¿No podías amarme? | WooGyu/MyungJong

4. El descuido de Myung Soo

Para el lunes siguiente, Woo Hyun está consciente del enfado de su amante, pero tiene la seguridad de que no es algo muy difícil de solucionar; después de todo, Sung Kyu es un jovencito inexperto, enamoradizo, alguien sencillo de manipular y, eso le hace las cosas más factibles a la hora de usarlo para engañar a su esposa.

Desde el primer momento en que se llevó al muchacho a la cama, se dio cuenta de que Kim está perdidamente enamorado de él. Además, en esta "prohibida" relación, el que más sale perdiendo es Sung Kyu, y tampoco va a ser el primer corazón roto que deje por alguna parte de la cuidad.

Woo Hyun toma su maletín y se acomoda la corbata. La campana que anuncia el inicio de las clases ha sonado, por lo que Nam se levanta de su asiento en la sala de maestros para dirigirse a su primera clase. Camina por el largo pasillo y observa a los últimos alumnos ingresar al aula. Le da un vistazo rápido a su reloj de pulso y, por fin entra, saludando a los muchachos que ya lo esperan acomodados en sus respectivos lugares.

Después de casi dos horas de clase, el profesor guarda sus cosas e indica que ha sido todo por el día de hoy. Se escuchan varios gemidos de alivio y los muchachos empiezan a levantarse de sus asientos.

Y cuando empiezan a salir, Woo Hyun observa a su "novio" pelirrojo tomar su mochila para seguir a su mejor amigo, Choi Min Ho, y en ningún momento Sung Kyu levanta el rostro en su dirección —incluso no lo hizo durante toda la clase— y Nam se siente un tanto desconcertado; sin embargo, sabe que el muchacho no va a negarse a su petición de quedarse para "hablar", pues nunca ha despreciado una buena sesión de pasionales besos.

—Señor Kim, ¿puede esperar unos minutos? Necesito hablar con usted.

El pelirrojo detiene su andar y, aferrando más la mochila que cuelga de su hombro, observa a Min Ho por un par de segundos antes de que éste siga su camino, dedicándole un ademán de despedida.

Woo Hyun se recarga en la silla y Sung Kyu suspira profundo, acercándose más al escritorio. El profesor entreabre los labios, pero el muchacho se adelanta a romper el silencio.

—¿Quiere hablar sobre el trabajo que le he entregado? —inquiere Kim, queriéndole congelar con la mirada. Pero Nam sólo se aguanta una minúscula sonrisa por su gesto.

—No. No quiero hablarte de eso —responde con suficiente informalidad, antes de inclinarse sobre el escritorio para recargar sus codos en él. Mira a Sung Kyu rodar los ojos y abre más los párpados cuando el pelirrojo se da la vuelta de pronto, dispuesto a salir del aula.

Pero Woo Hyun no va a permitir que Sung Kyu lo desaire, por lo que, escondiendo otra sonrisa burlona, se levanta de inmediato de la silla y casi corre tras el muchacho, tomándolo del brazo sin ningún tipo de cuidado, y acorralándolo contra la pared junto a la puerta, la cual cierra de un empujón.

Sung Kyu hace una mueca de dolor por el fuerte agarre que el profesor mantiene en su brazo, pero no le da la satisfacción de escucharlo quejarse, y Woo Hyun le sujeta el otro brazo, pegándose más a su cuerpo mientras acerca sus carnosos labios a los de Kim para besarlo. No obstante, el pelirrojo lo rechaza, girando el rostro. El profesor se detiene un momento y suelta un sonoro suspiro.

—Lo siento. No te enfades, ¿sí? —pide Woo Hyun, intentando sonar arrepentido. Sung Kyu frunce el ceño y vuelve su mirada llena de reproche hacia él.

—Entonces no debiste dejarme plantado.

—Lo sé, pero no pude hacer nada. Mis suegros llegaron sin avisar y tuve que quedarme en casa —se excusa con la primera mentira que le llega la mente.

—Creí que tenías una pésima relación con ellos. ¿No era mejor poner un pretexto para salirte de la casa en lugar de quedarte a soportarlos?

Woo Hyun sonríe con ironía ante las acertadas palabras del muchacho, y Sung Kyu entrecierra los ojos, esperando una mejor explicación.