∞Capítulo 38∞

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«Estas Aquí Todo el Tiempo.»
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Mantenía mi cabeza apoyada contra el cristal de la ventana del auto, mirando vacíamente el paisaje y sintiéndome mal, hueca... Sencillamente rota.

Note como Rías-nee-sama detenía el auto. Estabamos en un parque, uno muy cercano a la residencia de los Gremory. La mire algo confundida, ella solo me sonrió abriendo la puerta a su lado para salir, rodear el auto y abrir la mía, tomó mi mano y me guió fuera de este.

Yo debía tener cara de pocos amigos porque tomo mis mejillas y la estiró, intentando hacer una sonrisa, ese mismo gesto que hacían ella, Nate y yo misma cuando eramos pequeños y alguno de nosotros estaba de mal ánimo.

-Quita esa cara Mirai-nee.-me pidió con una sonrisa amable.- Ven, antes de ir a la residencia Gremory, tu nuevo hogar oficial, tú y yo debemos encargarnos de algo.-dice llevándome con ella a una de las bancas del parque, la cual estaba situada bajo un frondoso árbol que brindaba una sombra innecesaria a tales horas del atardecer, casi ante el crepúsculo.

Ambas nos sentamos, ella siempre con su postura recta, digna de una líder. Y yo a su lado, delgada, seguramente pálida, sin mucho avistamiento de disfrutat vivir y encorbada.

-Desahógate.-me ordena ella, con voz firme.

-¿Qué?-pregunté mirandola, aún más confundida.

-Desahogáte, Mirai.-repite, acariciando mis cabellos pelirrojos como los suyos, guiándome a poner mi cabeza en su regazo.- Nate y yo estamos aquí para ti, siempre. No queremos verte así y creeme, los otros miembros tampoco lo querrán y me veré incapaz de negarme a ir a darle una paliza a aquellos que te mantienen así si ellos me lo piden, yo me estoy controlando, pero si tantos de mis Evil Pieces tienen una petición común... Con mucho gusto no me negaré.-comenta haciéndome sonreir sin poder evitarlo de solo pensarlo.

Me mantuve apoyada en su regazo, sonriéndo antes de explotar aquel dolor.

-Es cierto... Estas Aquí Todo el Tiempo. Nate también, ambos, son lo mejor que pude recibir de la existencia.-admito sonriéndole ampliamente agradecida.

-Tú también eres nuestro regalo, una dulce y linda hermanita... Hasta que conociste el sarcásmo.-dice a chiste, haciendo que ambas ríamos, dándome mi tiempo para poner mis pensamientos y sentimientos en orden para poder expresarlos.

Cierro los ojos unos momentos, repasando ese día, todo lo que me embarga: amor, amistad, libertad, sinceridad, hermandad. Son muchas cosas buenas, pero... También hay malas, en ellos, en su mirada: Dolor, traición, enojo, desconfianza, desconocimiento. Todo aquello lo siento a través de ellos.

Suspiro, y ya me encuentro lista para desahogarme.

-Me siento mal, horriblemente mal.-digo sencillamente, abriendo mis ojos y mirando los suyos.- He vivido con ellos los últimos meses, fuí con ellos al campamento, ese lugar que considero una segunda escuela, con muchos amigos a los que me pone nerviosa presentarles a mis otros amigos y ver que posiblemente no se lleven bien, o que si lo hagan y por ello me dejen de lado.-reí ante mi pensamiento infantil intentando ignorar el nudo y la presión que rodeaba mi garganta.- No todo fue manzanas en caramelo, pero... Me acostumbré a ellos, a oirlos hablar a mi alrededor, a sus pasos, a sus manías, a bromear con ellos, a hablar con ellos, a pelear con ellos, a vivir con ellos. Con sus primeros maltratos y luego con sus constantes apoyos. Ellos fueron... Las primeras personas a mi alrededor con las que conviví después de tanto tiempo sin que hubiesen sido familiares, como tú y Nate, o conocidos cercanos, como Sebastian y Ciel.-murmuré, con los ojos surcados por pequeñas lágrimas.- Yui... Ella fue mi primera amiga y persona a la cual deseé proteger que no fuese mi hermano, me duele solo pensar que ya nunca podré verla o acercarme más a ella y hablar de cualquier tema.-dije con lágrimas bajando por mis mejillas.- Los Mukami... Extrañaré la odiosa voz de diva ramera de Kou que internamente amo, pero era gracioso verlo enojado por hacerle creer que dolía en los oídos. Extrañaré a Ruki, sus tazas de café y hablar sobre mis Sacred Gears o libros. También a Yuma, reír de que coma cubitos de azúcar a cantidades terribles y hacerle creer que le saldrán caries o le dará algo parecido a la diabetes.-reí aunque mis ojos estuviesen derramando aquel cristalino líquido.- Y Azusa... Oh, la tierna momia kawaii, Azusa. Claro que lo extrañaré, aún conociendo la verdad él fue tan amable conmigo.-sonreí y noté que Rías tenía sus ojos cristalizados, como si sintiera lo que yo estaba sintiendo.- Y los Sakamaki, no me olvidé de ellos. Subaru, con su actitud tsundere, haciendo creer que no le afecta nada, siendo siempre un buen blanco para avergonzar y para tener una charla donde necesites que te oigan, sin presiones. O los trillizos, Kanato... Siempre tan tierno y adorable, siempre junto a su fiel acompañante Teddy, el... Cuando estaba junto a el recordaba como era cuando Nate estaba a mi lado.-admití con melancolía.- También Raito y Ayato, un pervertido y un narcicista, ambos pudieron delatarme y no lo hicieron. Con ellos podías sentirte entre amigos, bromear y hacer pucheros porque te digan "pelirroja" cuando en realidad te agrada que te digan así. Espero que, los dos se mantengan igual y que, Yui, eliga quien eliga, no permita que se separen.-deseé.- Luego está Reiji, oh mamá Reiji.-reí.- Extrañaré su comida y cocinar con el cuando me lo permitía, también verlo reprimir a sus hermanos aunque sé que en el fondo lo hace porque los quiere.-respire profundo para mencionar al último.- Y Shuu, Shuu Sakamaki... Jodida rubia nazi.-masculle y Rías rió secando sus ojos.- Durante toda mi estancia no hizo más que: dormir, despertar, joderme, pisar mis talones al estar siempre a un paso de descubrir la verdad y hacerme sonrojar. Era un molesto y un arrogante.-resople.- Aún así... Creo que no pude evitar que me gustase un poquito.-culmine.

-¿Poquito?-preguntó Rías mirándome.

-Si, bien poquito, poquitito.-repetí, pero vi como alzaba una ceja.- Bueno... Tal vez más que poquito, bastante.-admití avergonzada al oirla reír.- Pero ya de que, no los veré jamás y ellos seguro agradecen eso, menos los que fueron cercanos... Ellos me olvidarán o seré un recuerdo en lo profundo de su memoria, eventualmente.-murmuré con la vista perdida en el cielo oscuro.- Fuí una idiota, al aceptar el trato para conocerlos, al encariñarme, al decir la verdad, al irme... Fuí una idiota en todo.-terminé cerrando mis ojos, dejando salir las últimas gotas.

-No fuiste una idiota, fuiste increíble.-me consoló mi hermana besando mi frente.- Soportaste algo que no soporta cualquiera, y, aunque no todo terminó en buenos términos, te aseguró que podrás seguir adelante y avanzar.-me recordó abrazándome.

"Ella tiene razón Mirai, eres nuestra hermanita increíble y te recuperarás." Dijo mi hermano en mi mente y me sentí plenamente apoyada.

Se que estaré mejor.

Y allí, junto a mis hermanos, nos mantuvimos sentados en el parque otro buen rato hasta ir a mi ahora, nuevo hogar.

Mientras, en la Mansión:

Reiji, al igual que los demás, observaban sin mucho ánimo, y la mayoría sin paciencia, a aquel papel que habían recibido.

La prueba de sangre de "Nathaniel", más bien Mirai.

Ese papel que certificaba que todo lo ocurrido las últimas horas había sido completamente real, aunque quisieran olvidarlo.

El papel, junto a la foto adjunta de "Nate" y Mirai, quedaron arrugados para ser arrojados al fuego por las manos de Kou.

No deseaban saber nada más.

Yui por otro lado, algo desanimada estaba en su habitación. Mirai se había ido y parecía haberse llevado lo divertido que habían sido esos meses con su presencia. Todos los hermanos, menos Ayato, Raito y Azusa, estaban afectados y enojados.

Ella recibía y daba apoyo a los que, al igual que ella, estaban afectados pero de otra manera, los otros gruñían con solo acercarse.

Se levantó de su cama y salió de su habitación, caminó hacia la recamara que fue de Mirai solo para observar que esta estaba vacía, sin nada que mostrara el paso de aquella chica que se hizo pasar por chico a la vista.

Se lanzó desanimada en su cama y, pudo sentir algo dura la almohada, cosa imposible porque siempre estas se mantenían esponjosas y suaves.

Extrañada se levantó y metió su mano en la funda, para, con sorpresa encontrarse con algo bajo esta. Sacó aquel objeto de cobertura firme y con forma rectangular, mirando con la boca abierta y sus ojos emocionados que era el albúm de Mirai, había algo de ella allí.

Lo abrió y miró las conocidas imagenes, observando esas que ella le mostró alguna vez. Llegó a una parte desconocida, nueva, que se titulaba:

"Giro de 360°"

Mirai siempre era creativa para nombrar las cosas.

Ojeó aquella sección y sus ojos se llenaron de lágrimas, aparecían imagenes que apenas conocía su existencia, de Mirai como Nate junto a ellos, a lo largo de todo lo que vivieron juntos. Cada foto tenía un rememorando en la parte inferior, la primera citaba:

"Wow, es la primera vez que uso la Sacred Gear de creación para hacer fotografía uno de mis recuerdos, pero fue una bonita salida con Yui-chan a esa cafetería, quiero recordarlo." -Mirai-

Entre muchas más similares que observó, triste por no tenerla allí para abrazarla y algo agradecida por tener algo con que recordarla.

No notó que uno de los hermanos entró al no verla en su habitación ni en otro lugar.

-¿Qué es eso?-preguntó para arrebatarle lo que tenía en sus manos y observarlo.

Yui contuvo el aliento, notó que Mirai dejó muchas verdades escritas en su albúm pero antes de poder pedirlo para conservarlo... Este ya había sido llevado junto a Subaru a otra parte.
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Andy y Rigoberta: -5mentarios parte 2-

Las amodora~

-Andy <3-

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⏰ Última actualización: Feb 11, 2018 ⏰

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¿Girl...?- Diabolik Lovers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora