Capítulo 19

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El ligero sonido de la puerta cerrándose provocó que Bucky se desvelara, abriendo los ojos, casi alarmado. Pero se relajó al instante tras sentir el tibio calor del pequeño cuerpo que se hallaba a su lado. No recordaba con exactitud el instante en el que había sucumbido a los brazos de Morfeo.

Cayó en la cuenta de que alguien los había cubierto con una manta.

La imagen que estaba ante él le enterneció. Emma dormía profundamente, utilizando uno de sus brazos a modo de almohada, mientras que su delicada mano la había enroscado en su camiseta. Se aproximó un poco más a ella, dejando un cuidadoso beso en su frente. En consecuencia la chica se removió un poco, acercándose más a él, acurrucándose, y dejando que un ligero suspiro emanase de entre sus labios. Él la abrazó de forma amorosa, apartando con suma delicadeza un par de mechones rebeldes, que caían por el rostro de la chica.

A pesar de todo lo que había pasado, y de todos los años que habían transcurrido, los sentimientos del Soldado hacia la joven continuaban siendo los mismos, no habían cambiado en absoluto. Al igual que continuaba tan maravillado con respecto a ella como lo había estado el primer día que habían cruzado sus miradas.
El nítido recuerdo de ese día todavía hacía eco en su memoria.

La chica se removió bajo sus brazos, soltando el pedazo de tela que tenía entre sus dedos; se estaba despertando. Y cuando lo hizo dejó sus oscuros ojos a la vista, los cuales le observaban desconcertados.

Emma observó al hombre que estaba ante ella, con los ojos todavía soñolientos, y sin saber muy bien que estaba pasando.

-Sigo enfadada - murmuró con la voz ronca, volviendo a cerrar los ojos, provocando que una pequeña sonrisa emergiera en los labios del soldado. Toda ella era dulzura.

Cuándo los volvió a abrir, una pequeña sonrisa se había instala do en sus labios. De pronto Bucky deseó que fueran así todos sus amaneceres, que en cuanto abriera los ojos lo primero que viera fuera a ella, durmiendo plácidamente a su lado, o saborear su dulce sonrisa, tal y como lo estaba haciendo ahora.

Tal vez si en un pasado no hubiera sido tan estúpido, si no la hubiera dejado marchar como lo había hecho, o si simplemente hubiera tenido el valor suficiente de confesarle lo que realmente sentía en su debido momento, lo más probable es que habría disfrutado de su cercanía todo lo que deseara.

Los remordimientos de esa noche continuaban patentes en el Soldado.

El arrepentimiento no hizo más que volver a instalarse en él, rememorando cada amargo instante de aquella noche. Aquella noche en la que había sido un completo idiota. Aquella noche en la que sus vidas podrían haber cambiado. Aquella noche en la que había dejado marcar a su chica.

-Nada tiene sentido sin ti, - la chica frunció el ceño al escuchar el murmullo del proveniente de él, provocando que un ligero rubor se instalara en sus mejillas - Emma, me di cuenta de eso en cuanto te diste la vuelta y te fuiste, tras decirme lo que sentías... - el silencio se apoderó unos instantes de la estancia, y Emma supo entonces de lo que hablaba - Quise correr detrás de ti... Pero...

La chica se incorporó de forma torpe, con las pulsaciones de su corazón aceleradas, no tenía demasiado claro si deseaba volver a esa conversación.

Él extendió su mano en la dirección de Emma, no quería que se alejara de él, no otra vez. Ella, por el contrario rechazó su tacto, dolida.

-¿Pero qué, Bucky? ¿Por qué no lo hiciste? - ella ya se encontraba de pié, a un par de pasos de él, acto que al soldado le sintió como un jarro de agua helada, deseaba tenerla cerca de nuevo. El nudo comenzaba a formarse en la garganta de la muchacha.

-Ya era tarde, te habías ido - su vista bajó hasta la moqueta. La joven suspiró, todavía hecha un lío, con un millón de pensamientos y sensaciones revoloteando de forma desordenada en su cabeza.

-Será mejor que dejemos este asunto de lado...

Era un tema difícil de tratar. Ambos habían cometido errores en el pasado, y la chica prefería dejarlos allí, que era donde debían estar.

-Perdóname... - se levantó, entrelazando su mano con la de la ella, temeroso a ser rechazado por ella de nuevo. Acto que no ocurrió, un leve y agotado suspiro salió de sus labios.

-Lo cierto es, que no hay nada que perdonar, Bucky - lo envolvió entre sus brazos, escondiendo su rostro entre su pecho, y él no tardó en envolverla, sintiéndose de nuevo completo; sereno; en casa.

Cogió las mejillas de Emma entre sus manos, contrastando el frío del metal, y el tibio calor de su otra mano, con las suaves mejillas de la joven. Acariciándolas, para posteriormente dejar un dulce beso en su frente.

El sonido de la puerta causó que ambos se separasen casi de un salto, volviendo sus miradas hasta el causante de la interrupción. Un ligero gruñido se escuchó por parte de Bucky.

Sam sujetaba el pomo de la puerta de forma torpe, observando la imagen que se alzaba ante sus castaños ojos, sin pizca de gracia en ellos.

Era más que obvio que sentía cierto aprecio por la chica, eso nadie podría negarlo, y desde que había aparecido Barnes sabía a la perfección que sus posibilidades se habían visto más que incapacitadas.

Bucky frunció el ceño, si hubiera sido Steve el causante de la interrupción no le habría causado ningún tipo de molestia, pero tratándose de ese personaje, todo cambiaba.

Emma no tardó en percibir la tensión que de pronto se había acumulado en la estancia, causando que se sintiera incómoda; demasiado incómoda para su gusto en realidad. Al igual que no pasaron desapercibidas ante sus ojos las miradas que se cruzaban los dos hombres que tenía ante ella.

-Imagino que Steve nos busca - habló, rompiendo el silencio; causando que las dos figuras masculinas apartaran la vista la una de la otra y la dirigieran hasta ella. Sam simplemente asintió, emitiendo un leve gruñido de su garganta, para después  volver exactamente por donde había venido.

La chica había percibido su frialdad, y eso la preocupó.

-¿Ocurre algo?

La voz de Bucky provocó que despertara de su ensoñación, algo aturdida. Negó lentamente, echando un último vistazo hacia la puerta, para después descargar el aire que había contenido en sus pulmones.

-Steve nos busca - cambió de tema, caminando de forma casi apresurada hasta la puerta, con los pasos del Soldado de Invierto detrás de ella.

Wintry ShadowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora