Celos a lo extremo del borde

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¿Que sería si volviese a ser invisible en un futuro ?- pensé.

Ahora mismo quería salir de esa invisibilidad y esta vez era un cambio de ropa, me puse un vestido de color verde con pedrería en la cintura, unas medias calentitas, unos zapatos de tacón verdes y un jersey negro, ¿ Como reaccionaría las personas al verme ?, de momento no debía de pensar en eso, debía estar mentalizada en entrar con Walter y fin, ya sabría actuar y después iba a ir a casa de Walter para hablar de nuestra relación a sus padres, y de los míos ya lo sabía mi hermana y se fue a contándoselo como una tormenta y mi madre se alegro porque salía con alguien rico pero mi hermana se enfadó por ello y le enseñó los trámites mi padre para el divorcio. Si era muy triste mis padres que se habían enamorado desde el primer año de instituto y ahora se iban a divorciar, pero había un caso mejor mi madre tenía un amante y se iba a casar a lo civil para sacarle dinero y a mi padre ya encontraría algo para él. Walter aparco en una plaza libre y bajamos del coche y una bandada de fotógrafos del instituto se acercaron y empezaron hacer fotos y uno o todos me reconocieron.

- ¿ Laila Beckett ?

- Si, hola.

- ¡Notición!- grito uno de ellos y sacaron más fotos y marcharon corriendo al ver que Verónica llegaba con su coche.

Cuando entramos al instituto todo era un caos, dos reporteros se acercaron y todos los alumnos nos vieron llegar y se quedaron mirándonos, unos susurraba « ¿ Quien es esa chica ? » y otros « Al parecer es la novia original de Walter, ya sabes decían que vivía junto a su chica ».

- Hola muy buenas, somos del periódico del instituto, venimos hacer unas preguntas.

- No queremos que nos hagan preguntas.- Dijimos los dos. Seguimos nuestro camino hacia las taquillas. Pero eran como moscas.

- Por favor sólo una pregunta. - repetían la misma frase cada segundo.

Seguimos adelante y cogimos los libros y fuimos cada uno a nuestro lado a nuestra siguiente clase. Separarme de Walter fue doloroso, me sentía destrozada. Cuando entre a la clase de química el profesor se quedo mirándome.

- Señorita Beckett que cambió.

- Eh, si es lo que tiene cuando te enamoras.

Ups, como podía decir eso, tonta, tonta.- me culpe.

El profesor apuntó cosas en la pizarra y la clase comenzó. Los apuntes que cogia cada vez eran más grandes y llegaba la temporada de exámenes que andaba cerca de las vacaciones de navidad. El sufrir por un examen era muy grande el que quería estudiar en la universidad, pero a Walter le falta este año para pasar y pensar si trabajar o estudiar. Que tendrá pensado. Mire por la ventana y vi que iba con Verónica y estaban hablando animadamente, me levanté y recogí mis cosas, me daba igual que el profesor me llamase para sentarme, ya había salido desde entonces, abrí mi taquilla y metí la mochila y con una patada cerré la taquilla, empecé andar a paso rápido, si empezaba a correr me caería y adiós muy buenas a los tacones. Salí al patio y Walter me vio, pero siguió hablando sin hacerme ni caso, Verónica se acercó más a él y él un paso para atrás. Tenía la razón de mi orgullo que le iba a besar si no llegase, la cogí del hombro, ella me miro como sorprendida pero planeado y la empuje al suelo, pise fuerte el suelo que sonó muy fuerte la pisada tan cerca de ella, tenía la cara como si la mataría ahí mismo, me lanzaría encina suyo y la estrangularia. Pero Walter paro a mis fantasías cuando posó su mano en mi hombro y me cogió después como una princesa de la cual no era.

- Ya has visto que mi novia es muy celosa y que cuando le da ese ataque de celos no hay nadie que la pare excepto yo.

Me dio un beso y después un rubor hasta mis orejas apareció y salió de ahí llevandome como una princesa, al tocar el suelo dentro del instituto, me tiró hacia una pared y empezamos a besuquearnos, él llevo las riendas por unos minutos pero ahora me tocaba a mí. Le bese una y otra vez pero me aleje de él porque sabía que iba a tocar el timbre y así fue, él puso morritos, fui a mi taquilla y cogí la cartera. Sólo nos íbamos a quedar una hora, ya que la casa de los padres de Walter estaba a las afueras de esta ciudad así que llegaríamos un poco tarde de la hora de la cita que nos dieron sus padres por el trabajo, la última vez que nos visito la madre de Walter decidió marchar a su casa como previo, sólo quería molestar un poco a Walter pero no lo consiguió como quería.

Nos metimos en el coche de Walter, me mire en el espejo de mano, me había echo unos rulos por la parte delantera de mi cabellos y me había alisado el pelo por la parte de atrás y el flequillo. Walter marchaba por la carretera que marchaba a la casa familiar suya, al llegar un poco tenía una casa enorme, blanca las paredes y azul el tejado. La entrada de la casa se abrió y Walter decidió dejar el coche en el garaje ya que el día se estaba poniendo de lo peor, entramos por la puerta quedaba a la cocina y vimos a una señora de unos cincuenta algo preparando algo de bebidas.

- Señora Carol, ¿ Como esta ?

- Oh, señorito Walter que alegría de verle por casa, ahora mismo iba a ir a servirle a sus padres unos cafés, ya tiene su madre la tensión de que usted no se presentará.

- Bueno al parecer había tráfico pero no se preocupe ya estoy aquí y ya que usted es la primera, esta señorita de aquí es mi novia Laila.

- Oh, encantada de conocerla Laila.

- Lo mismo digo, Señora Carol.

- Jaja, que buenos modales tiene esta señorita no como la otra señorito Walter. Llámame Carol solamente señorita.

- Bueno Carol que sabes que todavía era un tonto sin remedio.

- Claro que no señorito Walter usted sólo lo estaba haciendo por su padre ya que esta algo enfermo.

Llegámos a una sala amplia que había muebles con estilo antiguo pero recientemente como nuevos, la madre de Walter estaba sentada en un sofá donde su esposo estaba junto a ella, la mujer vio que llegamos y se sentó correctamente. Nosotros nos sentamos en un sofá delante suyo, estaba nerviosa, la mujer y el hombre me miraron de pies a cabeza y el hombre se quedó mirándome y la mujer analizando.

- Soy Christopher Sawthyz, padre de Walter, ella es mi mujer Allegra Donomer. Usted señorita tiene un gran parentesco con Cecilia Grandest y Antonni Beckett.

- Eh sí, son mis padres, Soy Laila Beckett, encantada de conocerlos.

- Si también es una pena ya que se van divorciar.

- Vaya los comentarios y los chismes van como la pólvora. Sí ya han firmado los trámites y mi hermana y yo quedaremos en la custodia de mi padre y la casa de mi madre. Y mi padre ya consiguió una casa cerca de su trabajo.

- Éramos amigos suyos en la escuela por mi parte y Allegra por el instituto, es una suerte que se hubieran casado pero también una tristeza que su familia no siga en pie. Ahí razones que ellos no sigan pero si vuelven avísanos para poder hablarles aunque sea unos segundos.

Había historia en ellos con mis padres, entendía un sufrimiento que ellos habían pasado, como me dijo el padre antes de marcharnos.

- Ser invisible tiene sus consecuencias pero también tiene algo bueno en ello que las personas que creías que no eran cercanas son algo más pero también pueden llegar a ser algo tan feliz y si sigues lo que indica mi hijo igual habrá un muro que el no te ha explicado como afrontarla pero es una cosa que la tienes que hacer con tus propias manos para escalarla y bajar de ella y dejarla desaparecer, ama a mi hijo porque él hace algo por alguien que quiere.













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Hola a todos!!

A que están creyendo que esto es el final a que sí, igual será mi imaginación pero os digo que queda algo para acabarla y esto esta dedicado a vosotros a los que leen esta historia que tanto me cuesta sacarla adelante cada domingo cada especial pero quiero decirles que les quiero agradecer aquellos votos y por leerlo, me hacen seguir hacia delante.¡¡¡ Así que ese ánimo arriba y haya vamos a por más ;-)!!!!!

Neklie y erisaegit1os agradecen.

Soy Invisible ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora