17. Juramento Inquebrantable

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Avisé a mis tíos de que no iría a comer porque había quedado con unos amigos de mi anterior instituto y me puse unos pantalones negros con una camiseta blanca bastante insinuante, acompañado de botines negros altos y el pelo recogido en una coleta alta. Iba sexy y pisando fuerte, justo en el punto.

Fui hacia el aparcamiento de la discoteca, que como no estaba cerca no comprometía la casa de mis tíos, y respiré hondo, me concentré en lo que vi el día del boggart y aparecí fuera de la mansión, lástima porque quería pegarles un buen susto.

-Vengo a ver a Draco Malfoy, soy su novia- le dije a los tres que estaban en la puerta, supe inmediatamente que eran hombres lobos y que tenían pulgas por la cara que tenían.

-Nombre.

-En cuanto crucemos la puerta, lo oirás. Ahora, llévame dentro. Y si buscas la marca no la verás, ya la lleva él por mí, ¿no?

Dudoso, el que parecía el jefe de los tres me dejó pasar. Fui con mi cara de bruja con complejo de superioridad y me abrió la puerta. Todos se quedaron de piedra al verme entrar por la puerta.

-Lucy- dijo estupefacto Draco.

-No me habías dicho que tenías perros, Draco- dije avanzando obviando el gruñido del tío ese.

Recorrí la sala ante la atenta mirada de todos hasta llegar a su lado, di un beso en su mejilla y me apoyé detrás de su silla.

-Un atrevimiento venir al cuartel completamente sola- comentó Voldemort.

-No sabía que tenía que llevar guardaespaldas a la casa de mi novio.

-Es una locura para cualquiera que no lleve la marca pero en tu caso, es un suicidio.

De repente, todos llevaron sus manos a su marca, que debía arderles con bastante intensidad, paré y sonreí.

-Pensé que estaba invitada por poder hacer eso- dije con una sonrisa arrogante.

-Snape me había dicho que solo te ocurría con odio intenso- comentó.

-He aprendido a controlarlo, la magia la dominas o te domina- asintió de acuerdo.

-Podrías haber sido un gran miembro de mis mortífagos, Potter. Sin duda.

-En parte lo soy por alusión, iban a meterme en Slytherin, no paran de repetir las cualidades dignas de uno de ellos que al parecer tengo y salgo con un mortífago. Mis padres me desheredarían, sin duda.

-Tus padres están muertos, querida.

-He venido a hacerte una oferta.

-¿Planeando suplicar por tu vida?- dijo burlón y la sonrisa arrogante surgió.

-Es algo que realmente no necesito. Era algo más... provechoso. O al menos yo lo considero así.

-Habla.

-Si me dices quién traicionó a mis padres y juras no infringir daño a ningún estudiante de Hogwarts, te diré la profecía entera y en mis términos haré que se cumpla a tu favor.

-¿Qué?- dijo Draco estupefacto.

-Acepto, hay muchas lagunas en tus exigencias.

-Lo sé perfectamente, pero piensa que si tú usas una yo podré usar otra. He tenido mucho tiempo para pensar en el trato.

-Tus padres fueron traicionados por el guardián de los secretos, Peter Pettigrew alias Colagusano. Era un miembro del grupo de tu padre, aunque dudo que lo hayas conocido, no es un mago ejemplar que digamos.

Lucy PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora