Normalidad.

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Se levantó, sabiendo que había tardado demasiado y debía apresurarse.

Observo fijamente la puerta doble de metal, reflexionando si era buena idea entrar de golpe.

Por desgracia no había tiempo para pensar en un mejor plan.

- Viam sternit - Dijo al mismo tiempo que habría las puertas.

El lugar rápidamente comenzó a incendiarse excepto alguien quien se mantenía atónito, mirándola.

Ella se rompió y el fuego se disperso completamente.

Abril había decidido que si la teoría de Anabelle era correcta, asesinaría tambien a Reed y podría dejar de ser una bruja por completo, podría librarse de todo esto, conservar su cordura y lo poco de humanidad que tenia; Por fin terminaría toda la locura de las brujas.

Por supuesto el hecho de matar a alguien no le importaba; Desde siempre ha sabido que un monstruo como ella, no dudaría en quitarle la vida a una persona.

- Josephine... - Murmuró él.

Pero no entendió a quien se refería, solo podía concentrarse en la razón del porque Eliot estaba ahí y no Lucifer.

- ¿Donde esta Lucifer? - Preguntó vacilante. A pesar de toda la confusión, Abril seguía consciente de que el tiempo se agotaba.

- Josephine... Yo soy Lucifer.

- No. - Él no podía serlo, él era Eliot, aquel chico tierno y extraño que la había atacado en el bosque - Ademas mi nombre es Abril y no olvides que me abandonaste en medio de la nada - Agregó, tratando de converse a si misma de aquello.

¿Por qué decía eso?

¿Era cierto? O

¿Anabelle había planeado todo esto?

Cada pregunta que se formulaba en su cabeza la hacia confundirse más.

- Se que estás confundida. Yo tambien lo estoy, realmente no esperaba que Anabelle me hubiera dicho la verdad.

Él lo había dicho calma probablemente para ayudarla a entender, pero solo confundió a Abril aún más. Ella saco la daga escondida en su corset.

Quizá era un truco del mismo Lucifer.

- Tenias diez años, pero aún así yo me enamore de ti; Tu risa, tus ojos, tu forma de ver la vida, todo.

No no era un truco, en su mirada fría y melancólica no había ningún rastro de mentira.

- Pero para alguien como yo, definitivamente no habría un final feliz. Reed nos separó y me obligo a beber un brebaje que de alguna forma me convirtió en lo que conociste un humano... De una u otra forma nuestras vidas se volvieron a juntar. Cuando desperté a tú lado cada memoria volvió a mi pero, primero debía arreglar algunas cosas. Por eso regresé aquí pero no esperaba que todo lo que Anabelle me dijo fuera verdad.

- ¿Qué me asegura que dices la verdad? - Interrumpió casi apunto de romper en llanto

No le creía.

Todo aquello era imposible

Y por qué no lo recordaba entonces.

Él se acercó peligrosamente a ella.

- Nada. Pero definitivamente haré que recuerdes y las cosas regresen a ser como eran antes. No puedo liberarte a ti ni a Victoria del pacto pero se que serás feliz junto a mi.

No soy una de ellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora