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Especial: Navidad

25 de diciembre ¡Navidad!

Me desperté, seguía encima de Walter, levantó la mirada y me encuentro su rostro con aspecto cansado. Me acerqué a su barbilla y la besé, me moví y me levanté, fui hasta el baño, note la mirada de Walter gire un poco la cabeza, le vi con una sonrisa de medio lado pervertida, sonríe, volví a la cama y lo bese, él rodeó con sus brazos mi cintura e hizo que me acercará más a él.

— Te amó.— Dijo al separar nuestros labios.

— Yo más que eso.

Me dejo levantarme, me di un baño, el agua con jabón me cubría mi cuerpo hasta el cuello, vi a Walter entrar con el pelo mojado, me extendió mi celular y yo se lo cogí mire el mensaje:

« Hola hija al parecer no iremos a ese Restaurant, hay un cambio de planes por Silvia, quiere ir a ver quien son los padres de Walter ya que les suena de algo sus nombres. Espero haber molestado tu lloros pero quiero que vengas, ah y una cosita con vestido de fiesta ya que vendrán ejecutivos importantes a la fiesta de Navidad de la familia Sawthyz. Lo siento por interrumpir. »

« Sólo has interrumpido mi baño de relajación después de una noche movida, y no estado llorando he besado muchas veces a mi novio que lo amó con todo mi alma. »

Le di el celular a Walter y lo dejo en la encimera del baño, acercó su rostro y me dio un beso en la coronilla y un beso necesitado en los labios. Salió del cuarto de baño y yo me salí del baño, me había dando un buen baño de relajación a tope, tome un albornoz pequeño que llegaba hasta más arriba de las rodillas y salí del cuarto de baño, al parecer Walter había bajado a desayunar, me vestí con unos leggins marrones y un jersey de lana verde.

Baje las escaleras y llegue a la cocina amplia, Walter desayunaba sus cereales favoritos en la isleta, cogí del armario un bol, cogí algunas cosas de la nevera y me puse hacer unas tortitas. Sentía la mirada de él en mi espalda sonreí, me sentía tan feliz pero también egoísta. Había obligado seguramente a Walter quedarse pero era su decisión de quedarse o marcharse y olvidarme ¿No? Después de preparar las tortitas, las puse encima de la mesa, estaban esponjosa y tenían buena pinta.  Me senté frente a él y no paraba de ver mis tortitas, le corte un trozo bien grande y se lo puse cerca, él me vio y luego dirigió la mirada a su plato, se lo comió, parecía tener más ganas de otro y le di otro yo también tenía que desayunar así que me aproveché de la situación le di envidia cuando me comí uno. Así pasamos hasta ver que eran las diez recogimos y nos fuimos a prepararno. Me planche el cabello y luego le hice unos rulos. Me maquille con colores azules oscuros y los labios los pinte del color natural de los míos. Me fui al armario y empecé a buscar el vestido de fiesta azul noche con pedrería en la cintura y tirantes que hacían forma de “x", lo encontré, me lo puse con la ayuda de Walter para subirme la cremallera de la espalda, cogí los tacones azules con un poco de pedrería en la parte delante y la parte de atrás. Cogí el pequeño bolsito negro y un jersey de abrigo negro. Los padres de Walter al enterarse fe que íbamos a ir a la fiesta pidieron que una limusina llegará a recogernos.

El camino fue largo pero llegamos justo a tiempo cuando la fiesta iba a empezar, ahí estaba un montón de personas conocidas por vista y desconocidas más mis familiares, Saúl vino y le cogí en brazos llevaba un precioso trajecito formal de color negro con una corbata roja con un reno. Casi todos los hombres de la sala de fiesta tenía una corbata con los colores tradicionales de la navidad; verde, blanco y rojo.

— Oh, Laila bienvenida a la fiesta.— Me saludó la madre de Walter.

— Yo a usted también la extrañado. — Le dijemientras ella me abrazaba.

– También me alegra que mi hijo único este en la fiesta.— Dijo la madre de Walter abrazandolo y dándole un beso en la mejilla.

— Mujer no apechugues al niño. — Ahí venía el padre de Walter.— Hola Laila, ¡hijo!