Cian también necesitaba despejarse, así que en lugar de descansar fue a entrenar.
Su mente funcionaba distinta con una espada en la mano, y de paso aprovecharía para revisar la condición de las tropas reales.
Varias horas después, había liberado la tensión y había logrado inspirar miedo en los soldados que no estaban dando lo mejor de sí.
Se sentó en el suelo, agotado por el entrenamiento, cuando Deq se le acercó .Aún llevaba el ojo negro por el golpe que le había dado la noche de la redada. Había estado furioso en ese momento porque no había protegido a Azize como le había pedido.
El hombre se sentó a su lado.
- ¿Vienen tiempos difíciles, eh? – preguntó.
-Sí, eso creo. Necesito que me busques una espada corta y liviana y también un puñal , algo pequeño, que pueda portar una mujer.
-¿Una mujer?
-Sí, pienso enseñarle algunos trucos a la Princesa para que pueda defenderse.- explicó
-¿Me pondrás el otro ojo negro si te digo algo?
-Depende...
-Tu esposa, la princesa...es una mujer asombrosa- dijo con sincera admiración y Cian entendió a qué se referiría. Para todos ella siempre había sido solo una princesa, como si fuera un ave exótica y vistosa, él siempre había sabido que había más en ella.
-Sí, lo es....
-Incluso es capaz de infundir más miedo que tú.
-También sé eso, me tiene aterrorizado – dijo él
-Cian..
- ¿Si?
-No, nada.- respondió, pensando que aquel hombre no estaba preparado para contestar su pregunta.
Dos días después, Cian le informó a Azize que saldrían a dar un paseo aunque la verdadera intención era entrenarla en algunas técnicas de defensa básicas, esperando que ella jamás necesitara usarlas.
La princesa sintió cierta decepción al ver a la comitiva de guardias que los acompañaría, sin embargo cuando se alejaron de Palació, Deq y los demás se marcharon.
-¿Qué sucede? - le preguntó a Cian poniendo su caballo a la par de él.
-Iremos solos, pero necesitábamos que nos cubrieran, salvo Deq los demás creen que nos escapamos a dar un paseo. Nadie debe saber que voy a entrenarte, el secreto es una ventaja. Y tampoco podíamos salir de Palacio solos porque nos haría una presa fácil , ellos se encargaran de cuidar los caminos y nosotros estaremos tranquilos en el bosque...-dijo él y ella asintió.
Cian la guío a un claro en el bosque que había escogido especialmente junto a Deq asegurándose que nadie merodeara por la zona, era un sitio seguro y tranquilo. Y además de ser un buen terreno para entrenar era un paisaje bello que complacería a la princesa.
-Llegamos- dijo y la ayudó a desmontar.
-Debí haber traído otra ropa, algo más cómodo...-dijo ella al enredarse con las faldas de seda y gasa que llevaba
-No, es mejor que uses esto, es tu atuendo habitual y si queremos que aprendas a defenderte será mejor con la ropa que llevas siempre. Un ataque no te da tiempo a cambiarte.
-Eso porque tú ,comandante, llevas armadura, no sabes lo que es usar esto...-dijo ella haciendo flotar las capas de tela y él le sonrió.
-Cierto, tienes desventaja, pero uno siempre debe aprender a usar las desventajas a su favor...¿Empezamos?
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La elección
Roman d'amourEl Rey le ha ordenado a su hija Azize casarse, y ella no tiene otra opción que cumplir con su deber. Ser princesa significa seguir sus obligaciones, pensar en el bien de su país y dejar de lado los anhelos de su corazón. Sin embargo, su alma tiene...