Capítulo 25

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Llevaba un vestido negro que la hacía verse más pálida de lo que ya se veía, se encontraba muy afectada, no había dormido nada, esa noche se había desvelado acariciando la cabeza de su... amigo Harry Potter,había enredado como si de su madre se tratase los dedos de forma cariñosa en los cabellos del pelinegro, era como un mantra, ambos miraban al techo en un punto fijo, él estaba apoyado en su costado, ella había mantenido sus manos en el cabello de Harry, mientras le narraba historias. Sólo así, no preguntas, no reclamos, no nada. Habían visto salir el sol, y le había cantado una canción de cuna, él se durmió poco después de las siete de la mañana, y ella sólo se había quedado mirándolo, como si quisiera protegerlo de que un mortífago entrara en cualquier momento y pudiese arrebatárselo, lo más irónico era que se encontraba en un estado de shock y de ensoñación, no una ensoñación de embelesada, más bien una que va acompañada de un ceño fruncido, admiro las facciones de la cara del niño que vivió, su cicatriz que marcó muchas cosas de su vida, los labios, ahora un poco resecos, que la habían besado con tanta pasión, sus párpados que se encontraban cerrados y debajo tenían bolsas por el cansancio, estos escondían los ojos esmeraldas más bellos, llenos de vida y de alegría que nadie podría ni imaginar, pero sabía que cuando los abriera solo habría ojos inyectados en sangre por tanto llorar, cansados, tristes y con la expresión de alguien al que la muerte le ha sacado muchas personas en tan pocos años, vio su cabello, sus dedos todavía jugueteando en él, se encontraba sucio, miró la hora y lo despertó, él abrió sus ojos enseguida, como si sólo hubiese estado parpadeando.
Se miró una última vez al espejo, pellizco sus pálidas mejillas, abrió la puerta de su... la habitación de Harry, la miró por última vez, apreció la cama en la que había pasado noches enteras de pasión, desvelos, juegos, besos y demás con Harry, todos los lugares le producían recuerdos, los cuales se proyectaban como rápidos flash backs por delante de ella, en ese mueble habían tallado sus iniciales, en ese perchero ponía su toalla, en esa repisa había libros muggles, pero ya no más ya no había nada, acarició la puerta, cerró sus ojos, dio un último vistazo a la habitación y cerró la puerta, fue bajando por las escaleras, y a medida que bajaba acariciaba la baranda, salió por el cuadro de Sir Christian Borg y al pasar por el retrato de la Dama Gorda, sintió mucha necesidad y dijo la contraseña, paso por el cuadro y se encontró con la sala vacía, cerró los ojos e inhaló, el aroma a la caoba, el ruido del crepitar del fuego, el olor a libros viejos, pasó sus dedos por el sillón en el cual se había hundido con un libro por seis años, se quitó sus zapatos bajos, pasó sus pies por la alfombra y unos conocidos dedos se metieron en sus bucles, se dieron una sonrisa melancólica, se decían mucho con esa corta mirada que habían compartido, su vida, niñez, travesuras, partidos de Quidditch, navidades, celebraciones, los conflictos con las demás casas, el sombrero seleccionador, las cenas, las comidas de los elfos, aquel emprendimiento suyo, Hagrid, su asqueroso té, Hosgmade, la cerveza de mantequilla, Honeydukes, dragones, clases, criaturas fantásticas, guerras de nieve, fiestas, peleas, celos, cumpleaños, sus amistades, su amor y todo se encontraba en cada cuadro, pasillo, habitación, sala, aula, en el comedor, en la biblioteca, en la cocina, todo ahí, cada ilusión, cada amor, todo, todo había empezado en Hogwarts, la piel de Hermione ya se había erizado para esta altura por los recuerdos y la melancolía.
-Yo... Yo...Voy a extrañar todo esto Harry - dijo ella sollozando y con la voz entrecortada.
Él la abrazó y ella ahogó su llanto en su pecho.
- Lo siento... moje tu... tu.. traje- dijo ella con una sonrisa triste mirando el traje negro de éste.
El la miró con amor, ternura, cariño, compresión, cansancio y dolor. Acarició la cara de su castaña con deleite y delicadeza.
- ¿Sabes que no podremos estar juntos? ¿Verdad? Es muy peligroso.
- Lo sé.
Él besó su cabeza y ella cerró los ojos con dolor y cansancio, algunas lágrimas escaparon de sus ojos y él las limpió con sus pulgares.

Salieron de la mano y llegaron al Lago Negro, Hermione pensó que era un lugar muy bello y un lugar muy importante en su vida, ya que justo a esa altura, había recibido su primer beso y había accedido a salir con Harry, también más al fondo y a lo lejos había salido del agua junto a Harry por la prueba de Los Tres Magos, en ese árbol se había subido junto a él por su cita, debajo de ese tuvieron un picnic, en aquellos habían serpenteado con la bicicleta, ahí estaba la tumba... de Ginny, por su cara se proyecto una expresión de dolor, disgusto y confusión, prefirió saltar ese recuerdo, y al retomar el hilo de sus pensamientos se lamentó, porque todos esos lugares bellos y llenos de historias se arruinarían por los que afloran al presenciar no sólo el funeral, si no que también la muerte del mejor director de Hogwarts, Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore .

¿Y si fingimos? (Harmony) [[Terminada]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora