Él la miraba,
Ella le respondía con su mirada,
Tenía la mirada fría,
Pero dulce, tan dulce como su cara,
Y el recorría su espalda que era como un mapa,
Con sus lunares que se semejaban a la luna,
Y que le iluminaban a él en la oscuridad
Recorría sus grandes manos por su pelo,
Su largo pelo,
Y lacio,
Y sedoso, como la seda,
Y negro, como el azabache.
Los ojos de ella le miraban a él deslumbrante,
Le pedía más,
Él le daba todo cuanto quería y podía,
Y ella no lo veía,
No veía lo magnífico que era,
La magia que hacía,
Él era una estrella,
Una estrella del cielo que brillaba en el firmamento,
Una estrella que volaba años luz,
Él se dio cuenta de que ella no lo quería ya más,
Le dolió tanto que aún con todo lo que la amaba,
La dejo ir,
Y ella se fue,
Y no volvió,
Y no volverá.