21: Guerra de sensualidad.

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-¡Bien! Se los voy a contar. –Dijo Rose rindiéndose ante su hermana y su prima.

Ya habían pasado unos días desde la llegada de Ángela y Lilly había ido a dormir a la madriguera, estaban teniendo una pijamada. Estaban en la habitación de Ángela, con unos colchones en el piso. Cada una estaba llena de golosinas, como palomitas de maíz acarameladas, ranas de chocolate, varitas de regaliz, plumas de azúcar y también jugo de calabazas. La estaban pasando de lo lindo.

-Bueno, todo esto sucedió durante el segundo año, en el cual comencé a llevarme mejor con Albus. –Dijo Rose mientras Lilly le pintaba las uñas de los pies y ella se pintaba las de las manos. –Un día me encontré con Albus y él estaba con Scorpius, fue una sorpresa para mí dado que siempre me hablaron mal de el y viene este chico, me saluda y se pone a platicar conmigo tranquilamente. ¡Una cosa de locos!- Dijo riendo. –Cuestión, estuvimos charlando unos tres meses y un día Scorpius me invitó a salir, obviamente yo me sentía atraída por él. –Dijo Rose, soplándose la uña del dedo meñique. –Me besó y aquí estamos, hemos peleado pero más de eso no pasó, seguimos juntos. –Sonrió Rose.

Lilly soltó un suspiro y Ángela se limitó a comerse una pluma de azúcar, el tema de las relaciones amorosas no la enternecían como a la mayoría de las chicas que esperaban a un príncipe azul montado, Ángela lo que esperaba era alguien con quien hacerle la vida imposible a los demás o simplemente a alguien con quien poder realizar las locuras y, un príncipe no realiza locuras.

-¿Y tú? –Preguntó Lilly a Ángela. -¿Hay algún chico que te guste o algo?

-No, ni lo habrá. –Dijo la rubia. –Tuve algún a que otro chico, solo fueron roses y duraban semanas. –Ahora se estaba limando las uñas. –Nada interesante. ¿Y tú renacuaja? ¿Tienes a alguien detrás de ti?

-Tengo a casi todos los de primer año babeando por mí y alguno de segundo. –Dijo con orgullo.

A Rose y a Ángela se le cayeron las mandíbulas al piso, se miraron entre sí y luego le dieron una severa mirada a la pequeña pelirroja.

-¿Cómo es eso? –Dijo Rose poniendo un tono de regaño maternal y llevando sus manos a su cintura.

Ángela tomó un poco de su pelo y se lo puso encima de la boca, simulando ser un bigote.

-Más te vale no traerme un noviecito por aquí, si no quieres que termine en Azkaban. –Dijo, poniendo una voz grave y de viejo.

Lilly estalló en una carcajada, que fue callada cuando Molly les gritó que hicieran silencio. Luego de eso dictaminaron que ya era muy tarde y que deberían dormir, así que Ángela bebió lo que quedaba de su jugo de calabazas, se quitó la poca ropa que le quedaba y se metió en la cama, tapándose con una sábana.

A la mañana siguiente, Molly Wesley entró en el cuarto de las niñas a las ocho de la mañana para despertarlas, Rose y Lilly salieron del cuarto refunfuñando, pero Ángela le advirtió a la vieja que si volvía a despertarla a esas horas de la mañana en vacaciones le pagaría un boleto a Rumania y la dejaría devorar por un dragón.

Siguió durmiendo hasta el mediodía, que fue cuando se levantó y se puso una camisa de hombre que se había comprado para usar de "pijama" cuando no durmiese. Bajó las escaleras casi desnuda y se sentó a la mesa con cara de dormida.

Hermione observó a su hija con el ceño fruncido, Ron reprimía una risa, Lilly no prestaba atención y Rose regañaba a Hugo por haber entrado a su habitación e intentar leer su diario, gracias a dios que ese diario estaba hechizado para no ser abierto con un simple alohomora.

La hija de Malfoy Y Granger &: Los ojos de Dios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora