Capítulo 15

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-Maldición- murmuré para mí misma.

-Mañana les pago porque hoy no tengo dinero- Nathaly masculló algo enfadada.

-Igual- Triz concordó con la trigueña.

-Mañana estaré cobrando así que, luego no se molesten- Alba jugaba con su cabello oscuro.

-Como digas- dije, apresurando llegar a donde se encontraba mi padre. Lo felicité por el partido, mientras ambos nos dirigimos de vuelta al auto.

Todos venían detrás de nosotros, incluido River.

Todas subimos a la cabina, despidiéndonos de River y su padre, quien había llegado y colocado a su lado.

Finalizado ya el juego, no volví a mirar a James, permanecí parada, mirando al frente, como si realmente no existiera, y hasta entonces no era algo que me importara.

-¿Estas molesta, Marie?- Victoria se cambió de puesto rápidamente.

-No. ¿Qué te hace creer eso?-

-No lo sé, estás algo extraña-

-¿Es por qué perdimos o por la presencia de James junto con otra chica?- Triz intervino.

-Un poco de ambas-

Estuvimos dando vueltas por todo Londres mientras cantábamos las canciones de un CD que se reproducía.

A pesar de que mi padre no había ganado el partido, este se comportaba bastante relajado y también activo.

Cuándo fue suficiente del paseo por Londres, mi padre empezó a dejarnos a cada una en nuestras respectivas casas.

En el momento en que llegué a casa, me despedí de mi padre y entré en ella.

Le estuve hablando a mi madre con respecto al partido durante toda la cena, comentando que al día siguiente tenía que pagar 50 dólares, todo gracias a una apuesta fallida.

También le pedí que me prestara el dinero porque yo no terminaba de llegar a esa cantidad. Pero ella se negó, con respecto a que aún no le habían depositado la paga del mes.

Solo me quedaba una opción, pedirselos a mi tía Rose.

Informando a mi madre que iría a casa de mi tía Rose, esta casi no me deja ir debido a la hora, viéndome en la necesidad de convencerla por casi media hora, hasta que por fin accediera.

Para mi suerte la casa de mi tía quedaba a dos escasas cuadras de la mía, por lo que se me hacía fácil ir y venir con rapidez.

Me vestí con una sudadera y unos jeans claros, saliendo de mi casa, tomando la ruta que me llevaría a dicha casa.

Antes de haber cruzado la calle, los recuerdos de la última vez que caminé por ellas a estas horas, la vez en la que nos vimos envueltas en un problema con James; vinieron a mí con agilidad, atacando cada parte de mi sistema, haciéndome sentir débil y llena de cobardía.

Mi mente imaginó tenerlo frente a mí, volviendo a ver su figura estática a solo metros de mí.

Parpadeé un par de veces, intentando quitar aquella imagen de mi mente, pero de manera muy extraña, no lo lograba.

Pasó una extensa cantidad de tiempo para que lograse percatarme de que no se trataba de una obra de mi imaginación, eso realmente estaba sucediendo de nuevo.

James se hallaba caminando en círculos de un lado para otro, sosteniendo un pequeño envoltorio entre sus brazos.

A lo lejos pude observar como un auto policial se aproximaba a mediana velocidad por esta calle, cayendo rápidamente en cuenta de que si ellos llegaran ver a James, de inminente lo revisarían y eso no podía pasar.

Russian Boy •Editando•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora