CAPÍTULO II: Reencuentro.

843 84 18
                                    


SERENA POV

No entiendo. No entiendo como de estar tan cercanos ahora sólo nos convertimos en un par de extraños con recuerdos en común.

Mis pensamientos han girado como un trompo, de modo rápido y confuso, tambaleándose a los costados, sin detenerse, sin solución alguna. En realidad estoy estresada, tengo poca estabilidad para afrontar mis problemas. No he pensado en ninguna solución para nuestro presente, sólo he indagado en el pasado. En nuestro pasado en común y en el pasado que, ciertamente, desconozco que lo ha llevado a olvidarme por completo.

Sé que ha regresado. Que está devuelta en el país pero no me atrevo a buscarlo. Algo me detiene a ir detrás de él. Después de todo Mina Aino tiene razón. Ella me ha dicho: "Serena, si es verdad lo que me cuentas, si Darien se comporta de esa forma tan rara, sin reconocerte, te aconsejo que si te lo vuelves a cruzar no le reveles tu pasado con él. Ve con tiento, todavía no sabes la gravedad del asunto y lo que puedes generarle: si es para bien o para peor..."

La odio.

Siempre la he envidiado por tener la última palabra. Porque la relación entre Darien y yo siempre fue más bien bajo la sombra de Mina Aino. No es envidia sana, realmente me hubiera gustado que la olvidara por completo a ella y no a mí. Es decir, después de todo me cuestiono; ¿a Mina la recordara? Me hierve la sangre tan sólo en pensar en una respuesta positiva a mi interrogante. Pero después de todo, ella tiene razón. No sé que le ha sucedido a Darien...

No lo busco. No lo buscaré. El destino volverá a cruzarme con él. Porque nuestros caminos separados sólo llevan a un sólo camino. O al menos, eso quiero creer.

—Ay, Darien —alargó la última vocal de su nombre. Cierro mis ojos con frustración mientras me dejo caer desconsideradamente en una banca de la calle—, ¡si tan sólo me recordaras Darien!

—¿Cómo sabes mi nombre?

Viro mis ojos hacia mi costado al escuchar su voz. Esa voz que despierta todos mis sentidos. Darien está sentado a lado mío en la banca. Nuestras miradas chocan. La de él: ingenua y confusa. La mía: estupefacta; sintiendo la sequedad y el frío helado en mis ojos abiertos como platos. Después de todo yo tengo razón: ¡no es necesario buscarlo, porque nuestros caminos solo llevan a un solo camino!, ¡yo estoy destinada a estar con él y él está destinado a estar conmigo!

No digo nada. Una descarga eléctrica recorre mi espalda y me tomo un par de segundos para observarlo sin su disfraz, sin ningún antifaz que se interponga de analizarlo.

Su piel, sin imperfecciones, está más pálida de lo común. Es más, es casi blanca en su totalidad, descontando las zonas enrojecidas de su rostro, mejillas y mentón, como si hace poco se estuviera recomponiendo de una enfermedad. Esos ojos azules, que en su tiempo han sido para mí como alzar la vista y ver el cielo, se ven ligeramente más claros, denotándose más brillantes, más dulces, más cálidos, más ingenuos, ¡más y más y mucho más diferentes!, como si hubiera regresado a una etapa temprana de la adolescencia. Y el cabello, lustroso y negro, está ligeramente más largo y desorganizado que de costumbre, con cierta tendencia a estar despeinado, como un síntoma de rebeldía. Esos labios que tanto he atiborrado a besos se ven lejanos y fríos. Rozados y agrietados en el centro de su boca, y luego perdiendo color a medida que van tomando forma. Me detengo en su vestimenta. Mi Darien era algo más formal a la hora de vestirse. No es que siempre estuviera de traje y corbata pero mantenía un estilo propio algo sobrio y lineal. Pero este muchacho, que a cada mirada nueva que doy siento desconocerlo, se ve un poco más... corriente. Campera con capucha gris, algún talle más grande. Remera blanca bastante suelta sin ningún detalle. Pantalones de algodón azules. Zapatillas negras con cordones blancos.

♡ La niña de mis ojos 2: Revelación (Sailor Moon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora