5. San Valentín

28 2 0
                                    

5

Las semanas pasaron, llevaba en Hogwarts ya más de un mes y me sentía como en casa, había mejorado considerablemente y debía admitir que Dumbledore había tenido razón: podía con lo que me echaran. Con las clases, con la nueva novia de Jason, con los celos que se daban Ron y Hermione, con Snape...

La clase de pociones no iba tan bien como habría querido o esperado, daba igual lo que hiciese: el profesor Snape nunca quedaba contento con el resultado. Lo que más me enfurecía era que yo tenía experiencia en un laboratorio muggle y aún así dudaba de todo lo que hacía. Ese hombre me tenía una manía demasiado intensa, de Slytherin tenía que ser.

-Tienes que venir a Hogsmeade- insistió Hermione, ella sabía perfectamente que no quería ir pero no quería quedarse sola con Ron y los demás chicos, pues ella no era de las que solían llevarse bien con las chicas, que estaban centradas en cosas más superficiales.

-Ron no te va a comer.

-Ya, pero no quiero ir sola en San Valentín con Ron, se vería raro.

-¿Qué más da cómo se vea? ¿O es que en realidad sí quieres ir con él pero te da miedo?

-No admitiré que quiero ir con él, Lucy- me advirtió.

-Yo tengo experiencia con chicos, podría ayudarte...- pareció pensárselo, aunque desechó la idea rápidamente.-Venga, Hermione, es obvio que os gustáis, no sé por qué os negáis a verlo.

-¿Quién ha dicho eso? A mí no me gusta. ¿Te ha dicho que le gusto?- dijo todo eso de forma demasiado atropellada. Hermione nerviosa era muy graciosa.

-Ni siquiera los muggles babean tanto aunque vean un escote- se sonrojó un poco y se veía realmente adorable, ella era hija de muggles como mi madre así que entendía las palabras a la perfección.

-Pero... ¿qué debería hacer?

-Haz alguna poción para llevar bien el pelo y yo me encargo del vestuario, resulta que yo sigo con la manía de la ropa muggle así que tengo toneladas y usamos la misma talla.

-Solo es Hogsmeade, realmente no es para tanto- intentó excusarse pero la idea ya no se me iba a ir de la cabeza.

-No hay discusión posible, ve a hacer la poción.

-¿Y si tomas tú una poción multijugos y así nos aseguramos de que no la cague?- preguntó algo desesperada.

-Solo dura una hora, no te da tiempo a hacerla, tendrías que robar los ingredientes y lo peor de todo: no puedo fingir que una persona me gusta.

-Pero es mañana y no estoy preparada. Y si...

-Esta noche habrá charla de chicas así que lo que tuvieses planeado estudiar, aplázalo, Ron y tú mañana acabaréis como una bonita pareja, o eso creo- susurré lo último.

Al final acabó yéndose aunque no estaba del todo segura, que me tocara estar de celestina a mí mientras no me comía un rosco era algo insultante pero ayudaría a mis amigos a estar juntos, al menos.

-Así que la pequeña Potter ayudará a la inocente Hermione a ganarse el corazón de su amigo, interesante- pegué un salto, pues no sabía que había alguien escuchando. Se tiró en el sofá a mi lado.-La chica solo necesita un par de narices para lanzarse, no hace falta nada más, Ron está colado por ella.

-Eso lo sé perfectamente, pero Hermione tiene algo de miedo así que no será tan fácil.

-Menos mal que tiene a su amiga la muggle, aunque es curioso porque ella es hija de muggles.

-No me llames muggle porque no lo soy, la diferencia entre ambas es que yo sí he pasado mi adolescencia entre muggles y ella no. Aquí se van envenenando con pociones de amor, allí dejas ver escote, tiene el mismo efecto.

Lucy PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora