Capítulo 27

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Me dirijo hacia la heladera/refrigerador, para buscar algo que pueda usar. Pero tropiezo con algo, lo halzo, parece ser un libro.
-¿Qué es esto? no lo puedo creer!-grito dando saltitos
- ¿Qué sucede?- viene corriendo el Coronel
- Es el libro del Chef! Su recetario original!!!! Elige una comida, la que quieras. - le paso el libro
- Quiero el doble lima- dice sin apenas mirar
- Pero, es la receta más difícil. No soy chef. No lo podré hacer. - refunfuño
- No digas eso! Sabes que tienes un potencial, lo sé porque cada persona puede triunfar si se propone. No seas como yo. - se pone rojo de nervios
- Lo intentaré pero me ayudarás, sólo con esa condición- sonrío
- Pero no sé cocinar- retrocede
- Ay vamos, ¿sólo en este lugar?  Al menos unos huevos fritos debes saber hacer. Vamos!- tiro de él
Así empezamos a hacer el doble lima, que es cerdo bañado con lima, con un punto de cocción definido, esto lo hacía difícil, sólo había un punto de perfección, si pasaba el punto, ya se volvía muy ácido y si lo adelantabas, no tenía sabor.
Además se le rellena con verduras varias, para comerlo se prepara una salsa más, hecha con salsa de soja, especias y ingrediente especial.
No sé por qué El Coronel tenía un cerdo entero en el refrigerador, pero nos vino bien para la situación.
Colocamos los platos mientras se terminaba de cocinar.
Lo servimos como si estuviéramos en un programa de televisión, decorando nuestros propios platos, y al probar el primer bocado, se sentía increíble, una explosión de sabor, una mezcla entre ácido y picante por las especias de la salsa, un aroma que quedaba impregnado en la nariz, algo que se disfrutaba con cada mordisco. Algo exquisito.
Y por su cara, sé que siente lo mismo.
- Esto es increíble. ¿Seguro no eres chef?- dice rascándose la nuca
Me siento infiel al pensar que El coronel, es bastante guapo.
Pero necesitaba desestresarme un poco, Max, lo extrañaba, no había aparecido en todo el día, y apesar se cómo se comportó, me preocupa.
- Silvia, ¿Por qué lloras?¿Fue algo que dije?- me mira extrañado
- No me su cuenta que lloraba, lo siento. Debo irme, ¿me puedes acercar?- me levanto y me coloco mi tapado.
- ¿Ya te quieres ir? Espera un rato, no tengo compañía, al menos hoy quisiera sentir lo que es tener visitas. Por favor- suplica, lo que es muy raro
- Está bien- suspiro
- ¿Ves la escalera de allá?- señala
- Sí-
- Pues carrera hasta la cima, 1,2,3 Ya!- dice rápido y corre
- Eso no vale!- grito corriendo hacia él
Le estiro de la pierna antes de que empiece a subir, por lo que él cae ahogando un grito.
Subo rápido para que no me haga lo mismo.
Al mirar atrás, no lo veo, pero sigo con mi camino, llegando primero, iba a gritar pero veo algo balancearse en una especie de soga.

- ¿Me extrañaste?- Dice tirándose sobre mí
Ambos caemos, quedando extremadamente cerca.
- Diablos Silvia, si no fuera gay, te besaba hace rato, pero digamos que no me gusta besar chicas- se le escapa, lo sé porque a penas terminó se tapó la boca y subió más arriba.
Lo sigo, me lo encuentro en el balcón. Sacando sus piernas fuera de las barandas de protección. Sentado. Mirando al vacío. Lo imito, después de varios minutos se me ocurre qué decir.
- Sé que no nos conocemos mucho, pero podríamos levantar la fábrica, podríamos juntar las propinas del restaurant, de a poco ir obteniendo lo que necesitamos. Pero para ser socios, nos debemos conocer.- digo lo más convincente posible
- Tienes razón, pero además de juntar propinas podemos ir cocinando y hacer que la gente conozca tus comidas. - se emociona
- Señor, no se vaya del tema, usted sabe que yo dije eso para que me cuente lo que le sucede. ¿Podríamos triunfar? Quizá sí, o quizá no. Pero lo que debes superar es el pasado. Vamos desahogate- intento
- Ok. Es difícil de explicarlo, espero que entiendas. Cuando tenía 18 años recién cumplidos, decidí que ya era tiempo de decirles a mis padres de mi homosexualidad. Pero al decirles reaccionaron de una manera totalmente diferente a la que esperaba, me hecharon de la casa, dijeron que deshonré la familia. Estuve en la casa de un amigo, pues no tenía dinero. Ah, me faltó decir que mis padres están involucrados en el tráfico de contrabando. Un día, descubrieron mi paradero y creyeron que mi amigo era mi pareja, se enojaron, pero en vez de reclamarme algo, me pudieron que les ayudara en un trabajo; debía cruzar la frontera que estaba custodiada por el Coronel Mendoza y sus soldados. No tuve otra opción, si no los ayudaba pensaba que sería mejor. Pero no lo fue, al conducir el camión por el inicio de la linea fronteriza, me atajaron. Al bajarme, me revisaron y cuando el Coronel intentó abrir el camión, cae al suelo de inmediato. Sus soldados corren a ver lo sucedido. Al parecer mis padres se encontraban dentro del camión, dispararon a todos, pero sólo el coronel resultó muerto. Y lo peor de todo. Me dejaron allí, se llevaron el camión, y al llegar la policía me agarró como culpable, tuve que estar cinco años por su culpa. Al salir, me buscaron y me dijeron que sólo querían que me volviese más hombre. Y que para obtener su aprobación debía continuar, ganarme respeto y temor de los demás, llamarme el Coronel y conseguir una cita, cosa que me tardó años en conseguir. Pero por lo que veo, jamás me apoyarán en nada- culmina
- Wow. Tus padres son horrendos ¿y aún así los quieres?. Te trataré de entender. Pero hay algo que no concuerda, me dijiste que antes de ir a la cárcel compraste este fábrica para invertir en ella, ¿y cómo la compraste si recién habías cumplido 18 años?- digo alzando una ceja
- Emmm.....

Hombre Por Un Año  [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora