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Las semanas pasaron, llevaba en Hogwarts ya más de un mes y me sentía como en casa, había mejorado considerablemente y debía admitir que Dumbledore había tenido razón: podía con lo que me echaran. Con las clases, con la nueva novia de Jason, con los celos que se daban Ron y Hermione, con Snape...
La clase de pociones no iba tan bien como habría querido o esperado, daba igual lo que hiciese: el profesor Snape nunca quedaba contento con el resultado. Lo que más me enfurecía era que yo tenía experiencia en un laboratorio muggle y aún así dudaba de todo lo que hacía. Ese hombre me tenía una manía demasiado intensa, de Slytherin tenía que ser.
-Tienes que venir a Hogsmeade- insistió Hermione, ella sabía perfectamente que no quería ir pero no quería quedarse sola con Ron y los demás chicos, pues ella no era de las que solían llevarse bien con las chicas, que estaban centradas en cosas más superficiales.
-Ron no te va a comer.
-Ya, pero no quiero ir sola en San Valentín con Ron, se vería raro.
-¿Qué más da cómo se vea? ¿O es que en realidad sí quieres ir con él pero te da miedo?
-No admitiré que quiero ir con él, Lucy- me advirtió.
-Yo tengo experiencia con chicos, podría ayudarte...- pareció pensárselo, aunque desechó la idea rápidamente.-Venga, Hermione, es obvio que os gustáis, no sé por qué os negáis a verlo.
-¿Quién ha dicho eso? A mí no me gusta. ¿Te ha dicho que le gusto?- dijo todo eso de forma demasiado atropellada. Hermione nerviosa era muy graciosa.
-Ni siquiera los muggles babean tanto aunque vean un escote- se sonrojó un poco y se veía realmente adorable, ella era hija de muggles como mi madre así que entendía las palabras a la perfección.
-Pero... ¿qué debería hacer?
-Haz alguna poción para llevar bien el pelo y yo me encargo del vestuario, resulta que yo sigo con la manía de la ropa muggle así que tengo toneladas y usamos la misma talla.
-Solo es Hogsmeade, realmente no es para tanto- intentó excusarse pero la idea ya no se me iba a ir de la cabeza.
-No hay discusión posible, ve a hacer la poción.
-¿Y si tomas tú una poción multijugos y así nos aseguramos de que no la cague?- preguntó algo desesperada.
-Solo dura una hora, no te da tiempo a hacerla, tendrías que robar los ingredientes y lo peor de todo: no puedo fingir que una persona me gusta.
-Pero es mañana y no estoy preparada. Y si...
-Esta noche habrá charla de chicas así que lo que tuvieses planeado estudiar, aplázalo, Ron y tú mañana acabaréis como una bonita pareja, o eso creo- susurré lo último.
Al final acabó yéndose aunque no estaba del todo segura, que me tocara estar de celestina a mí mientras no me comía un rosco era algo insultante pero ayudaría a mis amigos a estar juntos, al menos.
-Así que la pequeña Potter ayudará a la inocente Hermione a ganarse el corazón de su amigo, interesante- pegué un salto, pues no sabía que había alguien escuchando. Se tiró en el sofá a mi lado.-La chica solo necesita un par de narices para lanzarse, no hace falta nada más, Ron está colado por ella.
-Eso lo sé perfectamente, pero Hermione tiene algo de miedo así que no será tan fácil.
-Menos mal que tiene a su amiga la muggle, aunque es curioso porque ella es hija de muggles.
-No me llames muggle porque no lo soy, la diferencia entre ambas es que yo sí he pasado mi adolescencia entre muggles y ella no. Aquí se van envenenando con pociones de amor, allí dejas ver escote, tiene el mismo efecto.
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Lucy Potter
RandomUna chica de ciudad es obligada a sumergirse en un mundo totalmente desconocido donde no tardará en encontrar enemigos que la quieran destruir. La magia ya no es una cosa de niños. Amor, amistad, magia, rivalidad, odio. ... -Prométame algo primero...