CAPÍTULO XI: Rayando el sol

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Regresar era como viajar al pasado, dónde se originó su caótico presente. Le resultaba irreal estar allí, en ese instituto donde transitaban por los pasillos sus peores pesadillas. Masoquista. Tal vez sí, pero analizándolo con un sesgo de luz transparente y provechosa, capaz que esto, el cruzarse cinco veces a la semana con Serena, no era huir de sus problemas sino todo lo contrario: los asumía para superarlos.

Todos sus ex compañeros y ex alumnos se alegraron de verlo otra vez, esperándolo con una muy calida bienvenida. Su regresó era el notición del día, sobre todo para la platea femenina (y de algunos chicos). No recordaba haber levantado antes tantas pasiones en sus antiguas alumnas. Lo miraban como si fuera un pedazo de carne...

A lo importante de esta situación. Ellos se volvieron a cruzar. El primer día hábil de la semana. Día templado, temprano por la mañana. Lugar: pasillo casi desolado. Ella yendo para el norte. Él yendo hacia el sur. Ambos con compañía. Ella con una compañera del curso. Él con un compañero de trabajo. No se dirigieron la mirada, ni por un minúsculo instante. Sus figuras externas disimulaban con perfección e indeferencia la lava que fluía en sus interiores. ¡Ya no importaba en realidad! Podía por dentro el universo desdibujarse y ser caótico ante el desamor, pero por fuera ya estaban sufragando en los traspiés cíclicos del rompimiento, es decir, ya iban por la etapa donde uno acepta que ya no quiere volver con el otro. Dependiendo del estado anímico de cada uno, por supuesto... En sus corazones sentían como el clavo afilado y oxidado del otro se hundía más y más.

Finalizo el lunes sin ninguna novedad. A excepción de esto. Nota importante: Mina estaba enferma y recién el viernes iba a volver a concurrir a clases.

Llegó el martes. Y tampoco pasó nada interesante. Es mas, no se vieron ni por casualidad durante todo el día. Darien se mantuvo en el salón de profesores trabajando en asuntos administrativos, además que por los alrededores estaban los Trhee Lights y le daba tirria verlos.

El miércoles cambiaron capaz un poco las cuestiones, pero de un modo muy imperceptible. Todo sucedió en la cafetería. Darien iba caminando hacia el salón de profesores cuando Serena lo pechó al ir rápidamente detrás de Molly. El hombre hizo de cuenta que no sucedió nada, aunque su corazón casi se le desborda adentro del pecho.

Pero el jueves no sucedió nada. Se cruzaron un par de veces en el pasillo sin intercambiar jamás un cordial saludo.

Llegamos al viernes.

El timbre de final de clases sonó.

—Serena, ¿vamos a bailar esta noche? —le preguntó Molly.

Serena asintió y así estuvieron charlando por todo el pasillo hasta llegar a la salida del colegio.

La rubia detuvo sus pasos cuando vio a Darien rodeado por siete adolescentes. Algunas de quince, otras de dieciocho y un par de varones con actitud sospechosa. Siempre odio eso, el atractivo de Darien sobre ambos sexos, masculino y femenino. De repente sintió que le palmeaban la espalda.

—Hola Serena y Molly —las saludó Mina con una inmensa sonrisa de felicidad.

Serena musitó un apenas audible "hola" y Molly le preguntó "cómo se encontraba de la gripe." Mina respondió que se hallaba "recuperada" y se despidió de ellas para luego caminar hacía Darien, no sin antes lanzarle una mirada complice a Serena.

Darien le sonrió a Mina cuando la vio a su lado. Paso a despedirse de la prole joven y junto con la rubia se fueron caminando hacia la parada del ómnibus.

Serena quedó petrificada.

Desde su posición observó como Darien posaba su mano sobre la frente de Mina como si estuviera monitoreando la temperatura corporal de la chica. Ella le sonrió con timidez y él le correspondió la sonrisa.

♡ La niña de mis ojos 2: Revelación (Sailor Moon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora