16. La intuición de Myung Soo

154 23 7
                                    

Myung Soo se detiene frente a la casa de Sung Jong y suspira despacio antes de apagar el motor del auto. Se siente nervioso, y a pesar de ser un adulto, no sabe cómo entablar una conversación común.

En su adolescencia nunca fue muy sociable, mucho menos después de haber pasado por años de terapia y medicamentos después de la muerte de su padre. Por lo que no tiene idea de las cosas que debe decir para mantener entretenido a Sung Jong, y eso lo avergüenza un poco; sin embargo, no le hace falta pensar en nada, puesto que el muchacho lo sorprende cuando habla primero.

—¿Quieres pasar a tomar algo? ¿Un té o un café? —le propone con una simpática sonrisa.

Y el corazón del detective acelera sus latidos mientras el joven baja del vehículo.

—Claro. Gracias.

Entonces Myung Soo desciende del auto también y se apresura a seguirlo. Sung Jong abre la puerta de la casa y enciende las luces. Al momento, el detective observa el interior y se da cuenta de que es mucho más colorido y cálido que la última vez que estuvo ahí. El muchacho cierra la entrada y le indica al detective que le siga hasta la sala.

Al sentarse en el sofá, Sung Jong le sirve una taza de té verde. Le acerca unas galletas de avena y le agradece con una sonrisa antes de acomodarse a su lado.

—¿Por qué fuiste al local donde trabajo? —pregunta Sung Jong con mucho interés.

Aguantando la respiración por unos segundos, Myung Soo no sabe qué contestar. La realidad es que ni él mismo sabe por qué lo hizo.

—La verdad, no tengo idea. Sólo manejé por un rato y terminé ahí. Aunque... —Myung Soo hace una larga pausa a la vez que sus ojos se fijan en los de Sung Jong—, quería verte.

Sólo toma unos segundos para que las mejillas de Lee se tiñan de rosa. Kim le continúa mirando y sujeta la pequeña taza de porcelana para tomar un sorbo.

—Siendo sincero... yo también tenía ganas de verte.

Sung Jong sonríe con suavidad y el detective le observa con detalle. El joven está más feliz, y eso le otorga una apariencia mucho más atractiva.

Myung Soo se le aproxima un poco más, y después no se da cuenta de cómo es que los labios de ambos terminan uniéndose, pero aquello le encanta. Por lo que no duda en corresponder con la misma necesidad que tiene Sung Jong de besarle.

◇◇

Cuando el detective llega a su oficina al día siguiente, varios archivos con los reportes de la evidencia del arresto de Sung Kyu ya están esperando en su pequeño escritorio. Myung Soo los revisa y felicita a Ji Soo por ser tan detallada; no obstante, no hay nada en ellos de lo que Hee Chul mencionó en el hospital.

Y entonces se avergüenza por haber tomado la cosas tan a la ligera, porque siempre suele investigar hasta la última hecho o persona involucrada en los casos y, esta vez, sólo aceptó lo que sus oídos y ojos sabían y dejó de lado lo que le gritaba su intuición.

Myung Soo cree que ha estado algo distraído, pero sabe que no cometerá un error de nuevo.

—Ji Soo, quiero que me ayudes a investigar todo sobre Kim Sung Kyu, la señora Nam Mi Joo, Kim Ki Bum, y cualquier otra persona cercana a ellos tres y al profesor Nam.

—De acuerdo, Myung Soo.

El detective está seguro de que el asesino de Woo Hyun debe ser alguien cercano a él; alguien a quien conocía muy bien. Una persona resentida, o que se ha beneficiado con su muerte. Debe ser alguien inteligente también, para haber planeado las circunstancias exactas para que la policía sospechara y arrestara a Sung Kyu.

Y de nuevo pensó en Mi Joo y en la extraña, y por no decir falsa forma, de demostrar su tristeza. La mujer no parecía estar muy dolida, y menos cuando estaba apareciendo en televisión en un programa de chismes y variedades concediendo entrevistas.

◇◇

El desayuno en el hospital no fue tan malo, pero Sung Kyu ya quiere que le den de alta porque desea regresar a su casa. No importa si la mayor parte del tiempo se la pasa sólo con sus sirvientes porque Hee Chul trabajaba demasiado. No hay otra cosa que le haga sentir mejor que dormir en su cama, bajo las gruesas y cálidas mantas. En momentos como estos sólo quiere dormir; dormir, dormir y dejar que pase el tiempo.

Suspira y se recarga en el montón de almohadas que tiene a su espalda, antes de tomar el mando del televisor que está empotrado en la pared. Y cuando lo enciende, de inmediato salta en la pantalla el bonito rostro de Nam Mi Joo, quien mantiene los ojos puestos sobre la persona que yace frente a ella mientras responde a sus preguntas.

—Debe ser muy duro quedar viuda siendo tan joven, y con dos hijas pequeñas —pregunta la reportera con la voz llena de congoja.

—Así es, y de no ser por mis padres y mis amigos, no sabría que hacer. Yo amaba muchísimo a mi esposo, y él a mí. Aún no puedo asimilar que esté muerto —dice ella antes de pasar un pañuelo por sus grandes ojos.

Mi Joo se suena la nariz con delicadeza y la entrevistadora prosigue.

—¿Tiene alguna idea de la razón por la que le quitaron la vida al señor Nam?

—No. En lo único que puedo pensar, es que esa persona lo chantajeaba. Como le mencioné, mi padre es inversionista. Quizá esta persona creyó que podría obtener dinero de él a través de Woo Hyun —menciona Mi Joo con la indignación impregnada en su rostro.

Sung Kyu apaga la televisión; asqueado por la manera en que esa mujer habla de la situación como si de un espectáculo se tratase. Y no duda de que tal vez los medios de comunicación le ofrecieron mucho dinero para atreverse a exponer así su historia.

El muchacho se acomoda en la cama para intentar dormir otro poco, no obstante, las palabras sin sentido de Mi Joo siguen rondando en su cabeza, pues nunca ha pensado en toda la falsedad que los adultos son capaces de expresar; al menos hasta que conoció a Woo Hyun, y se vio atrapado en todas y cada una de sus convincentes mentiras, tal como una fiera araña captura a una ingenua mosca  en su infinita red de hilos.

◇◇

Esta tarde, cuando Myung Soo está revisando el resultado de las investigaciones del caso de Woo Hyun, más dudas saltan a su mente sobre la culpabilidad de Sung Kyu, porque lo ha investigado a fondo este par de días, tal como lo hizo con Mi Joo y con Ki Bum, y ha descubierto que el crimen nunca estuvo en dirección del chico pelirrojo como para acusarlo, aun con las supuestas pruebas que tiene contra él.

De igual forma, todo lo que encontró sobre Mi Joo, sólo lo encaminó a asegurarse de que a la mujer lo único que le interesa es hablar de dinero. Es más importante para ella la imagen que le muestra a la sociedad que sus propios sentimientos; incluso que los sentimientos de sus hijas. Nam Mi Joo es una bruja, pero totalmente incapaz de matar a alguien.

No hay nada que la ligue con el asesinato; no hay llamadas, no hay movimientos extraños de dinero, no hay nada en el pasado de la mujer que la haga sospechosa; aunque, sí hay un video enviado a su teléfono donde aparecen Woo Hyun y Sung Kyu besándose. Myung Soo miró la fecha y la hora, y se dio cuenta de que lo había recibido un día antes de la "pelea" que protagonizó con su esposo en su departamento. Así que rastreó la fuente, pero no hubo resultados, sin embargo, cuando la investigación se inclinó hacia Ki Bum, el supuesto mejor amigo de Woo Hyun, Myung Soo empezó a descubrir cosas muy interesantes.

¿No podías amarme? | WooGyu/MyungJongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora