+ Amor - Textos. (Cap. #27)

317 26 4
                                    

"No quise escuchar más... Me bastó con lo que dijiste... Lucia, gracias por ser así. No es cualquier persona que defiende a otra enfrente del "amor de su vida" o como le llames a ella... Pero tú... ¡Lo hiciste! Yo no te a...mo pero por esto y más es que te a...doro, Lucia." —palabras escritas por la señorita misterios en un mensaje de texto.

—¡¿Qué le respondo?! Es que si ella supiese que total terminamos bien, por así decirlo... —me pregunto mentalmente mientras miro una vez más a Maria, quién sigue dándome la espalda y yo sigo sentada en el borde de la cama.

—Piensa, piensa, piensa, Lucia, piensa —digo en mi cabeza.

—Yo sé que si le cuento a la Niña flor sobre lo que pasó después de que cortó la llamada, entenderá, pero también sé que muy en el fondo la lastimará y ya no quiero estar en estas situaciones tan hirientes, quiero hacer algo por ella pero algo diferente... —pienso.

—¿Lucia? —pregunta Maria.
—Dime
—¿Qué se hizo Matt? Ya no se escuchan niños en el parque...
—Ahora que estabas dormida me asomé un momento a la ventana y en ese justo momento vi cuando llegó Diane por él
—Pero no están aquí... ¿Entonces dónde están?
—No lo sé... Supongo que están en casa de Jeanina...

(Jeanina es la pareja de Diane)

—¡Oh, cierto! Deben estar ahí...
—Sí, tranquila, no te preocupes, duerme un rato más...

Cinco minutos después...

—¿Lucia? —pregunta Maria otra vez pero ahora en un tono de voz extraño.
—¿Si? —respondo un poco extrañada.
—Ya llevas mucho ahí sentada y quiero estar contigo, ven... —dice Maria y ahora su tono de voz es de niña chineada, consentida. Ese maldito y precioso tono de voz que me vuelve loca.

Recuerdo el meme y pienso: "No ahora por favor" —me río sigilosamente.

—¿De qué te ríes? —pregunta Maria algo risueña mientras se voltea para verme un poco más de frente.
—Ah... No, de nada, me acordé de una tontería —digo tratando de aguantar la risa.

*Chicas amo ese puto mono del meme, es hermoso y gracioso.*

Me volteo a verla directamente y Maria me mira con ese gesto tan suyo, tan propio, tan único. Esa mirada que envuelve fácilmente a Lucia.
Sus ojos, más ese gesto de ternura, tan sólo con mirarme, logra que haga lo que está deseando sin palabras de por medio. De inmediato se me borra la sonrisa del rostro y no por tristeza, sino de impresión al estar yo tan consciente de que me vuelve loca en un abrir y cerrar de ojos.

—Maria, ya deja de hacer ese gesto que tanto me fascina... —digo con una pequeña sonrisa en mi rostro.

Maria no dice nada, ni una sola palabra.
Posa su mano izquierda en mis piernas, sube y baja lentamente su mano y a la vez me mira fijamente a los ojos, ella sabe que...

—Deja de hacerlo —le digo mientras la miro y sonrío— Maria, ugh... Ya... Sabes que... Cuando haces esto... Me dominas...


Se detiene.
Deja de acariciar mis piernas con su mano.

Empieza a levantarse lentamente, está de pie enfrente mío, yo sigo sentada y Maria no me quita la mirada de encima.
Me toma de mi collar y me hala hacia ella, estamos cara a cara, tres centímetros de distancia es mucho para lo tan cerca que estamos. Enseguida me besa, se aparta de mí y dice: —Lucia, más amor y menos mensajes de texto —dice mientras quita el teléfono celular de mis manos— ¿Sabes dónde está mi celular?
—respondo que no con mi cabeza.

Desventajas de ser como tú o como yo, pero juntas nunca "tú y yo".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora