Capítulo 20

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Principios de diciembre de 1995

"He de aguantar..." "He de aguantar..." eran las únicas palabras que se repetían una y otra vez en la mente de la chica.

Los azulados y fríos ojos de la figura masculina que tenía delante estaban vacíos. Solo se veía una ligera ráfaga de odio y dolor dibujados en ellos, haciéndolo ver todavía más terrorífico. La tormenta se abría paso en él, queriendo arrasar con todo lo que se le cruzara por el camino. Sin tan siquiera titubear. 

El miedo comenzaba a apoderarse de ella, y el cansancio iba de su mano. Cada esfuerzo que hacía por esquivar sus golpes, más debilidad le causaba, cada vez sus movimientos eran más lentos, y la gran capa de helada nieve que había bajo sus pies no le ayudaba en nada. Sentía cada extremidad de su cuerpo entumecerse de forma lenta y dolorosa.

-Bucky, por favor... - suplicó una vez más en un murmullo, esquivando de forma estratégica otro de sus golpes, sintiéndose casi abatida. En un rápido movimiento del soldado se vio suspendida sobre la blanca nieve, con el frío metal de su brazo envolviendo su cuello.

Si no reaccionaba pronto, estaría muerta en un par de minutos. Una guerra se abría paso en su cabeza; no quería hacerle daño.

Sujetó con ambas manos el brazo de metal, tomó impulso y logró asestarle un golpe lo suficientemente fuerte en el pecho como para desequilibrarlo y que la soltara. Pero antes, sintió como un afilado metal perforaba la piel de su abdomen, haciéndola gemir de dolor. Llevando su mano hacia la herida abierta, manchándola de un espeso y tibio líquido rojo.

Corrió a través de la nieve, sintiendo como un sudor frío la envolvía. El dolor del abdomen la atravesaba, y trataba de sujetarse la herida con fuerza. Podía sentir el rápido crujir de las pisadas del Soldado de Invierno detrás de ella; la muerte la perseguía.

Se adentró en el frondoso bosque que se alzaba ante sus ojos, tratando de ocultarse, conteniendo su respiración para que no diera con ella.

El miedo se había apoderado de la chica, Hydra había querido vengarse de ella de la forma más cruel y mezquina que había, enviando a la persona que amaba a que terminara con su vida. Las lágrimas quisieron resbalar de sus ojos, pero ella no se lo permitió. Si moría quería hacerlo con la poca dignidad que le quedaba intacta.

Tal vez era lo mejor, tal vez terminar con todo esto lo era, al fin descansaría.

Los fríos ojos del Soldado de Invierno aparecieron en su campo de visión, recibiendo un fuerte golpe por su parte, haciéndola caer sobre el helado suelo, tosiendo ante el dolor de la asestada.

-Por favor - suplicó, al borde de la desesperación, ya aprisionada bajo el robusto cuerpo del puño de Hydra. Los cardenales comenzaban a aparecer sobre su piel, y la sangre de sus heridas abiertas comenzaba a coagularse. 

Sus súplicas no sirvieron absolutamente para nada. A pesar de todo eso, algo en el interior del hombre se revolvió como una tempestad, haciéndole fruncir el ceño.

-Por favor Buck - las lágrimas se congelaban sobre las mejillas de la chica a medida que caían - Tienes que recordarme, por favor... - sollozó - soy yo, Emma... Soy... soy tu amiga, ¿recuerdas? Nos conocimos en Brooklyn... - tosió de pronto, sintiendo el metálico sabor de la sangre en su boca.

La chica comenzaba a sentirse mareada, y era bastante normal, la herida que le había causado el afilado cuchillo no había dejado de supurar sangre. Si no la obstruía, moriría desangrada.

Los músculos del Soldado se quedaron rígidos tras escuchar las palabras de la magullada y ya casi inconsciente joven que estaba aprisionada bajo su cuerpo. El desconcierto se abrió paso en él de pronto, sintiendo como todos sus pensamientos se volvían un auténtico remolino, y como un montón de lo que parecían recuerdos se amontonaban en su cabeza, enfureciéndolo todavía más ante la confusión y el aturdimiento.

-No... ¡No! - bramó, colocando su mano de metal de forma insegura en el cuello de la joven - tu eres mi misión - la furia llameaba en sus ojos, y Emma no pudo hacer nada más que cerrar los ojos y esperar a su final. Ya estaba demasiado débil como para hacer nada para evitar su inminente destino. Solo deseó que fuera lo suficientemente rápido como para no sentir más dolor.

Un gemido ahogado salió de su garganta al sentir como el frío metal comenzaba a hacer presión en su tráquea.

La imagen que se alzaba ante la vista del frío Soldado causó que se paralizara de pronto, provocando que una especie de dolor atravesara su pecho, haciéndole soltar el cuello de la joven, como si le abrasara la mano.

No podía hacerlo.

Miró en su dirección, encontrándose con la joven ya inconsciente, debido a toda la sangre que había perdido. Su rostro le resultó terriblemente familiar de pronto, tanto que una presión se acumuló en su interior, haciéndole sentir mal, muy mal. Su pequeña nariz, sus labios... Todo su rostro se le hacía jodidamente familiar.

Necesitaba salvarla, necesitaba hacerlo, a pesar de no saber el porqué.

Cargó con el inconsciente cuerpo a través de la nieve; llevando el delicado cuerpo entre sus brazos, cubierto de sangre.

***

El rostro de la chica todavía permanecía en su mente, igual que si se lo hubieran grabado a fuego en ella. Y ese nombre, "Bucky",  que tanta irritación le causaba, continuaba haciendo eco en su memoria, junto a las súplicas de la muchacha.

Todavía no entendía porqué la había salvado, porqué simplemente no la había dejado morir y había terminado con su misión, como si de otra más se hubiera tratado. Pero lo que sintió al ver la horrible imagen de la chica lo había paralizado por completo. Algo dentro de él le había dicho que no lo hiciera.

Iba a tener grandes problemas cuando se enterasen de que ella continuaba con vida, pero en realidad no le importó, en esos momentos solo le preocupaba que ella estuviera a salvo; a salvo de él, a salvo de cualquier peligro. Se había sentido en la necesidad de protegerla.


Ya sentado en la tan familiar y fría silla, todavía confuso, decidió tratar de sucumbir a todas esas tormentosas preguntas que aparecían una y otra vez en su mente.

-¿Quién era ella? - las palabras salieron solas, con necesidad.

Todos los presentes dejaron sus quehaceres, observado al Soldado con detenimiento. Parecía volver a recordar.

-¿Quién era ella? - esta vez parecía cabreado ante el silencio de la sala. Alguien se acercó a él, proporcionándole un fuerte bofetón - La conocía, ¿verdad? - la tristeza lo inundó, temiendo haber herido a alguien que en un pasado había sido importante para él. El silencio no hizo más que confirmar sus sospechas; se sintió culpable, destrozado por dentro, no sabía quien era aquella muchacha, pero si sabía que probablemente alguna vez había sido importante para él.

En realidad no iba desencaminado.

-Bórrenlo...

Se recostó, asumiendo lo que venía a continuación, con la fresca imagen de la joven todavía en sus pensamientos, deseando que no se borrase de su memoria, deseando que se quedase allí de forma permanente, como un salvavidas. 

Después de eso solo sintió el familiar dolor, y posteriormente, nada. Todo estaba en blanco de nuevo.

-Dobroye utro,  Soltat. *

- Gotovy soblyudat'... *






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*Dobroye utro, Soltat. (Buenos días, Soldado)

*Gotovy soblyudat'... (Listo para cumplir)

Wintry ShadowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora