Especial: Halloween

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31 de octubre

¿ Una fiesta ?

Así es hoy día de Halloween, habrá en esta casa una fiesta temática sobre esto y que anda por eso lo planearon Verónica y Walter que al parecer su amor volvió ha encenderse, pues yo quiero que se apague y no se laS razones así que no pregunten, mi corazón se rompió en mil pedazos y de esos pedazos en más por sus caramelitos y en más pedazos por hacer sentirme en una... Sucia y zorra persona.

¿ Como es posible que me hubiera enamorado de este malnacido ?

Cogí mi celular y marque el número de Sonia. Ya iba por la tercera llamada y no cogia. Iba a marchar a mi habitación.

- Oh, ¿ A donde vas, Paula ?

- De vuelta al mundo que este malnacido no debe sacarme. Si fuera tu- La señale con mi dedo a Verónica.- Habría tirado a este a la basura y lo habría matado antes. Y que conste que si me hablas te juro que hablaré con gritos y maldiciones para que huyas como una zorra.

Salí de ahí antes de que ella me pusiera la mano encima y yo la haría más cosas aún más feas, estaba dolorida, tenía el alma a los pies y el corazón en cenizas que no volverán a surgir como un fénix. Desde que Patrick juro que me protegeria lo hacía muy bien, en no venir, en no contestar en mis llamadas de auxilio y en no rescatarme como príncipe se denominaba. Volví a marcar el número de Sonia y por los angeles contestó..

- Aló estas hablando con Sonia.

- Muy buenas la desaparecida.

- Veo que tienes un día de perros. ¿ Necesitas algo ?

- Urgentemente necesito que me atiendas doctora Sonia, tengo una enfermedad llamada amor y desamor.

- Bien la consulta es dentro de quince minutos si no vienes o marchare de compras infernales con mi señora madre.

- Cogeré prestado el coche del Malnacido.

Colgué, me vestí, con mis pantalones ajustados, mi polera dos tallas más grandes y mi casaca azul noche, más mis vans metallica negras y azules. Cogí mi mochila pequeña y salí de la habitación mientras me hacía un moño, baje las escaleras, tenía que pasar por el salón, hice caso omiso de mi mente y camine con la cabeza bien alta. Fui hacia delante, cada paso retumba en mis oídos el sonido de mi pasos.

- ¿ A donde vas, Laila ?- La voz de Walter en mis oídos melosamente sonaban.

- Te tomaré una cosa prestada y me gustaría que cuando llegue los cogines elegidos por mi no estén por el suelo. ¿ Entendido ?

- ¿ A donde vas ?- Repitió la pregunta.

- Al la siguiente pueblo a gastarte gasolina.

Empecé a correr porque detrás mío venía un Walter diciendo que no le tocará el coche. Cogí las llaves y me metí en el coche y cerré con llave y arranque y di marcha atrás y ya estaba en la carretera para ir a la zona residencial que quería ir yo. Cuando había llegado, Sonia me atendió perfectamente, me hizo una infusión, me hizo sentarme en la silla de su padre donde atendía a los pacientes y punto. Ahora a hablar se ha dicho y a llorar.

- Esto es de privacidad completa, Sonia. Si se lo dices a alguien te juro que te descuartizo.

- Lo juro, por mi tumba, por los fallecidos de mis abuelos y por ti.

- Bueno a lo que voy, me he enamorado de Walter y su hermano. - Saque la bomba al completo y explotó.

-Mmm... Bueno... Lo de aconsejarte sobre amor, no tengo experiencia, pero decirte... ¡¿ Que ?! ¡Me estás asustando sabes que Walter es novio de Verónica y que Patrick es último hombre que te enamores porque son puros venenos! - Se volvió una histérica.

Soy Invisible ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora