No soy una de ellas

¿Donde Estas Hermano?

Ni siquiera respondió, su paciencia se había agotado; ya era suficiente estupidez por hoy.

Ella giro sobre sus talones y tomo el pomo de puerta para poder salir.

Instintivamente esquivo una pequeña luz amarilla. Está solo logró rozar su mejilla.

Sin embargo había hecho un hoyo enorme en la pared. Abril parpadeo y se volteo hacía Anabelle.

Está tenia el brazo extendido y sujetaba la varita apuntando hacia la pared. Eliot bajo su brazo y le hablo con voz baja.

Abril no pudo entender lo que decía, su rostro a un reflejaba un poco de sorpresa.

- Curare a Eliot y después a ti. Espera aquí por favor - Dijo al mismo tiempo que descendían a una especie de sótano.

Anabelle miro a Abril con tristeza y a la vez una calma alegre.

Le enrollo una venda alrededor del cuello y cuando termino, guardo sus frascos en el cajón.

No había dicho absolutamente nada mientras untaba una especie de gel extraño sobre su cuello.

Elliot se había ido tan pronto Anabelle curo su ojo. Abril se sorprendió pero a la vez decepcionada cuando, observó su ojo. Sano como si nunca hubiera pasado nada.

Anabelle se sentó frente a ella y suspiro.

- Nuevamente te preguntaré ¿Crees en lo sobrenatural?

- ¿Qué eres? - Preguntó, ignorando la otra pregunta.

- Lo mismo que tú. Una Bruja.

El rostro de Abril volvió a su mirada inexpresiva, pero aun asi había algo de suspicacia en su mirada.

- Desde hace mucho hemos existido - Se levanto y comenzó a caminar lentamente - Somos seres sobrenaturales que, hacemos uso de la magia negra, controlamos bestias y somos esclavas de la dama roja o lucifer.

- Estas loca eso es imposible; que algo asi exista - Murmuro abril mas para si misma.

Todo le parecía tan irreal y era realmente difícil de ignorar lo que había visto hace una hora.

- Realmente no tengo idea del porqué, no tienes el mas mínimo conocimiento acerca de las brujas. Pero te puedo asegurar que todo esto es real y tu eres una.

-Tengo que irme. Mi... - Vaciló, antes de decir la palabra madre - me esperan en casa.

La chica asintió y se dirigió hacia ella.

- Debo retirar la venda antes de que te vallas.

Se acerco a ella y comenzó a retirar la venda lentamente, lo cual desesperaba a Abril, ella necesita aclarar ideas se sentía muy confundida.

- Prométeme que regresaras - Dijo de pronto, sacando a Abril de sus pensamientos.

- No lo sé - Se limito a decir.

La chica no hizo comentario alguno, la miro con tristeza mientras le entregaba un espejo.

Tanto la herida del labio como los moretones de su cuello, habían desaparecido completamente.

La entrada estaba rodeada de grupo de personas que parecían molestas.

Se abrió paso entre el grupo de personas. Aunque por alguna razón la miran de forma desaprobatoria. De pronto Sarah la vio y corrió hacia ella.

- ¿Donde esta tu hermano?

Habló al mismo tiempo que la tomaba de los hombros y la atraía hacía ella para estrecharla en sus brazos.

Sintió un escalofrío que recogió su cuerpo en un milisegundo. La acción la tomo por sorpresa ella aún no se acostumbraba a que invadieran su espacio personal y probablemente jamás lo estaría.

- Estaba muy preocupada por ustedes. Han habido muchas desapariciones últimamente y tu hermano no aparece.

- ¿Y que hacen todos ellos aquí?

Fue una pregunta estupida porque, no era momento para eso.

- Están buscando a Scott. Abril tu fuiste la ultima que lo vio ¿Donde esta?

- No lo se... - Susurró.

Sus ojos se cristalizaron y ella comenzó a sollozar. Las piernas de Sarah se doblaron y si no hubiera sido por Rose, probablemente Abril la habría dejado caer.

- La llevare a su habitación y sí quieres ayudar pregúntale y te diré a que grupo deberás unirte.

Abril rechino los dientes. Se noto obviamente la apatía que Rose tenía sobre el asunto. Deseo golpearla, pero se contuvo. No valia la pena.

Ella las siguió y entró a su habitación.

Cerro la puerta y se dirigió al baño al mismo tiempo que se quitaba la ropa. Necesitaba aclarar sus pensamientos, debido a que la cabeza le palpitaba.

Encendió un par de velas, para no quedarse a oscuras tan pronto anocheciera - Porque no había luz en Hinsdale - y se metió en la bañera.

Tomo una gran bocanada de aire y se sumergió en el agua. Duro unos cuantos segundos hasta que sus pulmones ya no pudieron más.

A ella le gustaba hacer eso en los dias mas pesados de la escuela, le servía para aclarar sus pensamientos y a la vez relajarse.

Porqué muy en el fondo le molestaba, que de todas las cosas importantes en las que tenía que pensar era.

¿Donde estaba su hermano?

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¡Hola!

Igual que siempre quiero agradecerte por leer mi novela y como de costumbre te invito a hacer una critica constructiva o decirme que te pareció el capítulo, que opinas de la novela, que opinas de la portada, etc.

En mi opinión personal, es aquí donde creo que empieza lo bueno de la historia. Quiero que sean menos de doce capítulos, pero a saber si lo logre.

Y por ultimo, pedirte perdón por las faltas de ortografía.

:)