10: Hogwarts. (4/4)

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-Tranquila, no te vas a estrellar.- Le dijo Harry, posando su mano derecha en el hombro de la rubia.- James, ve tu primero, luego vas tu Albus, le sigue Lilly y tu Ángela, vas última.

Todos asintieron, James arrastró su carrito y tomando carrera, traspasó la columna que separaba el andén nueve del diez. Albus hizo lo mismo, tomó carrera con su carrito, en el cual llevaba sus maletas y una jaula con su lechuza, corrió hasta la columna y la traspasó. Le siguió Lilly, con toda confianza del mundo.

Ángela tomó aire y apretó con fuerza su agarre a la barandilla del carro, empezó a caminar, para luego terminar corriendo hacia la pared, cerró los ojos esperando el impacto, pero en cambio, los ruidos de una locomotora y el olor a vapor fueron lo que la golpearon.

Abrió los ojos y se encontraba en el andén nueve tres cuartos, rodeada de gente que tenían carritos iguales a los de ella. Ginny y Harry aparecieron detrás de Ángela y esta soltó el aire que retuvo por los nervios.

Ya era primero de septiembre y tendría que viajar a Hogwarts y dar sus exámenes para poder cursar cuarto año. Harry se acercó a ella y la observó de manera diciendo "te lo dije" con la mirada, mientras que Ginny volteaba a todos lados buscando a sus hijos o a alguien que conozca, hasta que chilló ya que sus ojos se toparon con la cabecita de Hermione Granger.

-¡Herms! ¡Aquí!- Gritó la pelirroja haciendo ademanes con la mano.

La castaña captó la seña de su mejor amiga y, antes de regañar a Hugo porque tenía un pelo mal peinado, corrió a abrazar tanto a la pelirroja como a la rubia.

-¿Emocionada? –Preguntó una risueña Hermione.

-Un poco. –Ángela le devolvió la sonrisa.

Pronto ya casi no quedaba tiempo, por lo que Ángela se despidió rápidamente de todos y subió al tren. Albus le había recomendado buscar rápidamente un compartimiento vacío o con pocas personas, para poder viajar más cómoda, los cuales por lo general eran los del último vagón, esos siempre estaban vacíos, o la mayoría de las veces.

Una vez dentro de la máquina, caminó hacia el último compartimiento, evitando cruzar miradas con nadie. Cuando llegó, no pudo escuchar ningún ruido, por lo que imaginó que no había nadie. Se encaminó hasta el último compartimiento del último vagón y abrió la puerta. Estaba vacío, como ella quería, entró a él y dejó sus cosas para luego liberar a Blacky.

El zorrito se recostó en el asiento frente a la rubia y esta se limitó a sentarse pegada a la ventana, para observar bien todo el paisaje durante el viaje.

De un momento a otro, la puerta de su compartimiento se abrió, dejando ver a una chica de cabellos pelirrojos y lacios que caían hasta la mitad de su espalda, con unos ojos azules que parecían capaces de ver más de lo que un ojo normal puede ver. Sus facciones delicadas hacían que se viera muy femenina, pero al mismo tiempo peligrosa.

-Oh, disculpa. –Dijo apenada la chica. –Pensé que estaba vacío.

-Puedes entrar, no hay problema. –Respondió Ángela.

La pelirroja sonrió amablemente y respondió un casi inaudible "gracias" cuando entró con sus pertenencias, para dejarlas en la estantería para las mismas. Blacky se pasó al lado de su dueña, para recostarse nuevamente, mientras que la pelirroja se sentaba.

-Soy Julieta. –Le dijo la pelirroja.- Julieta Grammont.- Tendió su mano para que Ángela la estrechara.

La rubia observó el acto de Julieta, para luego sonreír y tomar la mano de la chica mientras decía:

La hija de Malfoy Y Granger &: Los ojos de Dios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora