Capítulo 7

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[En la actualidad]

Era evidente que me reconocía, sabía a la perfección quién era yo, pero la sorpresa reflejada en su rostro me hacía pensar que en realidad estaba en Bucarest por coincidencia, y no porque supiera de mi existencia ni mucho menos.

El silencio reinó en la estancia durante lo que parecieron horas, no podía apartar mi vista de él, y por lo que parecía él tampoco de mí. Dio un paso en mi dirección, como auto-reflejo yo retrocedí otro, se quedó paralizado, una mezcla de dolor y frustración cruzó su rostro. El tiempo pareció detenerse, y solo conseguía escuchar mi respiración, junto con las aceleradas pulsaciones que estaba emitiendo mi corazón.

Unas terribles ganas de llorar me invadieron, y ante el miedo y el desconcierto que sentía en esos momentos opté por salir corriendo de allí.

Me costaba respirar, me estaba ahogando, demasiados recuerdos, demasiados sentimientos se agolpaban en mi interior bloqueándolo todo. Podía sentir como el dolor atravesaba mi pierna, y como la voz de Steve gritaba mi nombre detrás de mí, junto con la de Sam, pero no me detuve, solo pensaba en salir de allí, y así hice. Noté como las frías gotas de lluvia me empapaban, mezclándose con las lágrimas que caían por mi rostro. Estaba desorientada, asustada y solo podía pensar en correr todo lo lejos que pudiera.

Pude oír los pasos de alguien corriendo detrás de mí, y poco después pude sentir como alguien me cogía del brazo deteniéndome. Me giré de forma repentina, Steve se encontraba observándome con el ceño fruncido, sus ojos estaban llenos de preocupación, y no tardó en envolverme entre sus brazos, y ahí dejé que todo lo que sentía saliera sin control. No sé cuánto tiempo estuvimos así, pudieron haber sido minutos, horas... Pero me sentía agotada, estaba empapada y tenía mucho frío.

-Estás temblando Em... Volvamos a casa – y antes de que pudiera si quiera protestar me cogió en brazos y comenzó a caminar en dirección a "casa".

-No estoy preparada Steve... No lo estoy – sollocé, refugiándome en su pecho – No lo estoy...

Entramos por la puerta principal, el cambio de temperatura era evidente, pero continuaba teniendo frío, mi ropa continuaba empapada y eso no ayudaba demasiado.

-Sam, prepara algo caliente para que se tome, está helada – dijo a la vez que pasaba por la cocina para después subir las escaleras hasta mi cuarto, recibió una respuesta afirmativa por parte del moreno – Será mejor que te cambies de ropa Em – me sugirió, apoyándome de forma delicada en el suelo, para después acercarse hasta el armario y coger alguna ropa seca de él. La cogí y como pude caminé hasta el cuarto de baño, donde me cambié.

-Será mejor que te tomes esto y te metas en la cama – en cuanto abrí la puerta fue lo primero que escuché, y no pude hacer más que asentir ante la recomendación de Steve.

[Narrador Omnisciente]

-No sé qué es lo que le ha pasado, creí que reaccionaría de otra forma y no así – las lamentaciones de Steve hacia Sam eran más que evidentes, lo último que quería era dañar a su mejor amiga, y al parecer había hecho todo lo contrario. Desde el salón Bucky escuchaba toda la conversación, no sabía cómo sentirse exactamente, se sentía demasiado confuso.

-Dale tiempo Steve, es normal que haya reaccionado de esa forma – trató de hacerle comprender lo que había ocurrido.

-Me preocupa... Hoy temí que desapareciera de nuevo, al verla salir corriendo me asusté – confesó entristecido ante la idea de volver a perder a su mejor amiga por tercera vez, era algo que no estaba en sus planes y que le aterraba de sobremanera, solo quería protegerla de la mejor forma posible.

-Ha sufrido, en parte es normal que reaccione de esa forma... No la he conocido en los años cuarenta, pero te puedo asegurar que no es la misma Emma de antes, las cosa que habrá vivido han provocado ese terrible cambio, y aunque trate de ocultarlo está rota por dentro – Sam le había cogido mucho cariño a Emma, y tras pasar bastante tiempo con ella pudo observar que a pesar de que en sus labios hubiera una sonrisa, en sus ojos había reflejada el alma de una chica rota.

Bucky atendía atentamente la conversación, tratando de no perderse ningún tipo de detalle al respecto. Le sorprendió ver a Emma en ese estado, parecía que ambos siguieran en los años cuarenta, ya que su aspecto era el mismo, pero tal y como había dicho el amigo de Steve en sus ojos se veía reflejada un alma rota. No quería ni pensar por lo que había pasado Emma, y el solo hecho de plantearse que le hubieran hecho lo mismo que a él le aterraba de una forma descomunal, el solo hecho de pensar que le habían hecho daño lo ponía enfermo.

Decidió que lo ideal sería descansar un poco, a pesar de que era consciente que no conciliaría el sueño. Caminó hasta la cocina, llamando la atención de los dos presentes.

-Steve, creo que voy a acostarme ya – le avisó.

-Claro, te enseñaré donde pasarás la noche – se levantó, haciéndole una seña para que lo siguiera, y así hizo. Subieron unas escaleras, caminando un poco por un pasillo, para finalmente detenerse ante una puerta que estaba entreabierta, Steve la abrió y ambos entraron en su interior – Aquí dormirás – sonrió amable, colocando una de sus manos en el hombro de Bucky, tratando de reconfortarlo.

-Gracias – Steve abandonó la habitación y Bucky se acercó a la cama, sentándose en ella. No tardó demasiado en recostarse y en cerrar los ojos, no pudo evitar sentirse un poco mejor consigo mismo, ver a las personas más importantes de su vida lo habían animado.

Pasó horas tratando de conciliar el sueño, pero le resultaba demasiado complicado, demasiadas cosas cruzaban su cabeza. Se levantó de la cama y caminó hasta la planta baja, decidió que salir a la pequeña terraza que había sería buena idea, y así hizo.

Cuando se hubo encontrado fuera le sorprendió ver otra silueta allí, se trataba de Emma, quien lo observaba detenidamente, la sorpresa estaba reflejada en ella, ninguno de los dos esperaba encontrarse.

-Yo... Esto... Uhmmm... - balbuceó cómo pudo el soldado, tratando de aclarar sus ideas y decir algo coherente. Emma no pudo evitar dejar escapar una ligera sonrisa, Bucky se sorprendió ante ese acto, debido a que horas antes había salido huyendo - ¿Cómo...? ¿Cómo estás? – el nerviosismo se apoderó de él, se sentía como un chiquillo de quince años.

-Bien – respondió simple la chica – Siento lo ocurrido antes – se disculpó avergonzada, dirigiendo la vista hasta el suelo – me sentía demasiado... - se tomó unos instantes para buscar la palabra adecuada – abrumada – contestó no demasiado segura.

Bucky dio un paso en su dirección, y esta vez ella no se movió, afianzando la seguridad en él, animándolo a dar otro paso.

-Creí que estarías... Que estarías muerta – confesó, apoyó los dedos de forma delicada en el mentón de ella, elevando su vista hasta sus ojos, observándolos detenidamente, hacía demasiado tiempo que no los veía, la había extrañado tanto...

-Yo también lo creía – su confesión creó un silencio entre ambos – Pensé que nunca más te volvería a ver, creí que nunca volverías... – las lágrimas inundaron sus ojos, y Bucky la envolvió entre sus brazos. Ambos sintieron una extraña, pero agradable sensación, Emma dejó que las lágrimas fluyeran libremente, y Bucky, él la abrazó muy fuerte, temiendo que si la soltaba ella se desvanecería de entre sus brazos, y eso lo aterraba.

-Siempre voy a volver Sully... Siempre... - el silencio los envolvió, y ambos decidieron disfrutar de ese instante al máximo, con la tranquilizadora compañía del uno y del otro.

Wintry ShadowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora