Long Way Down.

Capítulo 3.

Capítulo 3
"I'm here for you"

Cassie's POV.

Desperté, y quedé completamente impactada de que seguía aquí, en este cuarto, con John y Mimi, en Liverpool, y más que nada en los 60's; puesto que acostumbraba a soñar con esto, pero en la realidad era aún mejor.

Me vi en el espejo y estaba hecha un desastre, entré a el pequeño baño, hice de mis necesidades y me duché.

Claramente había  un progreso, le hice a una mueca al espejo y al lado vi una bolsa con una envoltura.

"Cassie, ya que no tienes ropa aún, decidí lavar uno de mis vestidos de la juventud y prestártelos, este era el más acorde a esta década. Te espero para el desayuno: MIMI SMITH x.

Abrí la bolsa y cuando vi el vestido, noté que en si no era mi estilo, pero era muy  adorable y me lo puse.

Bajé al comedor y me llevé una sorpresa enorme, estaban los otros dos Beatles; Paul y George. En ese momento sólo quise gritar, llorar y brincar, tan sólo con ver sus siluetas.

— Buen día Cassie.— dijo Mimi y la vista de todos se dirigieron a mi, por lo cuál bajé la cabeza.

— Cassie, dulzura. Qué bonita estás hoy.— dijo John poniéndose de pie y abrazándome, a lo cual yo solo sonreí.

Los demás se acercaron, a penas vi a Paul quería lanzarme a él, era tan adorable, su cara impartía amor por todas partes, era mil veces más lindo que en una foto de blanco y negro, era una completa afortunada, muchas chicas matarían por estar con estos genios, pero era yo. Era un sueño, totalmente.

—Cassie Sparkler, George Harrison, George Harrison, Cassie Sparkler.— dijo Lennon y George me dirigió una sonrisa adorable.

—Hola George.— dije y él sólo me miró fijamente, yo le observé, George era hermoso, tan lindo y cerrado, como siempre se dijo.

—Mucho gusto, Cassie.— dijo y posó sus labios en mi mejilla.

—Cassie Sparkler, Paul McCartney, Paul McCartney, Cassie Sparkler.— dijo John agotado de hablar tanto.

—Mucho gusto, Cassie.— dijo con una sonrisa algo traviesa, lo cuál me hizo alzar la ceja y el rió.

—Encantada.— dije y acto seguido el besó mi mano.

El mismísimo Paul McCartney, también como se ha dicho, todo un cuento. En la mirada de Paul, por más que intenté encontrarle significado no vi nada.

—Cassie, muchachos, vengan a desayunar, se va a enfriar la comida.— dijo Mimi y todos fuimos a la mesa.

Cuando acabamos de desayunar, ayudé a Mimi con los platos y me agradeció, no sin antes dirigirme unas palabras.

— Cassie, necesitas más ropa que la mía, ten esto.— dijo dándome una cantidad de dinero.

— Oh no, Mimi. Nunca lo aceptaría.— dije apartando el dinero de mi.

—Linda, lo hago de corazón, tengo una sobrina, y se fue hace mucho, tú me haces sentir como si fueras una.— dijo sonriendo.