Azize iba incómoda pues trataba de mantenerse lo más alejada del cuerpo de Cian, sabía que estaba enfadado y percibía la tensión en el cuerpo masculino, incluso las manos aferraban las riendas con fuerza como si aún intentara controlarse.
Les había costado tanto construir un vínculo y los pequeños puentes que los habían acercado, y ahora todo estaba derrumbado. La joven deseó haber actuado diferente y no haber dicho las palabras que lo habían herido, pero ya era tarde.
Aquella precaria familiaridad entre ellos se había perdido, el silencio entre los dos era agobiante y a pesar de que Cian cabalgó a toda velocidad hasta palacio, el viaje pareció durar una eternidad.
Apenas entraron al patio principal, un guardia de la escolta personal del rey salió a recibirlos.
-Su Majestad los espera, inmediatamente - les anunció apenas descendieron
Azize y Cian intercambiaron una mirada y luego se dirigieron a los aposentos del rey.
-Su Majestad – dijeron ambos al entrar y ver al Rey de espaldas meditando frente a un grabado de un paisaje. Se dio vuelta al escucharlos hablar y los enfrentó, no parecía complacido.
-¡¿Se puede saber a qué estaban jugando?!
-Padre...-dijo Azize y el rey le dirigió una dura mirada que la hizo corregirse al instante- Su Majestad....si es por lo que sucedió esta noche en La Casa de las Flores....
-¡Claro que se trata de eso! ¡¿Por qué nadie me informó de lo que sucedía?! ¿Por qué soy el último en enterarme de la conspiración y de la trampa tendida para atraparlos?
-Su Majestad, pensé que era lo mejor para su seguridad-dijo Cian.
-¡SOY EL REY! No puedo ser mantenido en la ignorancia, debo saber lo que sucede en mi palacio...
-A veces para engañar al enemigo también es necesario engañar al amigo – dijo Cian intentando calmarlo.
- Eres el Príncipe Consorte y tú la princesa, su papel no es jugar a los espías y mucho menos ocultarme la verdad. Sigo siendo quien gobierna este reino y ustedes mis súbditos- dijo enfurecido y Azize se dio cuenta que el malestar que le causaban aquellas palabras era el mismo que ella había provocado en Cian un rato antes.
- Fueron atrapados, Su Majestad...sólo queríamos servir a nuestro reino.- insistió él.
-Si quieren servir a su reino, dejen de hacer cosas a mis espaldas y cumplan su deber. A ti te convertí en el esposo de mi hija para que la protegieras, pero esta noche ella estuvo en peligro, sin mencionar que fue a meterse en el burdel más famoso de la ciudad y se puso a cazar traidores como si fuera un juego.No creo que eso ayude a mejorar su imagen en la corte.
-Él no tiene la culpa de eso, estaba en las fronteras y yo decidí...- intervino Azize y su padre se giró hacia ella
-Si quieres cumplir tus deberes como Princesa Heredera, haz lo que te corresponde, engendra un hijo para que se acaben los rumores sobre su matrimonio y para que la continuidad en el trono esté asegurada.
-Primero debemos proteger ese trono ...– dijo ella.
-Entonces jamás vuelvan a ocultarme algo tan trascendente como esto, sigo siendo el rey. Retírense, ya volveremos a hablar mañana- dijo y los despidió.
Apenas salieron de los aposentos del rey, Cian hizo una reverencia hacia Azize.
-Que descanse, princesa – musitó y se marchó sin decir nada más.
ESTÁS LEYENDO
La elección
RomanceEl Rey le ha ordenado a su hija Azize casarse, y ella no tiene otra opción que cumplir con su deber. Ser princesa significa seguir sus obligaciones, pensar en el bien de su país y dejar de lado los anhelos de su corazón. Sin embargo, su alma tiene...