21. Promesas

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Esa noche nos reunimos y empezamos a contar algunas anécdotas, como cuando Draco era un auténtico capullo con Hermione. Ahora se respetaban y lo de "sangre sucia" no se usaría en un tiempo, no en mi presencia al menos. Realmente odiaba esa palabra.

Nos despedimos con un abrazo y me fui a dormir con Draco, necesitaba pasar la última noche con él. Había una posibilidad de que todo saliese mal y nunca volviese a pasar una noche con él, no pasase una noche en absoluto.

-Conmigo no tienes que poner la máscara, Lucy, sé que estás asustada.

-Estoy aterrorizada, Draco- dije dejando que me abrazara y me consolara.-Tienes que prometerme algo.

-Lo que sea.

-Si algo sale mal, dirás que no sabías nada y volverás a sus filas. No harás un solo comentario y estarás a salvo, ¿me has entendido?

-Pretendes que me salve si mueres- dijo tragando saliva.-Solo si tú me prometes algo.

-Lo que sea.

-No morirás.

Sonreí y le abracé, no iba a morirme no sólo por mí sino por toda la gente que tenía puestas sus esperanzas en mí y toda la gente que me quería.

-Draco- dije subiendo la mano por su pecho.-Si esta es nuestra última noche juntos, quiero aprovecharla.

-¿Acaso pensabas que ibas a escapar?

Sonreí pícara y comenzamos a besarnos.

Me vestí de forma totalmente provocadora como mi marca personal, algo mucho mejor que una serpiente en mi opinión.

Me decidí por unos pantalones de cuero y una especie de corsé con detalles en rojo, podrían confundirme con una mortífaga sin ningún problema. Me recogí el pelo en una coleta alta y pinté mis labios levemente de rojo. Me puse unas botas altas con tacón y estaba perfecta. Todo lo intimidante y sexy que podía estar sin dejar de estar cómoda.

Draco se quedó boquiabierto al verme al igual que el resto de los alumnos. Hermione sonreía sabiendo que lo mío no tenía cura.

La hora se aproximaba y avisé al director de que se pusiera en contacto con la Orden del Fénix para que en cuanto acabáramos con Voldemort, recuperaran el control del ministerio.

Faltaban minutos para que llegaran y todos estábamos más que nerviosos, de hecho una mancha oscura se veía aproximarse. Dejé a Draco en la retaguardia para que Voldemort no descargara su furia contra él, eso era algo entre los dos elegidos y no iba a meter a nadie en medio.

Me cogió de la nuca y me besó con furia y pasión, pero a la vez con cariño. Podía ser un perfecto último beso.

-Si salimos de esta- me dijo haciendo que le mirase a los ojos- ¿te casarás conmigo?

-Si salimos de esta, lo haré.

Ni siquiera lo había pensado, era algo que sentía. Si salíamos de esta, no iba a separarme de Draco.

Después de eso, volví al frente. Era la hora.

Lucy PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora