Capítulo 1

1.3K 62 7
                                    


"Una vida normal", me repetía a mí misma una y otra vez, "una vida normal". Caminaba lentamente por los pasillos llenos de estanterías del supermercado, en busca de algo para cenar, y de paso llenar un poco la nevera de mi apartamento, lo único que había en ella era un limón y con eso no podía hacer gran cosa.

Desde que había logado huir todo había cambiado, continuaba sin poder recordar parte de mi pasado, pero por lo menos ya no era la persona que era antes, ya era dueña de mis actos y eso me alegraba. Mis cuentas están en rojo, he hecho mucho daño, pero ahora ya no hay forma de volver atrás y solucionarlo, por desgracia ya no hay forma de hacerlo.

Ya tenía la cesta casi llena, había decidido coger las cosas más imprescindibles, así que me encaminé a la caja para pagarlas.

Vivir en Bucarest no estaba tan mal a fin de cuentas, era un lugar bastante tranquilo, y vivir a las afueras ayudaba bastante, el lugar perfecto para esconderte y que no te encuentren, o eso creía yo. Terminé de subir las escaleras hasta la puerta de mi apartamento, cogí las llave y la abrí, cuando me hallé en el interior la luz se encendió sola, sobresaltándome, observé que en el salón había una silueta.

-Dichosos los ojos Capitán Rogers – dije rozando la ironía, caminando hasta la cocina donde dejé las bolsas de la compra, sentí cómo él me seguía hasta la cocina.

-Necesito tu ayuda Emma – dijo a mis espaldas, yo no pude evitar reír irónica.

-¿Qué te hace pensar que yo quiero ayudarte? – me giré para observarlo detenidamente, había ojeras bajo sus ojos, se notaba que estaba agotado.

-Necesito encontrar al Soldado de Invierno – mis ojos se abrieron perplejos.

-Estás loco Rogers – le respondí, buscarlo sería como meterse en la boca del lobo, como invocar a la parca.

-No Emma, estoy desesperado... - y por su aspecto no parecía mentir.

-No es el mismo Steve – le advertí – no es el Bucky de los años cuarenta – yo había tenido el placer de conocerlo, tanto ahora como hace setenta años, no era el mismo.

-Emma solo tú y yo podemos ayudarlo, y de los dos tu eres la única que conoce Hydra lo suficiente como para hacerlo – no voy a negar que verlo así me estaba dando lástima, en un pasado habíamos sido grandes amigos, y a pesar de todo no podía evitar tenerle cariño y preocuparme por él. Suspiré apoyándome contra la encimera.

-Llevo un año y medio escondiéndome de Hydra, cambiando de vivienda cada mes, si no es antes... Viviendo con el temor de topármelos en cada esquina preparados para matarme, o peor aún, que vuelvan a hacerme... - la voz se me cortó, no quería volver a ser esa Emma, no quería volver a sembrar terror bajo ningún concepto – Me estás pidiendo que arriesgue mi vida, que me exponga a ellos...

-Lo sé, pero si no estuviera desesperado no lo haría – medité unos instantes que era lo que iba a hacer - Tú queráis a Bucky, ambos lo hacíamos, era nuestro amigo - mi pulso se aceleró un poco, quería ayudarlo de alguna forma, pero el hecho de exponerme a Hydra me daba miedo, llevaba un gran peso colgando de mis hombros desde que escapé de sus garras, no había noche en la que no soñara con las personas a las que había dañado, con sus familias...

-Está bien Steve, te ayudaré, lo ayudaremos... – vi como sus ojos se iluminaban, y una sonrisa se apoderaba de su boca, yo lo único que esperaba era no llegar a arrepentirme de mi decisión.

-Gracias – me envolvió entre sus brazos, hacía tiempo que nadie me abrazaba, hacía demasiado tiempo que no me sentía protegida como en estos instantes.

-No me las des aún Rogers – me separé de su abrazó y abrí el armario, para coger dos tazas y llenarlas con café, una de ellas se la pasé a él, quien tomó asiento en una de las sillas de la cocina, yo decidí quedarme de pié apoyada en la encimera, tal y como me encontraba hacía unos instantes. - ¿Por qué no le has pedido ayuda a alguno de tus amigos? – la curiosidad me pudo.

-En un pasado tú lo fuiste, confiaba más en ti que en mí mismo... - confesó, yo observé el contenido de mi taza, revolviendo el líquido con mi cuchara de forma perezosa.

-Pero las cosas han cambiado Steve – hacía más de dos años que no sabía nada de él, elevé mi vista, asentía lentamente, se veía entristecido al resepecto.

-Por desgracia sí – se lamentó – Y no me gustaría que continuaran así – dejé la taza a un lado suspirando, me senté a su lado en la otra silla libre.

-Nadie puede cambiar lo ocurrido en el pasado, pero sí se puede cambiar el futuro – una ligera sonrisa asomó en las comisuras de sus labios - ¿Tienes ya algún plan en mente? – pregunté, él asintió a la vez que me mostraba un papel medio arrugado y doblado, lo extendió en la pequeña mesa de la cocina y me explicó lo que tenía en mente para sacar a su amigo de las fauces de Hydra.

****

Nos encontrábamos en el Quinjet, camino a la base de los Vengadores, Steve había alegado que allí estaría a salvo, yo por el contrario no estaba tan segura de ello, temía que si me llevaba allí pondría a todos en peligro.

-¿Recuerdas algo? – la voz de Steve me sacó de mis pensamientos, llamando mi atención, dirigí mi vista hasta él, que pilotaba de forma tranquila, asentí.

-Lo recuerdo casi todo – respondí, había cosas que hubiera preferido no recordar nunca más, pero inevitablemente lo hacía, Steve me miraba apenado, él más que nadie sabía por lo que había pasado.

-A veces me gustaría volver a los años cuarenta, y volver a estar los tres juntos, cómo los grandes amigos que éramos... - los recuerdos de esa época invadieron mi memoria, y no pude evitar sonreír al respecto.

-Era una época maravillosa sin duda, todos sabíamos que pasara lo que pasara ninguno estaría solo nunca... - no podía evitar sentir nostalgia. Cuando estalló la guerra yo solo tenía veintidos años, y junto mis dos mejores amigos me alisté, al principio no sentó demasiado bien que una mujer se alistara, pero no tardé en imponer algo de respeto.

-Y ahora tampoco Emm – yo asentí, tratando de convencerme de que él me ayudaría a escapar de todo eso. 

No voy a mentir, estaba nerviosa, la última vez que había visto a Bucky no era él, el Bucky que yo conocí nunca intentaría matarme o siquiera dañarme, sin embargo este sí, ya lo había intentado en una ocasión, apuñalándome en el costado izquierdo, me había salvado de milagro. El hecho de pensar que una de las personas que más quieres te pueda dañar de esta manera te rompe el corazón, y lo peor de todo no es eso, sino que no se acuerde de ti.


----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Bueno, aquí está el primer capítulo de la segunda novela que escribo!! Espero que lo disfrutéis, aunque he de advertiros que al contrario de la otra no voy a actualizar tan seguido, lo más probable es que lo haga los fines de semana.

Así que con todo esto dicho espero que lo disfrutéis y no os olvidéis de comentar que os ha parecido!

Muchos besos!!


Wintry ShadowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora