8. El espejo

19 2 1
                                    

8

Iba paseando por los jardines mientras Ron y Hermione trataban de entender lo que había sucedido, no con mucho éxito.

-Pero... ¿por qué Dumbledore no le dice a Snape lo que haces y ya está?- preguntó Ron.

-No tengo ni idea, pero ahora tengo que ir a verlo. Tampoco sé cómo sabe lo que hago, aunque realmente él sabe todo lo que hago.

-No le cuentes lo de la capa de tu padre, Lucy, te la quitará- aconsejó Hermione.- Aunque tienes que dejar de ir a ese espejo o te acabará pillando Snape y podrá expulsarte.

Asentí y me fui al despacho del director de Hogwarts. Cuando entré, me encontré al viejo profesor sentado en su butaca comiendo caramelos. Me indicó que me sentara y lo hice encantada pero extrañada.

-No voy a ofrecerte té porque sé que no te gusta, pero seguro que quieres algún dulce. Sírvete, adelante- dijo con entusiasmo y le miré algo extrañada.

-¿Por qué me ha hecho venir, profesor?

-Me gustaría saber algunas cosas, claro. ¿Qué haces cuando vagas por los pasillos por la noche?

-Ya lo sabe, por lo que me dijo anoche.

-Claro que lo suponía, el espejo. ¿Cómo lo encontraste?

-No podía dormir, me puse a vagar por los pasillos y accidentalmente me topé con esa puerta. Entré y lo encontré.

-Solo que la puerta no estaba abierta, ¿no Lucy?

-Lo siento, profesor Dumbledore- dije apenada.

-No pasa nada, Lucy, pero si las cosas están tan fuertemente guardadas es porque son peligrosas.

-Ese espejo no es peligroso.

-Mucho más de lo que piensas, me temo. ¿Qué ves?

-Es un espejo, me veo a mí.

-Olvidas que sé lo que hace el espejo, mucho mejor que nadie en este castillo. ¿Puedes adivinar qué deja ver?

-Lo que más deseas.

-¿Puedes ver ahora el peligro? El alma de muchos hombres ha sido consumida al observar lo que tanto anhelaban y que no podían conseguirlo, porque nunca muestra algo que se pueda conseguir.

-Veo a mis padres felices y orgullosos de mí porque me he graduado y tengo una carta de admisión a la universidad.

-No es real, eso es lo que tienes que saber. Y a pesar de que lo sabes, has seguido yendo una noche tras otra. Por ese motivo, he mandado que lo recoloquen. No hay que centrarse en aquello que no podemos conseguir, sino en lo que tenemos posibilidad de cambiar.

-¿Y puede cambiarse el destino de una persona?

-Ese es un tema que da mucho que hablar. Algunos piensan que sí y otros que no. Personalmente pienso que hay que afrontar el destino que cada uno tiene y no huir porque la cobardía es algo que no es nada honorable.

-¿Aunque el destino implique algo horrible?

-¿Hay algo que quieras contarme?

-No, nada- dije rápidamente y me miró suspicaz, pero no presionó.

-Entiendo que tu posición es una muy difícil, no es nada malo tener miedo.

-¿Por qué tengo que volver con mis tíos?

-Ese es un punto que no es discutible, son tus parientes más cercanos y debes ir con ellos en verano.

-Pero en septiembre cumpliré la mayoría de edad.

Lucy PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora