—¿Me puedes explicar qué fue lo que sucedió, Kim? —inquiere Jung Yeop con un tono muy molesto al otro lado de la línea.
Y no es para menos que el jefe de Myung Soo esté tan enfadado, pues, la situación con Sung Kyu se había salido de control. El muchacho se desmayó después de haber vaciado el poco contenido de su estómago en los brillantes zapatos del detective, así que tuvo que llamar a emergencias y cuando la ambulancia llegó, también lo hicieron los medios de comunicación y todo se transformó en un caos.
—El muchacho se desmayó, jefe...
—¡Eso ya lo sé! ¡Está en todos los noticieros!
Alejando el móvil de su oreja, Myung Soo toma aire en silencio.
—Según el médico, Kim Sung Kyu padece una leve depresión, esto lo llevó a tomar ciertos antidepresivos y analgésicos que desencadenaron hipotensión* —le explica el detective con calma—. Aún está en observación y lo estamos custodiando. En cuanto pueda dejar el hospital, lo llevaremos a la jefatura para iniciar el interrogatorio.
—Que esto no se haga más grande, detective Kim.
—Entendido, señor.
Jung Yeop corta la llamada. Myung Soo suspira profundo y, por un segundo, la calma lo inunda. Mira a Ji Soo de reojo, quien yace recargada en el otro extremo de la puerta de la habitación donde está descansando Sung Kyu.
—¿Quieres agua o una soda? —pregunta ella.
Myung Soo asiente despacio.
—Una soda está bien, gracias.
Ji Soo se aleja de la puerta y comienza a caminar por el pasillo hasta perderse en la esquina, tras lo cual, el sonido de unas pisadas acercándose llaman la atención del detective. Myung Soo vuelve el rostro entonces y se encuentra de frente con un hombre que viste un costoso traje y quien le observa con frialdad.
—Usted debe ser el detective Kim Myung Soo —dice el recién llegado.
El detective se vuelve por completo mientras asiente
—Soy Kim Hee Chul, el hermano mayor, y abogado, de Kim Sung Kyu. ¿Puede decirme los cargos que tiene contra mi cliente?
Myung Soo entreabre los labios y de forma fugaz recuerda quién es él, pues es un abogado muy reconocido por ganar casi todos sus casos.
El detective traga saliva, pero no deja que el cansancio mental lo domine.
—El cargo contra su cliente es homicidio calificado.
—¿Qué? —inquiere el abogado con ironía.
—Como lo oye. Su cliente incurrió en las circunstancias de premeditación y ventaja, y eso agravará su sentencia.
—Supongo que en el susodicho video que tienen como prueba, se puede ver el rostro de mi cliente a la perfección, o que ha obtenido sus huellas del arma homicida, o ADN que lo ubica en la escena del crimen, detective.
Frunciendo el ceño, Myung Soo vuelve más dura su mirada.
—Tenemos la declaración de un testigo que...
—¿Testigo? —le interrumpe—. ¿Alguien estuvo presente cuando ocurrió el asesinato? ¿Esa persona es capaz de identificar a mi cliente? No, detective. Lo que usted tiene, son chismes de personas que harían hasta lo imposible por señalar a un culpable. Toda esta puesta en escena fue tan simple y detallada, ¿no es cierto? Detective Kim, me dijeron que usted era inteligente.
Myung Soo se tensa, pero no puede objetar nada. Tenía pensado llevar a Sung Kyu para que confesara, pero la situación ha cambiado por completo.
—Y ahora, será mejor que se largue de aquí, antes de que decida demandar a todo su departamento por daños a la salud física y mental de mi cliente.
El detective Kim lo mira a los ojos por unos segundos más, y después se da la vuelta, tomando a Ji Soo del brazo cuando nota que viene de regreso.
—Vámonos —le hace saber.
Ella asiente y no demora en seguirlo.
...
—¿Cómo está mi hermano, doctor? —pregunta Hee Chul con una expresión totalmente diferente a la que tenía cuando habló con Myung Soo.
Porque, a decir verdad, él tiene miedo. Está demasiado asustado de que todo esto afecte a Sung Kyu como lo hizo la muerte de sus padres, muchos años atrás. El muchacho no está bien, aunque los medicamentos han funcionado y la terapia le hace llevadera la vida. Hee Chul sabe que Sung Kyu es muy vulnerable, y tal vez por eso, está totalmente seguro de que al imbécil de Nam Woo Hyun le resultó más fácil manipularlo.
—Su estado no es grave, señor Kim. Sin embargo, la presión de la policía, el estrés, aunado a los medicamentos que ingiere debido a su estado mental y su mala alimentación de las últimas semanas, desencadenaron un episodio de hipotensión. Necesitará quedarse para observación otras veinticuatro horas.
—¿Está despierto.
—Sí. Puede pasar a verlo.
Hee Chul asiente y el doctor se da la vuelta. Lo ve alejarse y luego suspira, temiendo ver a su hermano menor peor de lo que lo dejó varios días atrás, cuando tuvo que salir de viaje por el trabajo a Japón.
Toma la perilla de la puerta y la abre despacio. Al momento, sus ojos se centran en el menudo cuerpo de su hermano que yace sobre la cama en posición fetal. Suspira profundo y cierra la puerta antes de acercársele.
—¿Cómo te sientes? —le pregunta con preocupación.
Sung Kyu se remueve pero no quita la sábana de su rostro.
—Sé que no hiciste nada malo. No eres capaz ni de matar a una mosca.
—¿Por qué? —susurra Sung Kyu bajo la manta—. ¿Por qué no puedo ser feliz?
No es la primera vez que le pregunta eso, pero Hee Chul no tiene una respuesta. No obstante, sabe que si su hermano no estuviera pasando por eso, además de la marcada herida en su corazón por haber perdido a sus padres siendo tan pequeño, tal vez vería todo muy distinto.
—No lo sé, Kyu. Nadie puede saber por qué la vida se ensaña con las personas buenas y amables como tú. Lo único que te puedo decir, es que yo nunca te dejaré solo. Eres mi hermano y te amo. Siempre voy a estar a tu lado para ayudarte y protegerte.
Entonces Sung Kyu empieza a sollozar, pero obtiene el valor para descubrirse la cara y posar sus húmedos ojos en los de su hermano mayor. Hee Chul alarga la mano en su dirección, y toma las de su hermano con delicadeza y afecto.
◇◇
Después del desastre que el arresto de Sung Kyu ocasionó, Myung Soo decide dejar la investigación por este día para calmar su estrés, pues, tampoco puede entender qué es lo que ha hecho mal para que aquel altanero abogado lo amenazara tan directamente.
Era cierto lo que ha puntualizado Kim Hee Chul y, quizás por eso, el detective aún tiene arraigado aquel extraño presentimiento desde que se le asignó ese caso, aunque, lo único que puede hacer, es revisar de nuevo la supuesta evidencia e investigar más a las personas cercanas a Nam Woo Hyun.
Pero, mientras se llega el día siguiente para reiniciar el trabajo, Myung Soo sale en su auto a dar un paseo y, de pronto, se sorprende a sí mismo cuando llega hasta el local donde trabaja Sung Jong.
Últimamente, Myung Soo piensa mucho en aquel apuesto joven al que había ayudado algunas semanas atrás. Y puede ser porque al detective le atrae; aunque nunca fue un secreto que se inclina por las relaciones con personas del mismo sexo. Sin embargo, ese muchacho ha removido sentimientos inusuales en su interior, aunque no tenga idea de lo que él significa para Sung Jong.
Y no sabe por qué, pero espera frente al local el resto de la tarde hasta que Lee acaba su turno, y el muchacho no parece sorprendido de verlo ahí cuando le habla para ofrecerle llevarlo a su casa.
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*Hipotensión: Presión arterial baja, que puede causar desmayos o mareos debido a que el cerebro no recibe suficiente sangre.
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¿No podías amarme? | WooGyu/MyungJong
FanfictionSung Kyu está enamorado de su profesor de literatura; un hombre maduro, casado y quien lo ha arrastrado a un mundo de mentiras y sumisión. ☆CONTENIDO ADULTO ☆Temática BL ⃒ Woo Hyun - Sung Kyu (WooGyu) / Myung Soo - Sung Jong (MyungJong) ☆Universo Al...