Las vueltas de mi vida

Primer día

Me encuentro dentro de la escuela. 

Miro todo a mi alrededor. Hay personas por todos lados. Mierda. Pensé que era un colegio pequeño. 

No puedo retroceder. Me pongo derecha y alzó mi barbilla. No es tiempo de ser débil.

Al parecer nadie se da cuenta de que estoy ahí, mejor para mi. Comienzo a caminar hacia el edificio que se yergue alto y majestuoso frente a mi.

Algo impacta en mi cabeza, veo como el piso viaja muy rápidamente a mi cara, pongo mis manos frente a mi. Una vez en el suelo, logro levantarme con toda la elegancia que puedo.

Una vez arriba, volteo para ver quien me ha golpeado.

En una broma, ¿no? ¿Por qué me tengo que encontrar al chico del parque en estos momentos?

El chico ve preocupado mis vendas. Sé lo que está viendo, tela que se tiñe de rojo.

Sin dudarlo, lo miró fríamente. Se que hay destellos de crueldad en mis ojos. He practicado para esto. Todo el mundo está mirando.

No digo nada y como la última vez, él tampoco.

Me doy la vuelta y comienzo a caminar. Antes escucho unos cuantos pasos y un susurro audible para mi que dice "Dios, que está buena, lástima que sea un bicho raro".

Oh no, nadie se mete conmigo y mis problemas. Me doy rápidamente la vuelta. Me acerco al amigo pelirrojo del chico del parque y antes de que pueda decir algo le doy una patada en las costillas.

Me da igual su reacción, vuelvo a voltear y voy a paso tranquilo a la oficina para recoger mis horarios. 

Los murmullos comienzan cuando estoy a punto de llegar a la puerta. Hago una mueca.

Este será un largo año.

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En este momento he pasado todo un periodo y ya no aguanto más las clases.

Todos me miran y susurran lo que ocurriócon el pelirrojo teñido.

Me encontré con la persona que más odio en el mundo después de haber sido mi mejor amigo.

Sin ser vista, salgo del colegio y camino hacia el parque. Me siento sobre el césped.

Varias sombras bloquean el sol. Me niego a mirar arriba. Sé que es demasiado tarde. No me di cuenta de que me seguían.

-Hola Eve. ¿Cómo estás? Mejor amiga.

Esa voz. No, no, no, no. 

Alzó un poco la vista.

Es él.