aloy. –Dijo en un tono frío mientras se sentaba en la mesa.

-Ellos son James Sirius. –Dijo señalando al chico que entró de improvisto a la habitación. Y Albus Severus. –Señaló al chico de ojos verdes. Ella es hija de una amiga mía, quiero que se comporten con ella.

La hija de Malfoy Y Granger &: Los ojos de Dios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora