CAPÍTULO XIX: Recuerdos

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DARIEN POV

Los días transcurrieron normales, con la cotidianidad de siempre. Trabajar, mirar la pantalla del celular, pelear con mi hermano, visitar a algún amigo, observar las nubes pasar, mirar la pantalla del celular, ir al gimnasio, ir a comer a algún lado, ¿mirar la pantalla del celular?

No he buscado explicaciones. No es que no las necesite, solamente no me he sentido preparado de escucharlas.

El día está gris y afuera llueve insistentemente, algo así como lo que sucede en mi interior. Apoyé mi codo contra el marco de la ventana y después mi mano contra mi mejilla, mirando pensativamente hacia las afueras. Inclusive mirando mi propio reflejo la recuerdo a ella... Por primera vez sentí mi mirada nublarse y lágrimas bajar por mis mejillas. ¿Estoy llorando?... Sí... Estoy llorando. Me siento horriblemente mal. Siempre he sido un asco para demostrar mis sentimientos. Supongo que por eso Serena me ha dejado.

Vi el reflejo de Armando acercándose a mis espaldas.

—Darien —me nombró suavemente—, ¿qué haces ahí como un idiota mirando hacia las afueras?

Fruncí el ceño y ni siquiera me digne a mirarlo.

—Déjame en paz Armando.

—¿Todavía no te recuperas?

—No sé de hablas... —me hice el desatendido, suspirando largamente.

—Hablo de Serena.

Se escuchó un golpe seco contra el marco de la ventana. Mi puño había impactado contra la madera. Pasaron unos eternos segundos de silencio hasta que Armando se atrevió a comentar:

—A todos nos tomo por sorpresa que terminara contigo.

Moví los hombros, como restándole importancia.

—Después de todo ella te amaba mucho.

—Si, eso creo.

—Ahora es una chica disponible.

—Aja...

No ahondé más sobre el tema. Pero su comentario sobre la soltería de Serena me movilizó interiormente. Es verdad, Serena es libre de estar con quien quiera. Tal vez fue esa la razón por la cual me dejó... estará enamorada de alguien más. Seguro alguien joven como ella, con las mismas pretensiones a futuro.

No es por pecar como narcisista, ¿pero de qué me sirve ser inteligente, guapo y con dinero, si al amor sincero no lo puedo comprar?

—Ah, por cierto, tal vez la invite a salir —comentó Armando como si nada.

Lo miré de reojo, con los ojos entrecerrados y las cejas alzadas.

—Hazlo...

—¿De verdad no te molesta?

—Armando, no me hagas decir cosas que no quiero —refunfuñe.

Conozco a mi hermano, sólo me está provocando. Volví a mirar hacia las afueras.

—Es broma Darien —admitió riendo—, creo que soy muy viejo para Serena, aunque... mmm... yo no la invitaré a salir, creo que alguien más si lo hará si tú no lo detienes.

—Yo no tengo que detener a nadie.

—Ah, está bien... —hizo una leve pausa y lentamente poco a poco fue agregando—... porque Seiya me pregunto si tú y Serena se seguían viendo.

Mi codo perdió el equilibrio en el marco de la ventana y viré rápidamente mi cabeza hacia Armando.

—¿Serena y Seiya están saliendo? —pregunté con el corazón bombeando en la boca.

♡ La niña de mis ojos 2: Revelación (Sailor Moon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora