Belleza Aterradora.

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El agua estaba helada, se sentía como si miles de agujas atravesaran su cuerpo. Pero debía apresurarse quizá el Kíndynos podría estar acercándose.

La sangre se le congeló, ella tomo una bocana de aire y se sumergió.

De pronto el agua que le helaba la sangre se convirtió en una biblioteca.

Al igual que Abril, todos en el lugar se quedaron pasmados por la aparición de la chica. Todas las miradas eran hacia Abril y todas tenían los ojos de un tono verde azulado.

La chica no dudó en seguir su instinto y lanzar el primer golpe.

- Custodi me , ut locutus est.

Un muro de fuego la separo a ella y a otras brujas de las demás. Sujetó de los hombros a la mas cercana, está dejo caer los libros al suelo cuando Abril, le dio un rodillazo que la hizo caer al piso.

Rápidamente las chicas que había en la biblioteca se agilizaron. Algunas corrieron hacía la salida mientras que otras comenzaron a hechizar libros y a lanzarlos con dirección al muro, pero estos se convertían en cenizas al momento de tocar el muro.

Otra chica se lanzo hacía Abril y le dio una palmada en el cuello.

Ella sintió algo frio y húmedo en el cuello, inmediatamente sujeto la mano de la chica y la dobló de tras de su espalda.

De pronto el muro de fuego se desvaneció junto con ella.

No podia moverse, estaba inmóvil en el suelo. La chica pelinegra sonrió victoriosa y junto con la rubia que antes había golpeado, la tomaron de los brazos y comenzaron a arrastrarla fuera de la biblioteca.

Lo único que podía ver era la alfombra roja del suelo y su sombra mientras la arrastraban.

Abril estaba furiosa Victoria la había engañado, o quizás era su castigo por abandonar a Eliza y no sentir culpa alguna.

Pero sabia algo, ella definitivamente no terminaría otra vez encerrada.

Las chicas se detuvieron y entraron a otra habitación.

- Atenla a una silla y váyanse - Ordeno una mujer con voz penetrante.

Las chicas obedecieron la sentaron y comenzaron a atarla. Mientras ella observaba a detalle el lugar.

Pero solo una cosa llamo su atención: Tres ventanales enormes que dejaban ver el cielo gris.

Aquello le confirmaba que no estaba en Hinsdale.

La pelinegra se inclino hacia Abril y acerco la mano a su cuello. Ella sintió un leve tirón, la sensación helada desapareció y recupero el control de su cuerpo.

La chica zarandeo una sanguijuela frente a Abril con una sonrisa burlona y después se fue.

El ruido de la puerta al cerrarse hizo eco en la habitación, sentía la presencia de la mujer que antes había hablado, dando vueltas alrededor de lugar, de tras de ella.

Abril imaginaba que era Reed.

El demonio al que le obedecían todas las brujas blancas.

Eliza le había contado que Reed y Lucifer eran amantes pero algo sucedió, desde entonces ella odia a las Lithers y ella era una Lither.

- ¿Qué tratabas de hacer? - Lo había dicho con calma pero aun asi su voz era amenazadora.

No contesto. Abril no tenia ni idea de que decir, pero cualquier cosa era mejor que mencionar ser una Lither.

La mujer camino hacia el escritorio frente a Abril.

Observo su larga y espesa cabellera negra, unos guantes negros cubrían sus brazos y el fino vestido negro.


- Contesta cuándo te pregunte algo - Dijo entre dientes al mismo tiempo que se giraba hacia ella.

La miro directamente a los ojos y sintió un escalofrío recorriendo su espalda.

Su piel era Demasiado blanca, sus ojos completamente negros y las venas de color negro se esparcían por todo su cuerpo , pero a pesar de aquello también era realmente hermosa.

Solía aparentar ser humana pero cuando Lucifer la traicionó ella termino aceptando ser lo que era... Un demonio - Recordo las palabras de Eliza.

Abril se sentía hipnotizada por la criatura frente a ella era algo que no podía describir pero que casi era curiosidad por la mujer.

Reed frunció en ceño.

Probablemente por la mirada inexpresiva de Abril, que normalmente era confundida con una mirada de superioridad.

Su cabeza intento formular rápidamente una respuesta, una explicación.

Cualquier cosa.

La puerta se Abrió.

- Me disculpo por entrar de esta forma pero es importante.

Rápidamente reconoció la voz de Anabelle y se tenso. La mujer apretó los puños y la miro con desaprobación.

Comenzó a cuestionarse que era lo que realmente estaba sucediendo.

Victoria la había engañado o era Anabelle quien la estaba engañando.

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¡Hola!

No lo sé pero siento que éste capítulo no es tan bueno como los últimos cuatro que he estado subiendo. Pero aun asi esta hecho con mucho cariño y faltas de ortografía.

Muchas gracias por leer.

No soy una de ellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora