Capítulo 18

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Durante un tiempo pudieron contenerlos pero era bastante difícil y Cian temió no poder vencerlos, le preocupaba la seguridad de su esposa, así que ordenó a un grupo selecto de sus hombres que la sacaran de allí.

-No voy a irme – discutió ella cuando le dijo que saliera del carruaje.

-Necesito que vayas con ellos hasta el bosque y quedes a resguardo, así aunque avancen no llegarán hasta ti, puede demorar pero me encargaré que todo se resuelva bien. – dijo mientras la hacía salir.

-No quiero dejarte...- protestó ella y él llamó a los hombres.

-Llévensela y manténgala a salvo hasta que vaya yo – dijo a pesar de la resistencia de la joven- ¡Ahora! – ordenó imperiosamente y uno de los soldados la agarró de un brazo y se la llevó mientras los demás los rodeaban como escudo.

Era lo mejor se dijo a sí mismo, necesitaba alejarla del campo de batalla para poder luchar tranquilo, sin temor por ella, porque iba a asegurarse que estuviera a salvo, costase lo que costase.

Azize no quería marcharse de allí y dejar a Cian, sin siquiera saber lo que sucedería, sin la oportunidad de decirle que lo amaba.

A lo lejos dejó de verlo, estaban rodeándolo .Se detuvo pero volvieron a tirar de ella para que siguiera avanzando.

-Su Majestad... debemos seguir- dijo su guardián agarrándole el brazo para hacer que caminara.

Ella ni lo pensó, antes de darse cuenta aplicó la maniobra de defensa que Cian le había enseñado y se escabulló del agarre de sus custodios.

Aquello era caótico, pero ella necesitaba ver a Cian, si iban a morir quería estar a su lado.

Cuando lo vio , él estaba acaba de vencer a un hombre y estaba luchando con otro, pero no era consciente que un tercero se le acercaba por detrás. Sin pensarlo, corrió hacia ellos.

Acababa de darle una estocada a su enemigo cuando la presintió antes de escucharla gritar su nombre.

Se giró justo a tiempo para ver como ella se interponía entre él y el hombre que iba a atacarlo por la espalda, se movió con rapidez para quitarla de en medio y clavar la espada en el vientre de su enemigo.

-¡Azize!- gritó sosteniéndola contra sí.

-¿Estás bien? – preguntó ella

-¡¡ESTÁS LOCA!! – gritó y entonces se dio cuenta de que la mano con que la sostenía estaba húmeda y pegajosa. Ella estaba sangrando.

Cian sintió que el mundo dejaba de girar.

Afortunadamente el combate estaba casi acabado y ellos iban ganando, además los hombres que se la habían llevado llegaron para darle apoyo , así que la levantó en brazos para sacarla de allí.

Se apartó un poco del camino, y la depositó en el suelo mientras un par de hombres los resguardaban

-Azize...- la llamó preocupado.

- Estoy bien...- dijo ella aunque estaba pálida y su vestido manchado. Sin mucha ceremonia, él rasgó el vestido a la altura de su cintura.

- Tienes un corte – dijo mientras intentaba limpiar un poco la herida para ver la profundidad.

-No me duele...- dijo ella pero su voz temblaba.

-Gracias al cielo, es un corte sin mucha profundidad- evaluó y justo en ese momento vinieron a avisarle que la lucha había acabado, los atacantes que habían sobrevivido estaban escapando.

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