♡ La niña de mis ojos 2: Revelación (Sailor Moon)

CAPÍTULO V: Verdades

MANSIÓN SHIELDS.

OFICINA DE ARMANDO SHIELDS

5 de julio.

10:30 a.m

(Día soleado, sin pronostico de futuras tempestades...)

Los labios de Armando se cernieron en forma circular y entre ellos se deslizó la penúltima vocal mientras observaba a su último invitado -que realmente, no había sido invitado- entrar a la sala.

—Ah, una petit dame —atinó a decir con los ojos risueños aunque con cierto timbre helado en su voz.

La mirada de Serena penetró en la del empresario, como una fugaz brisa de primavera en un invierno helado. Fue un minúsculo segundo de reconocimiento, bastante fatal para ambos...

Sus ojos se apartaron rápido de la figura femenina, viajando por el rostro de Yaten hasta detenerse en los tímidos ojos de Seiya. Las mejillas del joven se encendieron.

—¿Dónde está Taiki?

—Taiki tuvo un pequeño percance. Llegará unos minutos tarde del horario previsto —se apresuró a responder Yaten.

—Oh, es una real lástima. Comenzaremos a hablar de los pormenores de la reunión cuando llegue. Todavía falta uno de los integrantes de los Trhee Lights y no podemos comenzar a hablar de negocios sin él. Si gustan, mientras tanto, tomen asiento y sírvanse de alguno de los aperitivos —ofreció con la voz aterciopelada y la sonrisa plasmada como comercial de pasta dental, mientras su mano se movía danzante enfatizando sobre cada punto.

El dúo de muchachos Kou se sentó. Serena los siguió de manera robótica, con los hombros tensos como un soldado. De forma automática los hombres comenzaron a hablar amenamente ante los oídos sordos de Serena, que parecía estar perdida en otro lugar. Su sentido visual recorría de un rincón a otro, de una pared a otra, de un nombre a otro, de un mueble a otro, de una lámpara a otra, del escritorio al nombre, y del nombre a la puerta, y del pastel al nombre, y del nombre a la bebida, y una corriente de timidez inundaba su cuerpo y el nombre, ¿qué nombre?, ¿de verdad ella tenía un nombre?, ¿por qué Armando se lo preguntaba con tanta insistencia?

—Su nombre es Serena —se apresuró a responder Seiya al ver la nula respuesta de la joven.

—¿Es tu novia Seiya?, ¿por eso la has traído a la reunión? -continuó Armando con su interrogatorio, curioso.

—Gracias a Dios no —respondió casi por instinto Yaten. Su hermano lo observó con reproche.

—Ese comentario no te deja muy bien parada Serena, ¿acaso no piensas refutarlo? —admitió Armando con gracia y cierto tuteo.

La rubia se mordió el labio, negando con la cabeza como una tímida cría.

—En realidad Serena es una chica muy temperamental —admitió Seiya con ingenuidad. Sintió una fría brisa a su lado y la mirada femenina karateka cernida en su nuca—. En... en realidad lo que trato de decir es que ella... ella sabe defenderse muy bien.

—¿Defenderse? Me agradan las personas con temperamento. Dependiendo el concepto que le quiera dar Seiya.

—Puedes estar seguro que es un buen concepto.

Armando agarró su taza de té de manera delicada.

—Serena es un bonito nombre. De verdad, muy bonito... —tomó un sorbo.

El corazón de Serena bombeo con deliberada y frenética locura. Recordaba la primera y única vez que vio a Armando, esa vez en la que se pecharon sin querer(*). Era un hombre con una presencia realmente destacable sobre todo por su aparente juventud, belleza y porte de caballero.