Capítulo 10

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A la mañana siguiente en el colegio, Alba y yo nos encontrábamos demasiado calladas y distantes. Nathaly, Victoria y Triz constantemente nos preguntaban lo que nos había sucedido, qué porque actuábamos tan raro.

Pero ninguna de las dos decía nada, simplemente evadíamos la pregunta.

Realmente no sabíamos si contarles acerca de lo que nos había ocurrido la noche anterior, con respecto a que habíamos prometido no decir nada.

Pero a pesar de todo, ellas estaban tan involucradas como nosotras y sabían acerca de todo lo que James hacía, así que de todas maneras ella se lo imaginaría.

-¿Van a decir de una vez por todas, por qué están tan extrañas?- Victoria reclamó haciéndome sobresaltar. Fijé mis ojos en Alba, quien me miró de regreso.

-Si le decimos, ¿Prometen no mencionarlo en ningún otro lado, o con ninguna otra persona?- me aseguré de tener la promesa de su silencio.

-Lo prometemos- dicen al unísono.

-No, pero en serio. Es algo serio y si llegan a decir algo, se hunden con nosotras- Alba advirtió antes de continuar.

-Sí, sí, como sea- Nathaly insistió.

-Ayer fuimos presentes del manejo de drogas de James- susurré lo más bajo que pude, logrando que sólo ellas pudieran escucharme.

-¡¿Qué?!- Triz exclamó sorprendida.

-Pero eso no es tan grave- todas miramos de manera alterada a Nathaly, quien se hallaba extrañamente neutral.

-¡¿No es tan grave?!- cité alzando mi voz -¡Podrían asesinarnos!- disminuí mi voz cuando un par de chicas pasaron por nuestro lado.

-¡Por Dios, deja lo paranoica!- Victoria se quejó.

-Lo malo no es que lo hayamos visto, sino que nos ha amenazado- Alba explicó sin titubear. No entendía como ella se encontraba tan neutral en cuanto a este tema, yo sentía que todas las personas querían asesinarme o cosas similares.

Casi de milagro logré salir de mi casa para venir al colegio.

-¡¿Las amenazaron?!- Triz bramó histérica.

-Ya entiendo- Nathaly dice asombrándose ante las palabras de Alba.

-Nos dijeron que si alguien se llega a enterar de eso, nosotras seríamos las que pagaríamos los platos rotos-

Como deseaba no haberlo conocido. Si eso no hubiese sucedido, todo sería tan pacífico y normal.

-Con suerte, no sucederá nada, Marie. Cálmate- Victoria trató de calmarme, pero justo ese día y en ese momento, no era la mejor ocasión.

-Con suerte, sólo con suerte- apreté mis ojos haciendo un acto fallido por calmar mi paranoia.

***

Las clases habían finalizado y justo ahora andábamos de vuelta a nuestras casas.

A diferencia del resto de los días, ese día iríamos a mi casa (a excepción de Triz) debido a que nos veíamos en la obligación de planear nuestro proyecto científico.

Gracias a que las chicas me mantenían ocupada, aquel tema comenzaba a borrarse de mi cabeza, haciéndome estar un poco más despejada de todos aquellos problemas a lo que eso me conllevaba.

-¡Rayos!- Alba bisbiseó mirando atentamente hacia al frente. Alcé mi vista y me vi completamente paralizada en el mismo momento en que mis ojos se toparon con la esbelta figura de James.

Russian Boy •Editando•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora