Egoísmo.

20 3 0
                                    

- ¿Por qué me ayudas?

- Mi hermana me lo pidió - contesto Victoria con desesperación - tenemos que irnos rápido.

Abril no discutió, al parecer tenia tiempo para meditar si las intenciones de la chica eran buenas o malas.

- Ella vendrá con nosotros - Dijo con un tono decidido, señalando a Eliza.

Victoria bufo y se giro hacia la celda de Eliza, la abrió rápidamente.

Eliza corrió hacia Abril y la abrazó con fuerza.

- Gracias - Susurró ella.

Abril se sobresalto por la cercanía pero a diferencia de otras veces, ella había sentido algo que no podría describir.

Victoria la miro con disgusto. Se separo de Eliza, la tomo de la muñeca y siguió a Victoria.

- Probablemente habrá Kíndynos rondando por el lugar cuando salgas - Habló Victoria mientras Avanzaban rápidamente por las celdas - Si alguno de ellos llega a verte corre hasta la carretera. A ellos no les agradan los autos.

La iluminación era muy poca pero aun asi se podía distinguir que lo que había en algunas celdas no era humano, tambien había brujas las personas les rogaban por ayuda pero no podían hacer nada.

- ¿Mi hermano esta aquí? - Dijo de pronto.

- Probablemente éste muerto - Contesto con voz dura pero también había un aire de arrepentimiento.

- No me iré sin él.

Ella detuvo en seco y encaró a Abril.

- Te prometo cuidar de él como si fuera mi propia vida; Pero ahora mismo debemos irnos.

Abril asintió, el tono de voz de Victoria la había convencido.

Subieron un par de escalones, donde la luz de la luna iluminaba las escaleras que la sacarían de allí.

- Cuando llegues a la carretera sigue avanzando y sumérgete en el lago ¿De acuerdo?

Abril asintió y atisbo el enorme hoyo rodeaba las escaleras. Victoria se paró al borde. saco su varita de la manga y apunto a la nada

- Revela ad semitam.

Las escrituras talladas en la varita se iluminaron y una grieta se abrió en el hoyo, Victoria se hizo a un lado para que pasaran.

Abril dejo que Eliza se adelantara y después de agradecerle a Victoria ella subió las escaleras.

Se giro hacia la chica y miro como esta cerraba nuevamente la grieta y se alejaba del lugar.

Ambas salieron con sigilo. Abril se giro para observar el hoyo pero no había nada solo tierra.

Eliza gritó

Abril se volvió de golpe hacía ella.

Ahora no, por favor.

Eliza cayó de golpe al suelo y empezó a halar su cabello y a gritar incoherencias. Abril se acuclilló a su lado y le tapo la boca ahogando sus gritos.

Abrí los ojos como platos y un escalofrío le recorrió el cuerpo, cuando vio a lo lejos un gato negro acicalándose.

- Eliza regresa, debemos irnos - Dijo Abril atemorizada.

Pero la chica no reaccionó solo le clavo las uñas en las muñecas y se retorció para liberarse del agarré de Abril.

Su corazón se aceleró cuando atisbo otro gato acercándose lentamente hacia ellas.

- !Vete!, ¡Dejame aquí yo ya estoy muerta! - Grito Eliza.

Abril no sabía que hacer el miedo drenaba sus ideas y tambien amenazaba con paralizarla.

- ¡Vete!, ¡Vete!... - Eliza gritaba mientras se mecía de un lado hacia otro.

¡Corre! - Le grito su instinto.

No lo pensó dos veces, le dio la espalda a Eliza y corrió hacia la carretera.

Su corazón latia rápidamente. El gato la seguía y podía sentir como se transformaba de tras de ella una presión en el pecho la sofocaba.

Muy a lo lejos se podía distinguir la carretera, los vendajes improvisados que había hecho, se deshacían en el bosque.

Abril se preparo para brincar la valla.

Se detuvo un milisegundo, apoyo sus manos sobre la valla y levantó sus piernas para dar una vuelta de carro.

A ellos no les agradan los autos - Recordó las palabras de Victoria al observar la carreta vacía.

Principio a correr pero perdió el equilibrio y cayó a suelo cuando la pata del gato le rasguño el suéter.

Abril cayó. Se volvió rápidamente hacia el gato. Los ojos de este tenían un brillo que le causó un escalofrío.

A lo lejos escucho un leve silbido.

Ella río de forma sardónica, lanzo una piedra directo hacia el hocico del gato, para distraer mientras se acomodaba de forma horizontal en el pavimento.

Un tráiler paso enzima de ella, su corazón se detuvo y volvió a latir cuando este se había ido.

Ni siquiera miró si el Kíndynos seguía ahí, ella solo se concentró en continuar su marcha hacia el otro lado.

Tal como había dicho Victoria había un lago enorme frente a ella.

Y debía sumergirse en el.

Ella dudo antes de meterse, pero a estas alturas cualquier cosa por inimaginable que fuera, podría ser una realidad.

----------------------------

¡Hola!

Jamás pensé llegar a siquiera cincuenta vistos y ahora ya son ciento cincuenta y tres.

Realmente estoy muy feliz y aunque probablemente sean menos de seis personas las que siguen la historia realmente me hace muy feliz que lo que escribo le guste a alguien.

Muchas, muchas gracias por leer.

Pd: Las imágenes son de como se viste Abril en los primeros capítulos.

No soy una de ellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora