32. Be together

3.2K 215 12
                                    

Día 68

Hola cariño, han pasado algo más de dos meses desde que no te veo y te extraño como el primer día.

Ayer fui a una de las comunidades de aquí, de México, me encontré con un viejo que decía ser el más sabio, le conté todo sobre ti, sobre nosotros y me dijo algo que creo que me marcó: "El amor es como un pacto con el diablo, nunca sabes si las consecuencias serán buenas o malas, pero al ser débiles nos dejamos llevar por todas las maravillas que nos ofrece, somos masoquistas"

Quizá eso es verdad, no lo sé, lo único que sé es que te quiero más de lo que me quiero a mi mismo, te echo muchísimo de menos.

Siempre tuyo, Marcos.

____________

Isaac se encontraba en la cocina de su casa, observando como su madre débilmente cortaba algunas verduras para la hora de la comida, ya varias veces le había ofrecido su ayuda, pero ella se negaba rotundamente.

Ya habían pasado algo más de dos meses e Isaac seguía sin saber nada de Max, sin embargo, había estado recibiendo llamadas de números extraños donde, al contestar, nadie hablaba.

–Mamá déjame ayudarte...–musitó por quinta vez mientras que su madre luchaba por rebanar una zanahoria.

–Isaac déjame hacer esto a mí y mejor vete a tu habitación...–dijo sin mirarlo.

Isaac estaba cansado, cansado de ver a su madre sufrir en silencio y estar sin averiguar qué era lo que le sucedía, pues al preguntarle ella siempre se excusaba diciendo que sólo era un poco de cansancio y que con el tiempo se le pasaría.

Resignado y sabiendo que su madre no le respondería ninguna de las preguntas que quería hacerle, subió a su habitación y no dijo nada más.

____________

– ¡Sofía, ya basta! –gritó David desde afuera de la habitación de la pelirosa – ¡Tú le gustas a Thomas!

–Sí ¡Pero él no me gusta a mí! –gritó estando acostada en su cama.

–Oh! vamos sé cómo lo miras, él te gusta, él...

–¡Yo soy lesbiana! –gritó entrando en su habitación.

–Por el amor de Dios, Sofía ¡tú no eres lesbiana! –gritó David entrando en la habitación de su hermana.

–Tú qué sabes –dijo la pelirosa con arrogancia.

–Vamos te conozco de toda la vida como para saber eso, por Dios Thomas se muere por ti, ¿Qué esperas? Que venga otra y se le aviente encima para que te des cuenta que él también te gusta, ¿Eso quieres? Porque el pelirrojo no está de mal ver ­–al decir eso la pelirosa le pegó con una almohada de manera infantil, sonrojándose y enojándose.

–¡Cállate y salte de mi habitación! –gritó.

–¿A qué le temes tanto? –gritó también el castaño.

–Sabes perfectamente a lo que le temo...–susurró. –Sabes de que murió mamá ¿No? A eso le temo...

–¡Por Dios! Que ustedes se gusten no quiere decir que se vayan a casar y vayan a procrear bebés, no seas ridícula...–la miró serio. –Sabes perfectamente que esa enfermedad sólo se desarrolla cuando comienzan a tener hijos...–se acercó a ella –Además sabes que el doctor dijo que no era probable que tu heredaras eso, posiblemente me lo quede yo y por obvias razones no engendraré hijos en mí...–se sentó en la cama.

–David es imposible que no tenga miedo...–susurró. –Me aterra el pensar que tengo esa maldita cosa en mí, mamá murió de eso, su hermana morirá de eso, yo no quiero morir...–sus ojos se inundaron de lágrimas –Por favor, ya no insistas más sobre Thomas, para él y para cualquier hombre soy lesbiana...

Me enamore de una bestia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora