Capítulo 5

569 27 10
                                    

Con el pasar de las horas, aquellas palabras seguían reproduciéndose en mi cabeza una y otra vez. 

No paraba de buscar razones para tratar de excusar todo aquello que se decía de él.
Por mi mente divagaba la idea de que probablemente todo fuera verdad, de imaginármelo actuando de esa manera, viéndome cambiar de perspectiva con respecto a lo que pensaba de él.

No importaba que me situara en medio de la elección de la reina de deporte, rodeada de personas alardeando con respecto a sus candidatas, con una completa distracción frente a mis ojos, no importaba, mis pensamientos seguían rodeando cautelosamente la situación.

Nathaly se hallaba masivamente inquieta, pero a su suerte, antes de presentarse, pudo tomar un poco de vainilla y limón disuelto en agua, para así poder calmar considerablemente sus nervios.

Este año, la competencia estaba bastante reñida, por lo que era muy difícil hacer suposiciones de quien podría ganar, pero a pesar de ello se podría decir que Nathaly era una de las concursantes con más potencial.
Su deporte asignado fue la gimnasia, algo en lo que Nathy sabía cómo destacarse. Como me lo esperaba, su presentación fue completamente pulcra y perfecta, lo que podría asegurarle la corona.

Finalizadas ya todas las presentaciones de las demás concursantes, fueron llamadas nuevamente al centro del escenario.

Angustia conjuntamente con ansiedad se arraigaron ahora en el rostro de mi amiga, haciéndola ver incomoda con su posición. La directora del colegio terminó de confirmarnos los resultados.
Mi amiga la trigueña había ganado la deseada corona.
Sin siquiera dar tiempo para meditarlo, todos corrimos de las gradas en dirección a ella, abrazándola en grupo, para que luego pudiera ser coronada.

Todo valió la pena, al final del día.

***

Caminaba de regreso a casa, ya las chicas se habían quedado cada una en sus respectivos hogares, siendo yo la última en quedarse, faltando sólo un par de cuadras más por recorrer.
Deseando que el camino no se me hiciera más largo de lo usual, decidí escuchar música con los audífonos al volumen máximo sobre mis oídos. Trataba de localizar una canción en mi reproductor que no me deprimiera incluso aún más, pero no conseguía hacerlo.

Me había sumergido tanto en la pantalla de mi teléfono que no me había percatado del hecho de que mis pies permanecían en constante movimiento sobre el pavimento. De repente sentí como un cuerpo recayó sobre el mío, haciendo que mi cuerpo tambaleara inestable.

-¡Joder!- la voz de lo que parecía un chico se hizo presente obligándome a levantar mi vista de inmediato. La fría e igualmente encantadora mirada de James encontró la mía, causando que por todo mi cuerpo recorriera una carga de escalofríos. Conjuntamente, una oleada de miedo e inseguridad me atacaron con frialdad.

-Lo siento- balbuceé frágilmente al sentir su mirada recorrer todo mi cuerpo para luego posarse en el aparato entre mis mano.
Enfocó ahora toda su atención en mis ojos, sin decir o hacer algo más que eso. Su cuerpo permaneció neutral y su rostro inexpresivo.
No pasó mucho tiempo para que sus pies retomaran el camino.

Él se había marchado.

Dirigí la mirada a mis temblorosas manos, las cuales estaban siendo claramente evidenciadas, debido al teléfono que estas sostenían, con respecto a su peculiar agite. Probablemente esa era la razón por la que se había fijado tanto en mis manos.

No me había dado cuenta, pero ya llevaba bastante tiempo estática en el mismo lugar, mirando un punto fijo, intentando recrear ese momento una vez más.
Casi por inercia comencé a caminar en dirección a mi casa, la cual no se ubicaba tan lejos.

Russian Boy •Editando•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora