Capítulo 2

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El día de la ceremonia, Azize apenas pudo mirar a los ojos del hombre al que se unía, temía perder la seguridad en sí misma.

Se lo veía diferente con su traje de bodas, estaba acostumbrada a verlo llevar atuendo militar y armadura, o ropas sencillas, pero ahora vestía una rica túnica azul como la de ella, con bordados. Aquella ropa le daba un aire noble y de poder, además remarcaba su estatura y físico de guerrero. Ella se sentía muy pequeña junto a su lado.

La boda se llevó a cabo en el Palacio, su padre fue el oficiante junto a un sacerdote, aunque luego de que finalizara debía registrarse en los anales del reino y debían visitar el templo para presentar sus saludos.

Mientras se llevaban a cabo los rituales y ambos pronunciaban los votos matrimoniales, las miradas de ambos se encontraron y Azize fue consciente de que aquel hombre era su esposo, lo sería por el resto de su vida, sería el padre de sus hijos, sería quien compartiera sus días y noches. Aquel hombre al que conocía desde casi siempre y que aún así era un extraño en muchos aspectos.

Al compartir el agua de un cuenco como era tradición, las manos le temblaron, Cian debió notarlo porque le cubrió las manos con las de él durante un fugaz momento. La joven siguió automáticamente los pasos de la ceremonia, y recién al final cuando los presentaron oficialmente como marido y mujer ante la corte y cuando todos se hincaron para saludar a la Princesa Heredera y su Consorte, supo que ahora su vida estaba unida a Cian para bien o para mal.

Tras el saludo de los invitados, la pareja se retiró para ir al Templo tal como dictaba la tradición. Solos los dos, con una pequeña escolta.

Azize subió al carruaje, pero su esposo montó su caballo y cabalgó a su lado tal como lo había hecho cada vez que la custodiaba. La joven supo que era inútil pedirle que subiera al carruaje con ella, no era un príncipe acostumbrado a aquel trato. Era un guerrero y ella sintió que a él le costaba adaptarse a su nuevo rol, Cian prefería seguir siendo el Comandante de las tropas reales.

No se ofendió, aunque en su interior sintió tristeza porque una vez más estaba sola. Y aunque él cabalgaba junto a su carruaje ,la distancia entre ambos era enorme.

Cian frunció el ceño y cabalgó en silencio, mirando hacia el frente. Algunos de sus hombres los acompañaban, pero al conocerlo bien sabían que su líder no estaba de humor para bromas.

Estaban a medio camino cuando Cian sintió un sonido que lo alarmó , antes que pudiera reaccionar vio como el carruaje se desviaba y caía a un costado del camino, la rueda se había roto provocando un accidente. Giró su caballo rápidamente y tanto él como sus hombres acudieron al rescate de la princesa.

-Su Alteza...- la llamó Cian y se lanzó contra el carruaje que estaba dado vuelta, se trepó, quitó la puerta y miró en el interior. Azize estaba acurrucada como si aún estuviera reaccionando.

-Alteza, venga ...- la llamó extendiendo sus brazos hacia el interior y la joven se incorporó estirándose hacia él. Cian la tomó por la cintura y la sacó sin esfuerzo del carruaje.

Ella se abrazó a su cuello pero apenas la depositó en el suelo, él la soltó con presteza.

-¿Se hizo daño? ¿Está bien?

-Sólo me golpeé, no mucho. ¿Qué pasó?

-Se rompió uno de los ejes de la rueda - informó uno de los guardias.

-¿Fue accidental? – preguntó Cian significativamente. Temía que los ataques hubieran empezado y estaba enojado consigo por no haber reaccionado a tiempo.

-Parece un accidente...-contestó el otro y él hizo un gesto de asentimiento.

-Tenemos que llegar al Templo a realizar la ceremonia , no sería buen augurio si no lo hacemos y habría demasiada gente feliz...-explicó Azize dejando flotando la idea del impacto que causaría en sus enemigos que el matrimonio no fuera bendecido.

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