Lapsus Ceepypasta

Roja cereza

Con el sigilo de un gato ingreso por la ventana que yacía semiabierta e ingreso en el cuarto por el cual de manera rápida atravesó hasta llegar a la cama donde una persona dormía después de un largo día.
Aquel hombre de cabello castaño y ojeras se veía extremadamente agotado.

Luego de uno de los días más pesados de la temporada (el festival de la cosecha de frutas) había llegado tan cansado que simplemente cayó profundamente dormido sobre la cama en cuanto entro y allí quedó.

No parecía que fuese a despertar , esbozo una pequeña sonrisa ante ello y se inclino para observarlo de cerca, paseo la mirada por cada una de sus facciones y luego se acerco aun mas. 
No se veía tan rudo como antes, lo cual le produjo gracia mezclada con dulzura. Sabia muy bien como era aquella persona y al verlo tan indefenso no podía dejar de imaginar las cosas que podía hacerle con tal ventaja, así que simplemente subió a la cama poniendo sus rodillas a albos lados del cuerpo para sentarse en su torso como los gatos que quieren despertar a sus dueños y al igual que ellos comenzó a golpear su nariz con la punta del dedo, junto con una combinación de pequeños pellizcos. Al no obtener respuesta se acerco para morderle las mejillas, aun sin respuestas, solo uno que otro movimiento  causado por el tacto pero en si nada.

Al verlo de tan cerca y con tal calma podía admirar  por primera vez una parte de él que desconocía, le era extraño que aquel hombre pudiese verse tierno al dormir. Si era una persona atractiva pero en ese momento en particular se veía realmente tierno, algo diferente al serio y controlado hombre que había conocido en el pasado.

 Sonrió y continuo mirando el rostro durmiente de aquella persona mientras sentía aquel calor en su pecho crecer con cada segundo. Estaba feliz de poder estar con él, adoraba sus expresiones,su voz,la forma en que caminaba, incluso el modo en que le ignoraba. 
Estaba perdiendo el control de sus sentimientos, se inclino sobre él y deposito un beso en sus labios, acaricio su mejilla y volvió a besarlo en todo el rostro varias veces para acabar en su boca con un largo beso.

***

Luego de una jornada de trabajo la única cosa en su cansada mente era llegar a su cuarto para dormir pero un peso que le dificultaba respirar le molestaba, mientra intentaba,entre sueños, quitárselo de encima el delicado aroma de un perfume frutal se le hacia familiar, aquel dulce aroma pertenecía a una fruta en particular; una roja y pequeña fruta de sabor fino.
Al abrir los ojos vio largos cabellos de color rojo profundo, sintió la piel tersa y suave sobre las medias a rallas que tenia a los lados de su torso, la silueta de un cuerpo negro sobre él se hacia cada vez mas clara y luego de unos segundos noto la sonriente paca de aquella persona.

-Hola. Corto su respuesta con un beso y al acabar sonrió satisfecha.

-Que haces aquí?

-Obviamente estoy de visita.
A tan pocos centímetros sus palabras rozaban los labios de él.

Aquellos labios rojos como una cereza podían hacer que perdiera la noción a cualquiera.

-Te dije que no quería que entrarás aquí.

-No pensaba obedecerte,además han pasado días desde la ultima vez que te vi. Incluso pensé en llamar tu atención otra vez.

-Desgraciada.

- Ja! Si tú lo dices.

Cada beso de ella era un dulce anestésico,cada uno de ellos calmaba el dolor en su corazón,aunque no lo quisiera.
Estaba perdido en ella pero no debía olvidar.

-Ummm? ... Que tienes?
No te gusta?

-...

-Liu? La expresión pérdida de él no hacía más que preocuparla.-Eh?...

Sujetándola de la cintura la atrajo a él para besarla varias veces.

Aquel calor en su pecho se acrecentaba y podía sentir los latidos de su propio corazón en sus oídos de tal manera que le ensordecia,los besos eran delicados llenos de dulzura. Una amarga dulzura que se mezclaba con el anhelo pero aun siendo así,cada uno de ellos le enamoraban cada vez más.

Él no podía dejarla, aquella mujer que olía como una cereza era la razón por la cual muy en el fondo de su roto corazón las heridas   comenzaban a sanar.

***