Capítulo 17

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Pasearon un rato por el jardín, luego volvieron al salón pero manteniéndose al margen tanto como le fue posible. Sobre todo lejos de los anfitriones y de la reciente pareja real.

Igualmente la expresión de Cian era una advertencia para quien se les acercara.

Se quedaron el tiempo que consideraron prudente y luego se retiraron a dormir, querían descansar para marcharse temprano.

Cian dejó a Azize en la habitación para que se cambiara y acostara cómodamente y él fue a avisarle a su escolta que tuvieran todo listo para partir en la mañana.

Cuando regresó ella estaba dormida, la cubrió bien con la manta, le acomodó el cabello , dejó encendido un solo farol y se acostó en el diván.

Un par de horas después lo despertó un grito de Azize, se levantó de prisa y corrió hacia la cama, por lo visto ella estaba quejándose dormida, el sueño que estaba teniendo la turbaba, se sentó a su lado y la sacudió con gentileza para despertarla.

-Azize, despierta, es un sueño... - dijo mientras la despertaba. Finalmente ella abrió los ojos pero se la notaba confusa, como si le costara reconocer cuál era el mundo real.

-Azize..- volvió a llamarla y finalmente ella enfocó su mirada en él.

-Cian...

-Estabas soñando, ¿estás bien?

-Cian...-volvió a decir ella y se abrazó a él echándole los brazos al cuello.

-¿Estás bien? – volvió a preguntar preocupado.

-Estaba soñando que no podía regresar a casa, me había casado con ese horrible príncipe y tenía que quedarme aquí...ya no podía regresar...

-Tranquila, mañana volveremos a casa y yo soy tu esposo..- dijo él apartándola un poco y mirándola a los ojos.

Los ojos de Azize se veían más grandes, casi irreales bajo la tenue luz del farol que le daba un extraño color a aquella habitación de tonos rojos y dorados.

-Gracias, gracias por ser mi esposo...- dijo ella mirándolo y Cian sintió que algo le golpeaba en el pecho.

-¿De verdad, está bien que sea yo tu esposo? – preguntó

- Sí – susurró ella y él la besó. La joven no retrocedió ni lo rechazó, sino que aceptó el beso y lo devolvió a su vez, se aferró a él y enredó las manos en su cabello para acercarlo más.

Cian olvidó todo salvo el calor de la joven que sostenía entre sus brazos, quizás amara a otro, quizás todo era un error, pero la deseaba con locura.

El momento tenía un viso de irrealidad que los envolvía, y de algún modo los liberaba.

Siguió besándola y se acostó a su lado para poder sostenerla, la joven gimió levemente y eso lo alentó a continuar.

Cuando Azize despertó de aquel sueño y vio a Cian a su lado, sólo pudo aferrarse a él, aún tenía la angustia que le había despertado el imaginar estar lejos, casada con alguien que no amaba, lo necesitaba, así que cuando la besó le respondió con todo su ser.

Podía sentir que era diferente a la vez anterior, él no se contenía y ella no tenía miedo.

Lo abrazó, lo alentó y cuando Cian empezó a acariciarla y quitarle la ropa de dormir, ella hizo lo mismo con él, hasta que estuvieron desnudos y enredados.

Era algo tan natural esta vez, podía sentir la pasión de él y eso estimulaba su propio deseo, cuando él se acomodó , ella enredó las esbeltas piernas en su cintura para atraerlo hacia sí. Aún estar piel contra piel no le resultaba lo suficientemente cerca, lo sintió gemir y luego entró en ella.

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