El plan siguió tal cual lo habían concebido, cuando Deq regresó, se instaló junto a Azize en la habitación secreta y en completo silencio esperaron.
Aunque no podían ser vistos, eran capaces de escuchar con claridad lo que sucedía en el salón, escucharon como preparaban el lugar, y luego como los traidores iban llegando a aquella reunión.
Azize hizo una fuerte inspiración para contenerse al reconocer las voces de quienes llegaban, algunos no le causaban sorpresa pero otros sí, y tuvo que contenerse para no dar rienda suelta a su indignación.
El amigo de Cian le dirigía miradas nerviosas cada tanto, sin estar seguro de cómo reaccionaría la princesa.
No mucho después escucharon entrar a Nabin y preguntar si ya estaban todos los invitados presentes, para enviarles comida y bebidas, además de compañía femenina.
-Estamos todos aquí – dijo quien los había convocado.- Puedes enviar la comida y la bebida, las chicas deberán esperar hasta que terminemos de tratar algunos asuntos.
-De acuerdo, mi Señor. Pero espero que antes de tratar temas serios me dejen deleitarlos con un poco de música – sugirió tratando de ganar tiempo.
Azize tuvo que reconocer, a desgana, que el encanto irresistible de aquella mujer tenía sus ventajas, necesitaban un poco de tiempo para que su gente rodeara "La Casa de las Flores" además de que dejaran fuera de combate a los guardias personales de cada uno de los traidores.
La joven cortesana los entretuvo tocando dulces melodías con un instrumento de cuerdas y todos los hombres allí presentes elogiaron su talento, la princesa se preguntó si también Cian la había escuchado y halagado.
Luego quitó aquellos pensamientos de su mente y volvió a concentrarse en aquellos confabuladores, no podía perderse palabra de lo que decían pues ella era la testigo y de eso dependía que los vencieran.
Finalmente, Nabin se retiró, y la princesa y Deq escucharon palabra por palabra los planes de los malvados.
Criticaron la boda de Azize con Cian, en lugar de que la heredera se uniera en un vínculo más provechoso con alguna Nación vecina, hablaron de tratados de comercio que pretendían hacer con naciones enemigas, e incluso de derrocar al rey. Las bebidas alcohólicas les soltaron la lengua así que fueron muy detallados sobre sus planes y colaboradores.
La princesa estaba asqueada. Era hora de acabar de aquello, se puso de pie.
Deq le tiró del vestido para detenerla pero ella se giró hacia él y lo miró fijamente.
-Ya es suficiente – dijo y tomó aire, era hora de escarmentarlos.
El soldado asintió levemente, desenfundó su espada y se adelantó a ella para abrir la puerta escondida que daba directo al salón. Tenían que atrapar ratas, sólo esperaba que todo saliera bien.
Abrieron la puerta de golpe y Azize les sonrió a los sorprendidos hombres mientras Deq se paraba delante de ella.
-¡Qué sorpresa encontrarlos aquí reunidos! – exclamó ella recorriendo la cara de cada uno.
-¡La princesa!- Exclamó uno de ellos y se levantó un murmullo general.
-He escuchado todo. Y ordeno que sean arrestados por alta traición – dijo ella mirando al ministro que había dirigido aquella confabulación.
El hombre la miró y sonrió.
-No puede arrestarnos por reunirnos, Su Alteza. – dijo y los demás murmuraron con nerviosismo, uno incluso salió corriendo del salón. Deq lo dejó marchar a sabiendas de que sus hombres lo detendrían
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La elección
DragosteEl Rey le ha ordenado a su hija Azize casarse, y ella no tiene otra opción que cumplir con su deber. Ser princesa significa seguir sus obligaciones, pensar en el bien de su país y dejar de lado los anhelos de su corazón. Sin embargo, su alma tiene...